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ZP, de James Bond, vegeta en Bruselas (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el marzo 29, 2010 por admin6567
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Ver a nuestro Presidente del gobierno deambular por la sala donde se estaba celebrando la llamada Cumbre de Primavera de la UE, en Bruselas, provisto de unas enormes gafas negras, al estilo James Bond, con cara de despiste y más perdido que un pulpo en un garaje; nos da la exacta medida del “peso” que tiene nuestro país en el entorno europeo y desmiente, categóricamente, a nuestra TV oficial que intenta, sin gran éxito, esto es la verdad, hacernos tragar a los españoles que el señor Rodríguez Zapatero ha sido “parte importante” en esta difícil y trabajado proceso para encajar una forma inteligente de auxiliar a Grecia, ante un protocolo europeo que no contempla tal posibilidad. En realidad, el mérito, si es que queremos considerarlo así, de esta alambicada operación se les debe atribuir, en exclusiva, a dos personajes verdaderamente clave: la señora Merkel y el señor Sarkozy. Que Mr. Bean se haya transformado en el famoso agente inglés James Bond no tiene otra lectura que la de que, nuestro ZP, gusta de intentar captar la atención del público y cuando no lo consigue por su capacidad como estadista o no lo logra como Presidente semestral de la UE, no duda en pretender venderse intentando ocupar un lugar en la fotografía o exhibirse como un play boy por los vericuetos de la sala de reuniones, en un verdadero alarde de exhibicionismo de su más que humillante soledad. La realidad, sin tapujos, es que el señor ZP ha quedado reducido a la categoría de un presidente devaluado y relegado a la función de mero comparsa dentro del círculo de las naciones que, realmente, cortan el bacalao en la UE: Alemania y Francia.

Lo malo de que una presidencia española –que hacía pensar en una reivindicación de España como nación importante e influyente dentro de Europa –,  haya quedado reducida a un Via Crucis para el señor Zapatero, que ve como el protagonismo al que aspiraba ha quedado eclipsado por la presencia del señor Van  Rompuy y que, sus utópicos proyectos de llevar la voz cantante e imponer sus mágicas soluciones de “economía sostenible y energías alternativas” al foro europeo (con los que pretendidamente iba a dejar maravillados a todos los países de la UE), en lo único que se han transformado es en humo de pajas y en la chirigota y el hazmerreír de todo el resto de naciones de nuestro entorno europeo. Alguien, eso sí, ya se ocupó de dejarle bien claro, en Davos, que una persona que no ha sabido salvar a su propio país de la gran catástrofe económica “debía ir a escuchar y aprender y dejarse de pretender dar lecciones”.  Y es que nadie, en sus justos cabales, debería tener la temeridad de dárselas de “enterado” cuando su país ha sido objeto de las críticas generales, no sólo de Bruselas, sino también del BCE y del mismo FMI. Ahora ya no hay ningún representante o mandatario de país europeo que no se sonría, displicentemente, ante nuestro Mr. Bean y que no le de unas amistosas palmaditas en la espalda, mientras ZP, incapaz de entender que no se le respete, muestra su sempiterna sonrisa de bobalicón que no se entera de nada lo que sucede a su alrededor.

El acuerdo sobre el tema griego lo tramitaron, en 48 horas, la Alemania, de la espabilada y tenaz, señora Merkel y la Francia del, un poco apagado, señor Sarkozy. El primero en enterarse del acuerdo fue el señor Van Rompuy y, a continuación, el resto de miembros de la asamblea, entre los cuales, acompañado de su sempiterno séquito de guardaespaldas y asesores, estaba ZP, flanqueado del omnipresente y sonriente señor Moratinos, el artífice de nuestras “buena relaciones” con el señor H. Chávez, pese a que, el Gorila Rojo de Venezuela, se complazca en flagelarlo cada vez que se le presenta la ocasión. Seguramente que, a nuestro ministro de Exteriores, en la Escuela Diplomática en la que se formó, le debieron aconsejar que sonriera a todas horas para que no se le notara demasiado su absoluta incompetencia.

Lo preocupante es que nuestro Presidente tiene que hacer ver, ante los españoles, que desempeña un papel importante en Europa y, por ello, no duda en hacer declaraciones ante nuestros periodistas enviados a cubrir aquel evento ( los únicos que se le acercan a entrevistarle) en las que se limita a decir algunas frases vacuas e incoherentes sobre temas en los que se ve a la legua que no entiende una palabra, pero, eso sí, se larga el farol de que España va a contribuir a la salvación de Grecia con 2.000 millones de euros. Uno, en su estupefacción, se pregunta para qué le sirven los asesores al señor Zapatero, qué pinta el señor Moratinos y cómo consigue la señora Salgado evitar un delirium tremens cada vez que su jefe mete la pata hasta el corvejón y le larga un “marrón “ semejante. Porque, veamos, apreciado señor Presidente, si no estoy mal informado el único que se comprometió a poner al servicio de Grecia un préstamo de 10.000 millones de euros fue el FMI, quedando para el resto de países europeos el poder hacer aportaciones voluntarias según sus posibilidades, para, así, lograr alcanzar la cifra total de 25.000 millones de euros que fue la que se acordó proveer para ayudar, en caso extremo, a salvar a Grecia. No obstante, con una improvisación marca de la casa y haciendo gala de la mayor imprudencia habló, como lo haría un chulo de pueblo o un verdadero inconsciente, de contribuir con 2.000 millones de euros a la causa, como si, en España, nos sobraran los euros, tuviéramos las arcas del Tesoro a rebosar y no debiéramos de atender al pago de unos intereses cercanos a los 23.000 millones de euros anuales a causa de nuestra deuda pública.

Resulta que, a la menor ocasión que se le presenta, nuestro señor Presidente saca pecho, afirmando que nuestro endeudamiento público es un 20% inferior al de la media europea lo que, aún suponiendo que fuera cierto (lo que es mucho suponer), no tiene nada que nos pueda consolar ya que “el mal de muchos sólo es consuelo de tontos”. Pero es que, ZP, se deja en la recámara el hecho de que somos los que doblamos al resto de Europa en desempleo (4,500.000 de parados); tenemos un déficit público de más de 100.000 millones de euros (casi el 13% del PIB); una estructura laboral de pena; unas cajas de ahorro con goteras por todas partes y una morosidad de casi el 5% que continúa subiendo y que afecta, en una gran manera a la propia Administración Pública. Para completar el panorama, en Europa, ya se nos ha advertido que debemos reducir el déficit antes del 2013 al máximo admitido que es un 3%, lo que todos los analistas han considerado un reto inalcanzable. Zapatero prometió,  en Davos, un ahorro del gasto público de 50.000 millones de euros, lo que no dijo es cómo se las iba a arreglar para conseguirlo. Si nos sirve de ejemplo lo que nos ha dicho sobre que se van a ahorrar 3.000 millones de euros de la energía que gastan 2.000 organismos públicos, ya podemos dar por perdida la partida. Resulta que alguien ha hecho el cálculo y si, este ahorro, es lo que dice ZP o sea un 20% del gasto total de energía de tales edificios, resultaría que el gasto total anual  ascendería a la exorbitante cifra de 15.000 millones de euros, lo que equivaldría al 50% de toda la energía del país. Un “0” en matemáticas señor Zapatero y, luego, va a querer que nos fiemos de usted. ¡Qué podemos esperar de quien, nada más ocupar su cargo de Presidente del gobierno, le confesó al señor Sevilla que no sabía una papa de economía! Le ofrecieron dar dos tardes de clase pero, por lo visto, hizo novillos. ¡Qué martirio, señores!

 

Miguel Massanet Bosch

0 comentarios en “ZP, de James Bond, vegeta en Bruselas (por Miguel Massanet Bosch)”

  1. Carlos Fdez. Ocón dice:
    marzo 29, 2010 a las 8:50 pm

    Y mas triste aún, sí que este personaje nos representa a los españoles, a muchos al menos, al igual que el chiqui-chiqui, nosotros ponemos nuestro nivel y es ése. Tenemos lo que nos merecemos. ¿En el futuro? seamos optimistas al menos con eso, se van encendiendo algunas luces.

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