Más de 700.000 mayores de 16 años han sido llamados a las urnas -sin cobertura legal alguna- para expresar su apoyo a la independencia entre hoy y mañana en 165 municipios. Un movimiento nacido al calor de la consulta celebrada el pasado 13 de septiembre en Arenys de Munt (Barcelona) organizado oficialmente al margen de los partidos, pero que ha sido jaleado desde ERC y Convergencia, mientras el PSC ve con enorme incomodidad la iniciativa y el PP la denuncia abiertamente.
Quién se ha puesto al frente de la manifestación es el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, convertido en la nueva estrella independentista, que comenzó a hacer campaña a favor del «sí» y de la «dignidad» de los catalanes durante un mitin celebrado en Vic (Barcelona).
No habrá recursos
El presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, se pronunció ayer por primera vez sobre esta iniciativa -amplificada en cierta manera gracias a la reacción contraria de la Abogacía del Estado que generó la consulta de Arenys- para restar importancia al órdago independentista. «Objetivamente, no van a ningún sitio», aseguró de las consultas, que esta vez no contarán con la oposición del Gobierno, puesto que ha renunciado a recurrir los referendos promovidos por entidades privadas, aunque utilicen para ello dependencias públicas cedidas por algunos ayuntamientos.
La vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, advirtió de que las consultas «no se ajustan ni a la ley ni a la Constitución y por tanto no tienen validez, ni consecuencia jurídica alguna», pero rechazó cualquier iniciativa en contra del Gobierno. En la misma ambigüedad se mueve el presidente de la Generalitat, José Montilla, quien el jueves aseguró que «tiene poco que objetar mientras se respete la legalidad». No en vano la oleada independentista se ha convertido en un nuevo dolor de cabeza para el PSC, que no puede denunciarlas abiertamente como desearía parte de su electorado porque han sido jaleadas por sus socios de ERC. De hecho, el consejero Josep Huguet ha animado a participar en la consulta y un alto cargo de Cultura será «interventor» de ERC.
La excepción la marcó el portavoz del PSC, Joan Ferran, al alinearse con el PP para acusar a la cadena autonómica TV3 de haber «fabricado un país» ficticio al «sobredimensionar» la información sobre las consultas.
Según los organizadores, el referendo será un éxito si supera el 40% de participación y un fracaso si se queda por debajo del 30%.