Las consecuencias de tener una ministra de Defensa pacifista permiten que, en muchos lugares donde están destacadas tropas españolas, debamos confundir a nuestros soldados con miembros de una ONG. Resulta poco menos que inverosímil el que se envíe a un barco de guerra español, la fragata Canarias, a una zona infestada de piratas en aguas de Somalia y a un par de aviones de nuestra fuerza aérea, para que ante la temeridad de los émulos de Barba Roja, su desparpajo y su habilidad para secuestrar barcos, deban de permanecer de meros espectadores con órdenes de no efectuar ninguna maniobra de rescate, ninguna acción armada ni, tan siquiera, de intimidación; porque la política del Gobierno español no puede permitir que nuestro Ejército se muestre como tal ni utilice a sus fuerzas especializadas en tales menesteres, para intentar solucionar la situación. Siendo así, a nadie debería de sorprender que los piratas somalíes que, evidentemente, no son tontos, decidan que es más cómodo, seguro y eficaz secuestrar a un pesquero español que hacerlo con una nave francesa o norteamericana debido a que, tanto el señor Sarkozy como el señor Obama, ya les han demostrado que no se andan con contemplaciones cuando se meten con sus pescadores.
Evidentemente, España it’s different y ello ha quedado plasmado, de forma paladina, al elegir como ministra de Defensa a una señora que antes usaba camisetas con el “no a la guerra de Irak”. A diferencia de las otras naciones, que intentan potenciar a sus fuerzas armadas para que les ayuden a ser respetadas y sirvan de garantes de que las salvaguardias y derechos de sus ciudadanos sean respetadas en cualquier lugar del mundo en que se encontraren; en España, convertida en la nación más “pacifista” del mundo civilizado, en virtud de la especial forma de pensar del señor Rodríguez Zapatero; el Ejército ha dejado de ser el encargado de velar, como indica
Sin duda, el señor Rodríguez Zapatero se aprendió bien la lección y, aparte de jubilar a cuantos militares pensaba que podrían ponerle en dificultades; después de colocar al mando de las tropas a los militares leales a “la causa”; decidió acabar de “descafeinar” al Ejército poniendo al frente de él a una mujer y, por añadidura pacifista, que se ha tomado su cargo con la misma frivolidad que si le hubieran regalado una casa de muñecas, en la que pudiera cambiar los muebles de habitación según su antojo. La señora Chacón ya ha dado pruebas de su incapacidad para el cargo en todas aquellas ocasiones en que ha querido intervenir como, por ejemplo, cuando retiró precipitadamente nuestras tropas destacadas en Kosovo; en el nombramiento para cargos de responsabilidad, a militares adictos, saltándose a la torera el escalafón; o cuando se ha negado persistentemente a aceptar que, nuestras tropas en Afganistán ( mal armadas y con la prohibición de hacer otra cosa que defenderse), estaban inmersas en una “guerra”; calificando la situación como una “misión de paz” en la que, sin embargo, mueren nuestros soldados y no, por supuesto, de indigestión..
Es evidente que la señora Chacón piensa que nuestros “soldaditos” están para que juegue con ellos a “batallitas” pacifistas, en las que unos se dedican a sembrar flores en el Líbano y los otros hacen labores del hogar en Pakistan; confundiendo una misión de ONG’s con lo que es la misión de cualquier cuerpo armado que consiste en defender su posición por medio de las armas, de acuerdo con una táctica y estrategia diseñadas por el Alto Mando. Lo que no se puede consentir es que la ministra utilice a nuestras fuerzas armadas para aquello para lo que no están diseñadas ni para que se utilicen los impuestos de los ciudadanos para otra cosa que no sea garantizar, por medio de un Ejército bien pertrechado, las fronteras y la unidad del país. ¡Claro que esto de conservar la unidad de España es posible que no encaje con lo que los del PSOE, tienen in mente para el futuro de nuestra nación, que puede que se ajuste más a los deseos independentistas de los separatistas que con lo que
Recordemos la pifiada de nuestro Gobierno cuando en el año 2008 tuvieron que enfrentarse al secuestro del pesquero español Playa de Bakio, que permaneció en manos de los piratas durante una semana y que termino cuando, el Gobierno español, se bajó los pantalones y pagó el rescate que se exigía impidiendo a la armada, que lo pedía con insistencia, que pudiera actuar con sus comandos.¡Claro, para el PSOE, el que se pudiera herir o matar a un pirata les causaba una gran preocupación! Lo vienen demostrando desde que han subido al poder ¡tienen pánico a que pueda morir un soldado!, porque siempre ha sido su caballo de batalla, ante sus adversarios políticos, el primar sobre el honor de España, sobre su prestigio internacional, sobre los intereses de los ciudadanos españoles; el que la vida de una persona debe justificar cualquier cesión ante el chantaje, la presión o la fuerza. Lo malo de esta política es que, en ocasiones, por pretender salvar una vida se ponen en peligro la de otras cien, como se ha demostrado con este nuevo acto de piratería cometido contra el pesquero vasco “Alakrana”, con una dotación de 26 tripulantes, ahora en manos de los filibusteros somalíes. ¡Es muy bonito y, sin duda, produce renta electoral esto de estar en contra de acciones armadas! Pero miren ustedes, no siempre, en la política, se puede escoger lo que mejor nos conviene para ganar unas elecciones; porque el Gobierno está, no para buscar siempre el actuar para ser elegido de nuevo, sino que a lo que se ha comprometido es: ¡a gobernar!.
Se ha creado un comité de gestión de este grave asunto, presidido por la señora De
Miguel Massanet Bosch