Escandaloso. No se puede darle otra calificación a las continuas intromisiones del Ejecutivo en el terreno de la Justicia que si, ya desde que los socialistas tomaron en sus manos el gobierno de España, se empezaron a evidenciar en las actuaciones más que cuestionables del señor fiscal General del Estado, señor Conde Pumpido, en relación a determinados etarras, en aquella etapa perfectamente infumable en la que al Gobierno le convenía “no indisponerse” con la banda terrorista ETA, (recordemos los casos Otegui y De Juana Chaos); deberemos reconocer que, a medida que les van surgiendo problemas de otra índoles cuando se ven inmersos en una situación en la que el paro los tiene agobiados, que se ven acosados, no sólo por parte de los partidos de la oposición, sino también desde las altas instancias de la UE; que ven en España a un socio difícil que causa problemas a la moneda única, el euro, y que, en un momento determinado, pudiera llegar a ser en una rémora para toda la comunidad europea debido a que, los intereses particulares del señor Rodríguez Zapatero, no coinciden con los del resto de las naciones del viejo continente.
Sin embargo, en estos últimos meses, hemos tenido oportunidad de ver el desprecio que nuestro Presidente está demostrando por el tercer poder del país, el Judicial. No hay duda de que determinadas intervenciones de algunos miembros del Ejecutivo, así como algunas declaraciones del propio presidente y del inefable señor Moratinos, podríamos decir que rayan en una clara extralimitación en sus funciones como gobernantes y ponen en evidencia la forma en la que Gobierno y fiscalía del Estado hacen causa común para enfrentarse a las actuaciones judiciales, cuando éstas no concuerdan con sus intereses partidistas o puedan causarles problemas con algunos de sus “amigos” de allende los mares, con los que parece tienen unos lazos ideológicos tan fuertes que no dudan en ponerse en evidencia ante el pueblo español y nuestros vecinos de la UE, con tal de no enemistarse con aquellos caudillos populistas, absolutistas y totalitaristas, que se han empeñado en hacer, de algunos países de la América latina, dignos herederos del fenecido régimen soviético. El caso más evidente de este extraño comportamiento del señor ZP y su ministro de Exteriores, lo hemos comprobado en este sainete que se ha montado con motivo del auto del magistrado de la Audiencia Nacional, señor Velasco, en el que se habla de una posible colaboración del Gobierno de Venezuela en una intriga, pergeñada por las FARG y ETA, para perpetrar sendos atentados en contra del señor Uribe y del señor Pastrana. Es evidente que la Audiencia Nacional, en un caso de tanta importancia y repercusión mediática no ha obrado con ligereza y si se han solicitado informes y aclaraciones ha sido porque existen pruebas sólidas que lo avalan.
La muestra la hemos tenido en el mismo caso del señor Garzón, un juez que hace años que está buscándose problemas con sus más que discutibles actuaciones, algunas de ellas obrando con manifiesta temeridad y evidente intención de invadir competencias ajenas, cuando no creando problemas internacionales con su particular interpretación de las facultades atribuidas por la llamada Justicia Universal. Ya sabemos que este juez le ha hecho más de un favor al partido socialista; que se ha manifestado muy diligente a la hora de empapelar a miembros del PP y, no obstante, parece que no le ha ocurrido lo mismo cuando se ha tratado de militantes de PSOE, con los que parece que no se muestra tan agresivo. En todo caso, un juez que monta tantas exhibiciones, que está tan cuestionado y que parece que actúa con patente, de corso sin que el CGPJ parezca que se atreva a enfrentarse con él, cuando está empapelado ante el Supremo por tres acusaciones distintas de prevaricación; lo menos que podría hacer es usar su derecho a defenderse evitando hacer demostraciones extemporáneas sobre quienes deben juzgarlo, , actuando conforme a derecho, en función de unas denuncias que se han formulado contra su persona. Y, hete aquí que, por si no tuviera ya el apoyo de algunos de sus colegas los jueces de más reconocida militancia izquierdista, como el juez Pedraz y otros; ahora ha sido el mismo ZP quien ha salido en su defensa apoyando, implícitamente, el manifiesto de los conocidos miembros de la farándula, los eternos defensores del Gobierno, señores Boto (de la misma madera que su padre), la omnipresente señora Bardem, la Barranco o la oronda Cristina Almeida, de la que casi nadie se acuerda.
“Muchos españoles sabemos de su valentía” dice ZP refiriéndose a Garzón, pero quizá debiera pedirle opinión al señor González, que padeció en sus carnes un poco de la “valentía” de un despechado Garzón, o puede que debiéramos interesarnos por si la “valentía” del juez tenía algo que ver con las ayudas que recibió del señor Botín del Banco de Santander, un señor millonario relacionado con los socialistas y que intervino en aquella famosa reunión de los banqueros con ZP, de la que salió aquella decisión de inyectar 50.000 millones de euros a la banca, para que se dieran créditos que nunca se dieron. El señor ZP es el Presidente del gobierno y no debiera opinar respecto a un señor que está enjuiciado por tres delitos de prevaricación, si es que no quiere interferir en la acción de la Justicia; como tampoco debiera hacer declaraciones afirmando que se le van a pedir explicaciones al señor Chávez de Venezuela y luego resulte que lo que hace Moratinos es excusarse ante aquel mandatario, diciéndole que es cosa de la Audiencia, pero que el Gobierno español no tiene nada que ver en todo ello. ¡Una verdadera vergüenza para España y una humillación digna de aquellos que les importa poco el prestigio de la nación! Lo malo es que, Zapatero, siempre habla de “la inmensa mayoría de los españoles” como si no se enterase de los últimos datos de las encuestas que restan al PSOE más de dos millones de votos de personas a las que sus actuaciones, su política, sus maneras y engaños, han decepcionado. De tal manera que, su aureola de persona pacífica, preocupada por las clases obreras y defensor de los derechos de los débiles, se ha ido difuminando a medida que la verdadera imagen de este Dorian Grey que nos gobierna, reflejada en el lienzo de su incompetencia, tozudez, partidismo y sectarismo, le han llevado a conducir a España a una situación límite que continúa negándose a reconocer a pesar de ser evidente.
El señor H. Chávez ha quedado exonerado por nuestro Gobierno antes de que la Audiencia Nacional haya recibido la información que pedía; de modo que cualquiera que pudiera ser el resultado final, la sentencia que pudiera dictar dicho tribunal, es evidente que todo iba a quedar en agua de borrajas. ¿Recuerdan ustedes el apoyo que recibió Garzón cuando quería enjuiciar al general Pinochet? ¡Ah! pero aquel mandatario era de derechas y sus crímenes peores que los cometidos por las izquierdas que siempre encuentran justificación entre las huestes del progresismo. Por si no lo sabían, ahora un nieto de Josif Stalin pretende reivindicar la figura de su abuelo diciendo que fue un gran benefactor de la patria y una especie de santo al que hay que venerar. Por lo visto, este descendiente del “padrecito” Stalin, se ha olvidado de las purgas de los campesinos que quiso convertir en obreros de la industria y, como fracasaron, fueron “hábilmente” masacrados y fueron millones. Si esto se dijera de Adolf Hitler los medios de comunicación de nuestro país levantarían chispas, pero como es el señor Stalin a todos les parecerá perfecto. Así funciona la izquierda, con dos varas de medir según se trate de amigos o adversarios políticos. Y, ¿quién protesta? Unos pocos, al parecer.
Miguel Massanet Bosch