(Publicado en Reggio´s-El Mundo, aquí)
EL REVÉS DE LA TRAMA
La sociedad estadounidense ha castigado a Obama con una notable rebaja en su tasa de popularidad y ha perdido 20 puntos en ocho meses. Con parecida celeridad, el presidente se recuperará si los ciudadanos reciben con satisfacción sus políticas. Estos movimientos de opinión pública son desconocidos en España. Aquí, la opinión ciudadana se mueve con la lentitud del caracol. Que lo diga, si no, Zapatero, que parece tener bula para no cumplir lo que promete, negar lo que practica y disimular la realidad. Si Obama hubiera actuado así la caída de su popularidad habría sido mucho más pronunciada, pero a Zapatero todavía muchos se lo disculpan.
Parece indiscutible que el culto a la imagen que practican Zapatero, su Gobierno y su partido les produce interesantes réditos. Políticos y comunicadores coinciden en reconocer que hacen muy bien la propaganda; incluso que es lo que mejor hacen. Sin duda, se benefician de una información no suficientemente precisa cuando no de una falta de información. Ocurre que muchos medios escrutan con más minuciosidad a la oposición que al Gobierno… Salvo cuando el Gobierno no es socialista. Hay frecuentes ejemplos de esta desviación, que conocen quienes consumen varios medios. No es extraño que entre la habilidad de unos y los olvidos de otros, los trucos de Zapatero no hayan sido descubiertos aún por una mayoría, que permanece ausente o distraída, en todo caso silenciosa.
Pero los trucos no pueden encandilar por siempre. Ya dice el dicho popular que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y aunque ha fallado la diligencia no va a frustrarse el resultado. O sea, a Zapatero acabarán descubriéndole; veremos cuándo, pero el día llegará y acaso no muy tarde. Porque, al tiempo que repite temerariamente tics propagandísticos ya gastados (por ejemplo, ecologismos y progresismos de salón), empieza a cometer errores de bulto que se empezarán a considerar imperdonables. El último error es la subida de impuestos.
Subir impuestos ahora es un error de política económica que va a perjudicar al consumo, al ahorro y al empleo, y que va a retrasar la recuperación de España. Pero es también un error estratégico que va a afectar a su trabajada imagen de paladín de los más desfavorecidos, y es seguro que esto es lo que más le preocupará. No es sólo que haya incumplido la promesa reiterada de no aumentar los impuestos; es que además no va a subir los impuestos sólo a los ricos, como aseguraba la hoja de propaganda de este verano, sino que va a subirlos a todos los ciudadanos, ricos y pobres, empleados y desempleados, activos y jubilados, mediante un retoque de la imposición indirecta. Esto es lo que dijo ayer en Roma, preparando sin duda el camino para la faena. Subir un impuesto indirecto, por ejemplo el IVA, significa sacar dinero a los ricos, por supuesto, pero también a los mileuristas, y a los parados, y a los pensionistas y a los pobres de solemnidad. Y eso es lo más antisocial, es hoy un ataque a los desfavorecidos. Si Obama decidiera algo así, le castigarían con otro sensible recorte de su cuota de popularidad. A un ilusionista como Zapatero acaso no tanto, pero me da a mí que empieza en serio la cuenta atrás para él. Su inmunidad/impunidad no va a ser eterna. Hay ilusionistas a los que, tarde o temprano, se les descubre el truco y se ve que detrás no había nada.
© Mundinteractivos, S.A.