José Oneto (Publicado en Estrella Digital, aquí)
El Gobierno ha dado luz verde a la TDT (Televisión Digital Terrestre) de pago, en un Consejo de Ministros extraordinario en el que se han aprobado ayudas para quienes hayan agotado sus prestaciones de desempleo (340.000 parados recibirán un subsidio de 420 euros mensuales), y en el que no se ha aprobado ninguna medida de calado para combatir la crisis económica, a pesar de lo "extraordinario" de la reunión ministerial en la que, simplemente, se han debatido las líneas generales de la futura Ley de Economía sostenible (LES).
La aprobación de la TDT de pago, un favor que la Moncloa hace a la Sexta y a la productora Mediapro que tiene la mayoría de los derechos deportivos y que tiene, también, la urgencia de arrancar cuanto antes su canal Gol TV en el comienzo de la Liga de Fútbol a finales del mes de agosto, reabre la guerra entre Mediapro y el Grupo Prisa-Sogecable, propietario del canal de pago Digital Plus, la Cuatro y el periódico El País .
Sogecable había conseguido retrasar la aprobación del Decreto Ley y, durante las últimas semanas, había lanzado un auténtica ofensiva política y mediática contra la medida, aprobada el jueves en el Consejo de Ministros, con el argumento de que se estaban modificando las condiciones esenciales de las concesiones de TDT.
Tan ardorosa defensa de las condiciones de concesión no fueron esgrimidas, en su momento, cuando se aprobaron las concesiones de las primeras cadenas privadas de televisión en las que no estaba previsto por la Ley la adjudicación de una cadena de pago (Canal Plus) en perjuicio de uno de los grandes grupos periodísticos que sí reunían todas las condiciones (Grupo Zeta), a pesar de lo cual quedó fuera.
Tampoco estaba previsto, en esas primeras concesiones, que pudieran producirse cambios como el que se produjo cuando Prisa consiguió que su canal de pago se convirtiese en canal en abierto: la Cuatro.
Desde esa posición de privilegio, el Grupo Prisa, con graves dificultades económicas por los problemas de su cadena de pago (Digital Plus) que no consigue colocar a Telefónica y al Grupo Vivendi, ha iniciado una batalla, primero por los derechos del fútbol contra Mediapro, grupo cercano a Moncloa y que controla la cadena de televisión La Sexta, y posteriormente, por paralizar la aprobación de la TDT de pago que supone una competencia directa con Digital Plus.
Pero, detrás de esa batalla económica y comercial, en un panorama de graves problemas económicos de todas las televisiones por la crisis y por la retracción de la publicidad, también hay una batalla política entre dos concepciones de entender el socialismo. El felipismo, señas de identidad de Prisa, y el zapaterismo, defendido por Mediapro, en el que tanta influencia tiene el que fue secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso.
Es precisamente la esposa de Barroso, la ministra de Defensa, Carme Chacon, la que más ha batallado a favor de Mediapro, enfrentándose (una vez más) con la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que ha estado defendiendo las posiciones de Prisa.
En medio de esas dos posiciones, ha tenido que navegar el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que, sorprendentemente, no ha acompañado a la vicepresidenta del Gobierno, como suele ser regla general cuando se aprueba una nueva Ley para explicar el contenido del Real Decreto Ley elaborado por su departamento.
Fracasada la prevista fusión entre la Cuatro y la Sexta, aprobada la TDT de pago, con una paz precaria en la guerra del fútbol, es posible que en el otoño se reabran nuevas batallas en las que Moncloa tenga mucho que decir y sufrir.