Antes de salir de vacaciones unos días, tengo el inexorable compromiso de agradecer a mi estimado compañero Joaquín Esteban Cava, además de destacado colega de la Delegación Provincial de Salud y Bienestar Social de Cuenca, la remisión que me hizo de su artículo “Sobre incendios y política forestal en la Sierra de Cuenca”, publicado el pasado día 21 de agosto en El Día de Cuenca. Salió a la luz después de detener este medio de comunicación varias semanas la publicación, sin duda porque de haberlo hecho en la fecha que correspondía, el político “pelotillero” por excelencia, consejero de Agricultura de la Junta y responsable de la deslavazada acción política con motivo de los incendios del verano en Cuenca, hubiera quedado en evidencia su inconsistente actividad de “perpetuo aprendiz de gerencia pública” y socialista de pizarra con erudición ideológica elemental.
Por cuanto examina Joaquín Esteban Cava, cuyo argumento y principios comparto al cien por cien, el lector podrá extraer su artículo al final de esta exploración mía, la cual sólo va a completar varios aspectos, todos de política sostenible, y que, siendo conocidos por él, la propia extensión de su examen no le permitieron ampliar. Aunque la denominada “política activa” nunca debe dejar de lado, y así el antropológico “ea” conquense puede ser encerrado en el barranco de los tiempos vencidos.
Las mismas palabras de Joaquín comprenden la importancia de la introducción de innovaciones a partir del potencial endógeno en los diferentes sistemas productivos locales, que llevó en su día a la Comisión Europea a impulsar las Iniciativas Comunitarias para el Desarrollo Rural (Leader), con la finalidad de potenciar la creación de Grupos de Desarrollo Rural, con capacidad para promover la participación de los diferentes agentes socioeconómicos y el conjunto de la sociedad local en la dinamización de las zonas rurales, incorporando un método de trabajo basado en la adopción de medidas innovadoras surgidas de la capacidad de acción de los actores locales, con un enfoque participativo, de “abajo-arriba”, con cooperación público-privada de actores territoriales y gestión local de las estrategias de desarrollo rural. Y este enfoque ha estado fuera de un empleo sistemático por la Consejería del tosco José Luis Martínez Guijarro, que ha adquirido una responsabilidad en este asunto perfectamente elucidada por Esteban Cava, a cuya descripción me remito, principalmente cuando recrimina al consejero que “asistimos a una parafernalia mediática de la Administración regional”.
Mientras tanto, la Comisión Europea trata de impulsar un tipo de intervención pública en el medio rural, que permite combinar la reducción gradual del proteccionismo agrario con el fomento de la multifuncionalidad de la actividad agraria y la diversificación productiva en los territorios rurales. Dicha estrategia comparte con otras políticas el abandono de los subsidios directos a la producción como eje central de las mismas, dando énfasis fundamental a las ayudas de carácter indirecto, orientadas a facilitar la construcción socio-institucional de los mercados de servicios estratégicos para el fomento del desarrollo económico local.
Los planteamientos estratégicos de la Comunidad Europea acerca del desarrollo rural han venido exponiendo, pues, desde mediados de los años ochenta, diversos aspectos de una nueva estrategia de desarrollo basada en:
• El carácter integrado del enfoque de desarrollo rural y la importancia de la diversificación productiva en el medio rural;
• El decisivo papel del entorno territorial como impulsor de iniciativas emprendedoras en el medio rural;
• La importancia de la calidad de los recursos humanos como condición de éxito de cualquier estrategia de desarrollo local;
• El logro de la mayor articulación social a nivel local y la disminución de disparidades territoriales, a fin de garantizar las condiciones para el mantenimiento de la población en el medio rural;
• El respaldo a la identidad cultural de los diferentes ámbitos locales; y
• El despliegue de intervenciones favorables al medio ambiente, las cuales involucran tanto la protección ambiental y la reducción de los niveles de contaminación y degradación, como la valorización del medio ambiente como un activo fundamental de desarrollo.
Este conjunto de orientaciones extraídas de las directrices y experiencias de la Unión Europea sobre el desarrollo rural, forma parte del enfoque más amplio del desarrollo sostenible, ya que éste no solamente debe ocuparse del medio rural sino del desarrollo económico de cualquier actividad sectorial o en cualquier territorio, ya sea rural o urbano. En efecto, el medio rural proporciona los recursos naturales (agua, materias primas, alimentos, etc.) necesarios para las ciudades y otros asentamientos urbanos y adquiere en ellos los equipos, maquinaria y servicios que precisa. Asimismo, el medio rural es cada vez más apreciado por los habitantes urbanos como espacio de ocio y recreo para actividades deportivas o en la naturaleza.
En la búsqueda de iniciativas innovadoras de desarrollo territorial es fundamental la participación de los actores locales, públicos y privados, a partir de un mejor aprovechamiento de los recursos endógenos y de las oportunidades de dinamismo externo existentes. Con ello se trata de impulsar procesos de desarrollo económico territorial con el objetivo último de mejorar la calidad de vida de la población, basándose para ello en la diversificación y mejora de las actividades agrarias tradicionales y la creación de nuevas empresas y empleo locales. Y, a partir de la acción de los Ayuntamientos y contando con la cooperación del resto de instituciones implicadas, Joaquín Esteban Cava demanda un cambio de rumbo en materia de política forestal y de desarrollo rural, “exigiendo, además, compensaciones por los daños que han dejado los incendios, más inversiones suplementarias que cubran el olvido atávico". A esto deben dedicar su trabajo cotidiano preferente desde el delegado Orden hasta llegar al consejero Martínez Guijarro, al menos si por conquenses de bien se tienen, y no tan sólo de politiquillos de partido sin capacidad ni cualidades, como demuestran en sus salidas en la foto, rodeados de la incómoda parafernalia caciquil que en las fiestas de verano exhiben.
Juan Andrés Buedo
Ver foto "El Día. 21-08-09. Sobre incendios en la sierra de Cuenca"