(Publicado en ABC, aquí)
El hartazgo de los ciudadanos hacia la clase política tiene su reflejo en el mundo de internet, donde las páginas web de los partidos ocupan lugares residuales en el ranking de los sitios más visitados. En España, como en el resto del mundo, reina «Google» en el número uno, pero hay que buscar hasta el puesto 3.481 para encontrar el primer partido con representación parlamentaria, que en este caso es Unión, Progreso y Democracia (UPyD).
El PSOE ocupa el lugar 3.743 y el PP baja hasta el 5.941. Unos números que dan una idea aproximada del desinterés que muestran los internautas por las páginas oficiales de los partidos, repletas de comunicados, argumentarios, blogs que no se salen de la línea oficial marcada por la dirección de turno y a menudo poco actualizados. A veces, incluso, cuando un diputado ha intentado salirse del carril, el partido le ha censurado, como ocurrió con el diputado del PP Ignacio Uriarte por defender al presidente del Congreso, José Bono.
Peor lo tiene Izquierda Unida, el tercer partido en España por número de votos, que ocupa el puesto 14.529, según el ranking nacional que elabora Alexa.com a partir de una serie de parámetros objetivos basados en el tráfico de la Red. CiU se queda en el puesto 12.384, mientras que el PNV desciende al abismo y ocupa el lugar 169.516. La web de ERC, sin embargo, tiene algo más de «éxito», y en la tabla más reciente, basada en datos de los tres últimos meses, estaba en el puesto 3.527.
En el partido de Rosa Díez, como es lógico, se han tomado ese primer puesto en la lista particular de partidos políticos como una pequeña victoria hacia los más grandes. «Para nosotros internet es un instrumento básico de comunicación y nuestro apoyo fundamental para transmitir nuestras ideas, ya que no podemos competir en otros medios con los grandes», comenta Antonio Ballesteros, responsable de Nuevas Tecnologías. UPyD atribuye la clave de su «éxito» en internet, al menos en términos relativos si se compara con otros partidos, al cuidado permanente de su página, actualizada constantemente con novedades y voces distintas. También se nutre del malestar que un sector de los ciudadanos tiene hacia los dos grandes y de la curiosidad por la novedad.
El desinterés general por las páginas oficiales de los partidos no tiene nada que ver con la batalla política que se libra en internet, y que utiliza sobre todo las redes sociales para sus objetivos como medio para transmitir sus mensajes, vídeos, fotos o blogs. El perfil que se creó Mariano Rajoy en Facebook en la última campaña electoral, repleto de fotos familiares, fue una de las bazas que empleó para acercarse a los ciudadanos y crearse una imagen más próxima y amable.
Hay otros políticos, como el ex ministro Jordi Sevilla, que conocen muy bien las ventajas de otra red social, Twitter. Sevilla cuelga ahí sus micromensajes punzantes contra algunas decisiones del Gobierno de Zapatero. Esta semana escribió: «Después de meses,aprobar la reforma laboral cuando España debuta en el mundial, debilita la credibilidad del Gobierno.Todo parece de broma». Javier Arenas también es de los asiduos en esta red: «Es una vergüenza que el Gobierno siga despilfarrando todos los días».
En la última clasificación de «fans» de políticos en Facebook que publicó ABC.es, Mariano Rajoy es el primero, seguido de Esperanza Aguirre. El primer socialista, muy lejos de ellos, es Pedro Zerolo.