Aquel Bambi se ha vuelto un Pinocho
¿El presidente del Gobierno tiene o no tiene un plan de pensiones privado? Nos dijo que no, pero resulta que sí. Y no solo uno, sino dos. O, para ser más exactos tres, si contamos el de diputado. Rodríguez Zapatero ha sido pillado en lo que los niños llaman mentira cochina, y en Moncloa un simple olvido.
El miércoles 10 la agencia estatal de noticias Efe TV pregunta en los pasillos del Congreso a varios ministros y al Presidente si tienen planes de pensiones privados. Zapatero, sin detenerse ante la cámara gira la cabeza y suelta un lacónico "no".
Esa negación se divulga por toda España el jueves 11, quedando claro que unos ministros (como el de Seguridad Social) tienen planes privados y su jefe no. Ese mismo día la edición digital de Abc reproduce unas declaraciones de Rodríguez Zapatero al semanario económico Inversión en marzo de 2004, manifestando que tenía dos planes de pensiones con el Banco Santander.
El viernes 12 Abc recoge la confirmación por Moncloa, con la explicación de que el presidente "no recordó la existencia de estos planes a los que ya no aporta dinero". Aquella imagen de gobernante inocente que le valió el apelativo de Bambi, ha cambiado a la de un Pinocho sorprendido en un renuncio como la copa de un pino.
Que te sorprendan en una mentira no significa que seas un mentiroso, pero si te ocurre como jefe del poder Ejecutivo… queda feo, muy feo. ¿Qué conclusión sacar de esta cantada de ZP? Una de tres:
a) Si mintió a conciencia ante la cámara, y tan torpemente, quedan por los suelos su credibilidad, su respeto y su autoridad.
b) Si en pleno debate público sobre las pensiones olvida que tiene dos planes privados, preocupa semejante merma de facultades.
c) Si no se enteró de lo que le preguntaba la reportera en los pasillos del Congreso pero respondió, debería ir de urgencia al otorrino y pedir hora a un terapeuta social.
Este hombre no para de acertar. Lo último que le podía pasar, le ha pasado: quedar públicamente como una vulgar Dolores de Cospedal, también descubierta en su ocultación de un plan de pensiones privado.
¿Qué será lo próximo? Tic, tac, tic, tac.