Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

El presidente tautológico (por Ignacio Camacho)

Publicada el septiembre 2, 2009 por admin6567
Compartir
IGNACIO CAMACHO
(Publicado en ABC. aquí)
 
A partir de la célebre proclama de que «la política no está al servicio de las palabras sino las palabras al servicio de la política», cualquier cosa puede esperarse de un gobernante capaz de un quiasmo tan literalmente maquiavélico. Cualquier cosa, desde luego, menos que resulte fiable. Desde el momento en que Zapatero pronunció aquella frase invalidó todo posible compromiso y decretó el estado de ambigüedad perpetua de su propio lenguaje, reducido a líquidos sintagmas expresados en función de las conveniencias circunstanciales. De algún modo, esa declaración preliminar le exime incluso del riesgo de la mentira: se trata de una advertencia tan cínica que traslada la responsabilidad del fraude moral a quien se crea las promesas en vez de a quien las formula.
Carece, pues, de importancia que anunciase que no iba a subir los impuestos y vaya a aumentarlos, o que no fuese a negociar más con ETA y lo siguiera haciendo. No mentía; simplemente ofrecía sus palabras al servicio puntual de su política voluble y tornadiza, eterna en el sentido metafísico o quevediano del término: sin principio ni fin. O con fines, pero sin principios. Ni siquiera cabe la posibilidad de reprocharle que se desmienta a sí mismo puesto que su concepto del liderazgo consiste en la propiedad demiúrgica de decidir no sólo sobre los significados sino hasta sobre los significantes. Como en esos decálogos humorísticos de ciertas oficinas -«el jefe no llega tarde, le retienen; el jefe no se queda dormido, descansa»-, el presidente no rectifica, se adapta; no cambia de opinión, evoluciona. Ayer lo oímos de su boca: el Gobierno no improvisa, reacciona a los cambios objetivos. Es la realidad, pues, la que se equivoca al inadaptarse.
Si Aznar solemnizaba lo evidente, Zapatero enfatiza el vacío, dotando a la nada de entidad categórica a través de una parafernalia de repeticiones huecas. El presidente es un maestro de la tautología que vive instalado en la obviedad retórica, capaz de envolver una pedestre subida de impuestos en el pleonasmo de una medida «limitada y temporal»; menudo hallazgo: como toda disposición de gobierno, como los gobiernos mismos, como la condición humana. Daría igual, por lo demás, que hubiese prometido un ajuste ilimitado y eterno; tendría el mismo valor de una expresión volátil, fatua, evaporadiza. Insustancial.
Subido a la nube de su discurso acomodaticio y gaseoso, el hombre tautológico queda dispensado de la falsedad o del doblez; su lenguaje está vacío de cualquier propósito de trascendencia y al fin y al cabo la mentira, escribió Cioran, es una forma de talento. El problema de fondo acaso no consista tanto en lo que él diga como en lo que los demás estemos dispuestos a creer. Porque hay personas estupendas a las que, como dijo una vez de cierto rival Adlai Stevenson, se les podría confiar cualquier cosa… excepto un cargo de responsabilidad pública.

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Administraciones Públicas
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Empleo
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • Beneficios y planificación coherente de la reapertura del tren convencional (por Juan Andrés Buedo)
  • Quitan a uno, ponen a otro y olvidan lo mejor: a los afiliados (por Eulalio López Cólliga)
  • Observaciones a la «grúa centenaria» eliminada en los terrenos de ADIF (por Alfons J. Krüijer)
  • La injusta defenestración de Benjamín Prieto y sus consecuencias para el PP en Cuenca (por Juan Andrés Buedo)
  • Los bajos estándares éticos de la política española revelados en el ministro Ángel Víctor Torres (por Juan Andrés Buedo)

Recent Comments

  1. Rdf Picazo Pérez en Beneficios y planificación coherente de la reapertura del tren convencional (por Juan Andrés Buedo)
  2. Rdf Picazo Pérez en Beneficios y planificación coherente de la reapertura del tren convencional (por Juan Andrés Buedo)
  3. Natividad A.H. en La injusta defenestración de Benjamín Prieto y sus consecuencias para el PP en Cuenca (por Juan Andrés Buedo)
  4. José María Cendon Robledillo. en La injusta defenestración de Benjamín Prieto y sus consecuencias para el PP en Cuenca (por Juan Andrés Buedo)
  5. José Maria Ciudad Muñoz en La injusta defenestración de Benjamín Prieto y sus consecuencias para el PP en Cuenca (por Juan Andrés Buedo)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal