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El PP de Rajoy satisfecho de conocerse a sí mismo (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el marzo 19, 2010 por admin6567
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Es evidente que en la dirección del PP siguen sin enterarse de que, la formación política que, actualmente, están gobernando nada tiene que ver con aquella en la que muchos españoles estuvimos afiliados o gozaba de nuestras simpatías y colaboración a la hora de acudir a las urnas. Está claro, y quizá ahora lo podamos entender mejor, la intención del nuevo equipo que acompaña a Rajoy, desde de su fracaso en las segundas elecciones, cuando empezaron a hablar de pretender ser un partido de “centro” apartándose de su tradicional línea de ser la representación de la derecha española, como si el que los pudieran considerar de derechas les pudiera relacionar de alguna manera con la dictadura del general Franco. Evidentemente que el giro que le ha dado el señor Rajoy y sus comparsas al partido, no se trata únicamente de una cuestión semántica sino que tiene un calado mayor y esto ha quedado demostrado cuando, en la reunión que se ha celebrado en San Sebastián, dentro de la euforia que les proporciona haberse convertido en los lacayos del señor Patxi López y la fuerza que le están dando al PSOE del país vasco, se les ha soltado la lengua y ¡por fin!, han reconocido algo que, desde hace mucho tiempo les venimos imputando aquellos que, desengañados, nos apartamos de esta nueva línea adoptada por Rajoy en su afán de construirse una nueva imagen que lo aparte de las acusaciones que se le achacaban de “crispar” y mantener una línea dura con el partido en el gobierno. Ahora se habla de hacer “una oposición responsable”, de no meterse demasiado con el Gobierno y de confraternizar, si ello fuere conveniente con los nacionalismos vasco y catalán.

Veamos si llamamos a las cosas por su nombre. En primer lugar el señor Rajoy si, como parece, es una persona inteligente, debería reconocer que, a estas alturas de la segunda legislatura del señor Rodríguez Zapatero, después de seis años de un gobierno desquiciado, de fracasos consecutivos, de engaños a la ciudadanía, de padecer una crisis como nunca se había conocido en España, de practicar una política exterior tercermundista y de haber convertido a España en el furgón de cola de la UE; el haber conseguido, en las encuestas más favorables y a dos años de las próximas elecciones, sólo distanciarse del partido del gobierno en 5 o 6 puntos; no se puede considerar, en modo alguno, una hazaña importante. Es más, estamos convencidos de que ZP, ha logrado mantener atemorizado al PP llevando la iniciativa parlamentaria, le ha puesto en bretes importantes (caso Gurtel) y le ha obligado a transigir, podríamos decir “tragar sapos”, en temas que, a cualquiera de los antiguos miembros de Alianza Popular o del PP del señor Aznar,  nos parece como la mayor traición que se le puede hacer a los valores y principios que dieron lugar a la creación de esta formación política de clara tendencia derechista y cristiana.

Supongo que, tanto el señor Rajoy como sus acólitos, empezando por el señor Basagoiti, la Cospedal y todo el séquito de aduladores que le acompaña, nos podrían explicar, claramente, qué es lo que quieren decir con esto de “el centro es nuestro y nos ha hecho fuertes” o “frente a las viejas recetas” o la defensa unánime del “nuevo partido”, ¿de verdad ha sido refundado el PP?,¿cuándo ha sido esto?,¿en qué Congreso, democráticamente convocado y con qué libertad de acción, han cambiado de norte?; acaso ¿será como en Palma de Mallorca, donde todo estaba acordado y bendecido para que se eligiera al señor Bauzá?. Aparte del auto bombo, de la parafernalia, la endogamia, la complacencia y la evidente concesión a la galería de una imagen de unidad y seguridad en sí mismos, ¿qué hay de verdad en todo este cambio de rumbo? Yo creo que debiéramos analizar algunos aspectos de cuál ha sido la línea de actuación del equipo de Rajoy durante los 6 años que lleva en la oposición.

En la primera etapa tuvimos a un Rajoy un tanto despistado, con días buenos y malos, pero que se puede decir que, con mejor o peor fortuna, entraba en la lid parlamentaria buscando sacar a la luz pública las equivocaciones de su adversario, sin saber, eso sí, librarse del San Benito de que su política era solo derrotista y crispante. No supo o no pudo demostrar que el PP tenía mejores soluciones y alternativas a los errores gubernamentales ni vender al PP como un partido que sabe mantener sus valores y que fue quien sacó a España del marasmo económico, político y corrupto en que la había dejado Felipe González. Siempre estuvo condicionado por una especie de servidumbre, de sentimiento de culpabilidad y de incapacidad de reacción, ante la campaña directa, persistente e implacable del PSOE, muy bien orquestada, sacando provecho del atentado del 11-M del 2004 para cargarle las culpas al PP. Rajoy tuvo miedo a enfrentarse a quienes les acusaban y renunció a hacer caso a quienes encontraron pruebas y evidencias de un sumario trucado. No quisieron investigar las irregularidades de un juicio más que sospechoso de intromisiones políticas y de actitudes incomprensibles, como la de la señora Majón, más interesada en apoyar a los socialistas que en que se revelara la verdad de lo ocurrido. Renunciaron a saber la verdad.

Pero ha sido en esta segunda legislatura cuando Rajoy se deshizo de la plana mayor antigua para erigirse en Ave Fénix, resurgiendo de las cenizas de dos fracasos en las urnas, como si él no hubiera sido el más directo responsable de las dos derrotas. No ha querido “crispar” y así los socialistas han introducido, con toda comodidad, la ley de la EpC (ante la pasmosa pasividad de los populares) y la ley del aborto (donde, aparte de amenazas de recurrir al Constitucional, poco más han hecho para evitarlo). Su nueva estrategia de acercarse a los nacionalismos (evitando apoyar a los que reclamaban el uso del castellano en Catalunya) para intentar arañarles votos, ha fracasado. Las encuestas, no dan señal alguna de mejora en Catalunya del PP; cede el baluarte socialista y, por el contrario, CIU está dando pasos de gigantes para volver al poder, casi con mayoría absoluta. No han querido forzar al TC para que resolviera el recurso contra el Estatut catalán, dejando a los socialistas que mangonearan a su presidenta para que retrasase ad nauseam su pronunciamiento sobre la legalidad de aquella ley orgánica. ¡No había que crispar, no quería dar motivos para que los tacharan de importunar al Gobierno! En San Sebastian se descaran y reniegan de la política de María San Gil diciendo que eran “viejas recetas” (seguramente por ser valiente y efectiva). Nada en un vaso de agua.

Ahora, in extremis,  intentan sacar provecho del descalabro socialista en su gestión económica de la crisis; se dan cuenta de que, con dos años por delante, el señor ZP tiene aún margen para recuperarse si tuviera la suerte de que, a finales del 2010, empezara una tímida recuperación que él pudiera magnificar como sabe hacerlo. Pero han perdido demasiado tiempo estando en la inopia, dejando que la apisonadora socialista los tuviera arrinconados en el Parlamento, sacando adelante todas las leyes, por injustas y desaforadas que fueren, sin oponer más que una tímida resistencia, como si prefirieran no “crispar” a defender a capa y espada, aunque ello les costara votos o el mismo poder, los principios, valores, ideas morales y éticas que siempre estuvieron recogidos en los objetivos básicos de esta formación, específicamente de derechas. Basta de euforias injustificadas, basta de auto alabanzas y basta de ponerse las medallas antes de demostrar tener agallas para conseguirlas. Todo lo tienen en el alero… por ahora.

 

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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