Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

NOSOTROS, LOS DEMÓCRATAS (por Rosa Díez)

Publicada el marzo 15, 2010 por admin6567
Compartir

(Publicado en El blog de Rosa Díez, aquí)

Demócratas

Aprendimos, porque vivimos toda nuestra vida en tierra hostil, a unirnos para defender lo pre-político, las grandes cuestiones, los valores indiscutibles e innegociables que son consustanciales con las sociedades libres y tolerantes.

Aprendimos en los años del plomo que  sólo puede haber una raya que nos separe: a un lado los demócratas, al otro los enemigos de la democracia.

Aprendimos que en el lado de los demócratas estamos todos: los que se proclaman de derechas, los que se proclaman de izquierdas, los que no se proclaman de nada, los que se proclaman nacionalistas, los que se proclaman independentistas, los que se proclaman liberales…

Aprendimos que en el lado de los enemigos de la democracia están todos los que quieren destruir la sociedad libre y plural: los que amenazan; los que no respetan la libertad de expresión; los que no respetan la libertad ideológica; los que no respetan la libertad de cátedra; los que no respetan la libertad de pensamiento; los que matan a quienes no se someten; los totalitarios; los que asesinan a los defensores de la democracia.

En el lado de lo enemigos de la democracia, escondidos tras las hordas, están también los cómplices de los que no nos dejan pasear por nuestras calles sin escoltas; están los que escriben artículos o columnas relativizando la gravedad de las agresiones contra las personas que defienden el orden constitucional; están también los que escriben o pontifican a través de las ondas comparando a las víctimas con los verdugos; están también los que desde los medios de comunicación culpan a las víctimas por las agresiones sufridas; están también los que callan, los que miran para otra parte, los que acompañan con su silencio a los malhechores.

Aprendimos que para defender la democracia y el respeto a los derechos fundamentales hay que ejercerlos sin miedo y sin prevención.

Aprendimos que nunca hay que abandonar el espacio público: si los enemigos de la democracia consiguen que desistamos, habrán ganado la batalla al Estado de Derecho.

Aprendimos que hay que salir juntos a la calle a defender lo que nos une.

Aprendimos que quienes no nos hemos preguntado por la ideología del que caminaba a nuestro lado llorando por una persona asesinada somos capaces de luchar juntos por construir una democracia que merezca tal nombre con mayúsculas.

Nosotros los demócratas tenemos que demostrar que no hemos olvidado ninguna de estas enseñanzas. Nosotros los demócratas hemos de juramentarnos para que nunca vuelvan a producirse con impunidad y/o propaganda actos como el que protagonizó una banda de facinerosos y totalitarios el día cinco de marzo en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Nosotros los demócratas tenemos que ocupar ese espacio público de las Universidades, vedado demasiadas veces a la inteligencia y a la libertad de expresión.

Nosotros los demócratas debemos desarrollar un plan de presencia en todas las Facultades en las que campan por sus anchas los intolerantes, los que tienen miedo a las ideas, los que se amparan en la ideología para perseguir violentamente a quienes no se someten al pensamiento único, los que han sido educados en el odio al que piensa diferente o sencillamente al que piensa libremente.

Si España fuera un país menos cainita, con mayor cuajo democrático, ya nos habríamos puesto de acuerdo para que cada semana del año, en cualquier universidad española, un político de cualquier fuerza democrática, ocupara la tribuna para hablar,  escuchar y debatir.

Pero es evidente que aún no hemos entendido que cada vez que en una universidad se le impide hablar a alguien que quiere expresar y debatir sobre ideas se está atacando al principio básico de la democracia y no al nombre o la sigla que acompaña a esa persona.  En la escena política hay quienes prefieren no darse por aludidos y escurren el bulto y miran para otro lado tras las consiguientes muestras de solidaridad humana.

En la escena periodística, de los prescriptores de opinión, hay quien prefiere titular con sorna y desvergüenza sobre cómo “le cantan las cuarenta” a una persona agredida e insultada; hay quien prefiere escribir sobre lo que electoralmente gana la víctima por serlo, por estar “a la contra”, mientras optan por estar bien arropados entre los victimarios: no vaya a ser que consiga tanta rentabilidad por estar “a la contra” que les echen del periódico en el que escriben….

Quiero decirles que todo esto me resulta conocido. Hemos soportado durante mucho tiempo que llamaran provocadores a quienes salíamos a defender las libertades en el País Vasco. Hemos leído muchos artículos, pretendidamente comprensivos con nosotros, que terminaban aconsejándonos que nos calláramos para no provocar las iras de los terroristas y de sus amigos. Afortunadamente para todos –también para los pusilánimes y para quienes nos aconsejaban que nos adaptáramos al clima de terror y al nacionalismo obligatorio–nunca consiguieron taparnos la boca, nunca consiguieron que desistiéramos.

Tampoco vamos a desistir ahora ante este nuevo fascismo protagonizado por jóvenes universitarios educados en el odio y sostenidos por el discurso antipedagógico de algunos políticos, de algunos educadores y de algunos prescriptores de opinión. No vamos a renunciar a ir a las universidades a dialogar con los que serán los dirigentes del futuro. No vamos a abandonar el espacio público de forma preventiva jamás; no nos van a frenar ni los insultos, ni las incomodidades, ni las amenazas, ni los libelos periodísticos. No vamos a dar tregua a los intolerantes; vamos a exigir a los poderes públicos que actúen para acabar con la impunidad de quienes atacan principios básicos del Estado de Derecho.

Fue en la Autónoma de Barcelona, durante la tregua de Lizarra, donde Otegui impartió una conferencia multitudinaria. Eran aquellos tiempos en los que los medios de comunicación y la clase política en general habían convertido a Otegui en el héroe de la resistencia, en el salvador de la democracia en el País Vasco. Un estudiante le preguntó si él creía que en Euskadi saldría adelante un referéndum a favor de la independencia. Otegui contestó que no era viable; que para que eso fuera posible “sobraban quinientos mil”. Matar a quinientos mil es imposible en un País de la Unión Europea; pero excluirnos, hacer desaparecer del espacio público a muchos más de quinientos mil resulta fácil de conseguir. Es tan sencillo de conseguir que valdría  con que desistiéramos, con que nos acomodáramos, con que olvidáramos todo lo que hemos aprendido a lo largo de toda una vida de resistencia democrática.

Aviso para navegantes: nadie nos a  echar de ningún espacio público de nuestro país. Vamos a estar en todos los lugares de España donde haya una sola persona que nos quiera escuchar, especialmente en aquellos foros en los que los enemigos de las libertades no dejan que suene otra voz que la suya propia. Ojala otros nos acompañen en este compromiso cívico de pedagogía democrática. Pero, en todo caso, nosotros vamos a estar. No nos va a meter en casa nadie; nadie nos va amedrentar. No seremos nunca neutrales; y siempre tendremos claro en que parte de la raya hay que estar; y en qué parte están los demás. Que cada cual asuma las consecuencias.

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • España en llamas-III (por Eulalio López Cólliga)
  • EPISODIOS PROVINCIALES. 19 – La Diputación de Cuenca: entre andanadas improvisadas y enchufismo mal disfrazado (por Juan Andrés Buedo)
  • Discrepancia política, colaboración interadministrativa y sentido de Estado: el ejemplo de los incendios (por Juan Andrés Buedo)
  • España en llamas-II (por Eulalio López Cólliga)
  • España en llamas-I (por Eulalio López Cólliga)

Recent Comments

  1. Fuente en Las puñeteras abstracciones (por Miguel Massanet Bosch)
  2. Fuente en Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo (por Miguel Massanet Bosch)
  3. Fuente en Rajoy niega haber recibido dinero negro y presentará sus declaraciones de la renta
  4. euromillones en Miles de personas se manifiestan contra el paro y los recortes en servicios públicos
  5. central park en ¿Hacen falta cambios en el gobierno de Rajoy? (por Miguel Massanet Bosch)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal