Rosa Díez, Portavoz de UPyD (Publicado en El blog de Rosa Díez, aquí)
EL ENEMIGO EN CASA.
Ayer nos llegó la nueva amenaza de ETA vía comunicado de la banda publicado en Gara. Nada nuevo bajo el sol. La misma palabrería, las mismas amenazas. Y las mismas reacciones y análisis sesgados, sectarios, interesados, por parte de todos los prescriptores sociales y políticos del país.
Algunos han saludado la referencia de ETA a la “acción política” como un avance en los postulados de la banda terrorista, una declaración positiva en la que ésta asumiría que ha de abandonar el uso del terror para hacer política. Nada más lejos de la realidad; salvo que uno quiera volver a engañarse. Les animo a todos ustedes a tirar de hemeroteca; ni siquiera se tienen que esforzar mucho para comprobar que ETA siempre llamó política al crimen; y siempre llamó proceso democrático al uso del terror para exterminar a las personas y las instituciones defensoras de la pluralidad y de la democracia. El “proceso democrático” ha sido para ETA, desde que empezó a asesinar contra la democracia, la forma en la que la banda terrorista ha calificado cada acto de terror, cada extorsión, cada secuestro, cada asesinato. ETA ha considerado parte de su “proceso democrático” la quema de autobuses, la persecución de inocentes, el tiro en la nuca, las amenazas, los chivatazos sobre concejales desde los propios ayuntamientos en los que siguen insertados bajo las siglas de ANV…
Por eso les conmino a no dejarse engañar por los voceros de la banda; y no me refiero a los que escriben en GARA. Esos lo dicen todo bien clarito. Me refiero a los que van a tratar de explicarnos que todo esto es producto de ese otro “proceso de paz” en el que el Gobierno de Zapatero quiso rendir el Estado de Derecho a la banda terrorista. Y tratarán de explicarnos que la banda ha cambiado de lenguaje, que ahora no amenaza de muerte, que habla de política. No se dejen engañar: ETA habla de las mismas cosas de las que ha hablado toda la vida, con el mismo lenguaje y con la misma intención: aniquilar a la democracia. Habla con la lengua del terror y guarda las pistolas y las bombas para atacar en cuanto pueda.
Que no se nos olvide que tenemos el enemigo en casa. Sí, en casa: infiltrado en los Ayuntamientos (más de cuarenta) del País Vasco y Navarra; que gracias a esa presencia institucional –que la Fiscalía y la Abogacía del Estado organizó en pleno “proceso de paz de Zapatero”– obtienen los planos de inversiones estratégicas que pasan a sus compañeros terroristas de los comandos operativos para que puedan organizar atentados contra ellas; que esa presencia institucional les permite utilizar las dependencias municipales para guardar explosivos y armas; que esa presencia institucional pone a su disposición recursos económicos –que proceden de nuestros impuestos– con los que organizan atentados, compran armas y explosivos, hacen seguimientos de personas que son futuros objetivos del crimen, pagan autobuses para asistir a las manifestaciones que organizan (la última de Bilbao fue un ejemplo palmario de lo que les digo). Que no se nos olvide que el enemigo está en casa y asoma la cabeza; y que quienes quizá nos quieran hacer creer que algo ha cambiado en la banda son los mismos que se niegan (o justifican) a disolver los ayuntamientos que la banda terrorista controla.
Que no se nos olvide; nos va la vida en ello.