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El Tripartito nos enseña la horca antes que el lugar (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el junio 7, 2010 por admin6567
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¿Qué es lo que está sucediendo para que la niña bonita de Rodriguez Zapatero, la Catalunya gran beneficiaria del PSOE, la que consiguió un cheque en blanco para que construyera el Estatuto comunitario más extenso, más endogámico, más favorable económicamente, con más traspasos y con la evidente vocación de sentar la primera piedra de este edificio virtual que, los separatistas catalanes, están pretendiendo construir, amenazando con independizarse del resto de España?, ¿que se  hizo del gran chamán, Montilla, que se atrevía, cual moderno Cid Campeador, a enfrentarse a los sarracenos de su partido en Madrid, para amenazar, chantajear, pedir más atribuciones y exigir más independencia para su gestión? Y, vean señores, lo que resulta todavía más incompresible, a la vista de la premura con la que el Tripartit – temeroso de ser el último en esta alocada carrera de las comunidades para hincarles el diente fiscal a sus aterrorizados ciudadanos –; se ha apresurado a ponerse a la tarea de esquilmar al pueblo por medio de una sarta de aumentos de impuestos con los que pretenden dotar de reservas las maltrechas arcas de la Generalitat, sin tener en cuenta que, durante los años anteriores, han sido la comunidad que más subvenciones han recibido, que más traspasos de competencias se les han hecho y que mayor tajada han recibido de los 11.000 millones de euros con los que, el Gobierno del Estado, decidió financiar a las comunidades autónomas.

Catalunya ni tan siquiera tiene la justificación de poder alegar que es de las más endeudadas de España, ya que, con sus cuatrocientos cuarenta millones de euros de endeudamiento, no les llega ni a la suela de Laos zapatos a las de Madrid o Valencia, pongamos por caso. Hace poco, el señor Montilla, nos decía que Catalunya ya se estaba recuperando, que era una de las comunidades con menor desempleo, y que las industrias catalanas eran las que mejor capeaban el temporal de la crisis. Ahora, sin embargo, no ha dudado en ser el primero que descargara su afán recaudatorio sobre los ciudadanos de su comunidad. No obstante, a muchos de los que vamos a salir escaldados por la, inmisericorde, piqueta de la Hacienda local, nos gustaría que, antes de ponerse a la labor de desvalijarnos de nuestras pertenencias, la Generalitat y el propio Ayuntamiento de Barcelona nos explicaran qué se ha hecho de las ingentes ayudas recibidas a costa del Tesoro público de la nación. Nos cuesta pensar que, no hace más de un año, los administradores catalanes no sabían donde invertir el gran caudal de tesorería del que disponían y, en estos momentos, resulta que son los primeros en abrir la veda de la recaudación indiscriminada de tasas, arbitrios e impuestos.

Hablan de impuestos “para los ricos”, a los que dicen que se les aumentará el IRPF aunque, al parecer, la medida apenas afectará a unos 27000 contribuyentes (una subida de 2 entre los que declaran más de 120.000 euros y una subida de 4 puntos a los que declaran 175.000 euros; en total un 0’5% de los declarantes). Una medida con la que el señor Montilla, obligado por ICyV y los de ERC, pretende hacerle un guiño a la izquierda, para intentar congratularse con el sector más revolucionario de Catalunya. Se habla de una recaudación de 175 millones de euros que no dudamos en poner en cuarentena porque, de todos es sabido, los métodos de que se valen los más ricos para escurrir el bulto y evitar, por medio de sociedades interpuestas, SICAV’s, y otros trucos contables, que les puedan alcanzar eventuales aumentos impositivos. No olvidemos que, a primeros de julio, el IVA va a aumentar en 2% lo que van a afectar a todos los ciudadanos y, a ello, se va a añadir un probable incremento del IRPF estatal al que se le unirá el incremento correspondiente al tramo comunitario. Difícilmente se va a evitar el aumento del desempleo (ahora camuflado por la subida coyuntural de la demanda en época de verano) que, con toda seguridad, se va a notar a la llegada del otoño, si se llevan a cabo, como ya se ha anunciado, la supresión de 63 entidades públicas y el parón en los contratos de obras públicas. ¿Dónde van a ir a parar los trabajadores que, en la actualidad, ocupan estos puestos de trabajo? Se habla de integración en otros organismos ¿qué quiere decir, que el personal sólo se va a trasladar de lugar de trabajo o que se van a amortizar los puestos sobrantes, que serán asumidos por las plantillas de las entidades absorbentes? Aquí queremos hacer una observación: ¿qué va a ocurrir con los cargos públicos en los que esta comunidad es líder? No se nos dice cuántos de ellos van a cesar, lo mismo que cuántos asesores van a ser despedidos o cuántos coches oficiales van a ser suprimidos o cuántas secretarias, correveidiles y paniaguados que, la endogamia de los tres partidos, ha colocado en la Administración pública.

Los contribuyentes quisiéramos que se auditasen las cuentas del Tripartit, así como las del Ayuntamiento del señor Hereu. Casos de corrupción, como el denominado Pretoria, nos tienen con la mosca detrás de la oreja y, antes de que se nos fría a impuestos, deberíamos exigir que se aclarasen públicamente quienes han participado en el latrocinio y cuantos millones de los impuestos de los ciudadanos se han despilfarrado en dichas corrupciones. El aplicar, despóticamente, en una forma completamente arbitraria y en un periodo en el cual toda la ciudadanía está afectada por la recesión – no parece, no obstante, que esta clase dirigente se vea muy afectada por ello, si nos debemos guiar por el tren de vida que llevan la mayoría de ellos, por ejemplo, el caso del señor Bono o el del señor Millet– ¿Podríamos decir, con convicción, que nuestras autoridades autonómicas y municipales han actuado con la debida diligencia para evitar que estos casos penosos se produjeran? O, ¿es que se pueden salirse de rositas, exigir más impuestos a los ciudadanos y amargarnos la vida, sin que ninguno de ellos deba pagar por no cumplir con su obligación de velar por los caudales públicos? ¡Y, estos señores, son los representantes de las izquierdas, los que claman contra los abusos de lo que llaman “derechona” y, en otras épocas, “reaccionarios”! En realidad, no son más que una partida de advenedizos que han aprovechado su llegada al poder para enriquecerse, para asegurarse una cuantiosa jubilación y para quedarse agarrados al machito, hasta que llegue uno con arrestos que les pegue una patada en el trasero y los envíe a su casa de la que, para el bien del pueblo, nunca debieron de haber salido.

Antes de que nos acaben de acogotar, como si fuéramos una manada de corderos ( en realidad mucho me temo que lo somos, porque no tenemos arrestos para pararles los pies y hacerles que rindan cuentas de sus cacicadas), deberían explicarnos el porqué, el señor Carod, ha despilfarrado millones de euros abriendo seudo-embajadas catalanas por toda Europa y por el resto del mundo o, ¿por qué se han destinado tantos millones para apoyar la lengua catalana y tan pocos para la ley de Dependencia? o, si queremos seguir,¿por qué el señor Hereu ha despilfarrado más de tres millones de euros en propaganda, para una estupidez como la remodelación de la Diagonal, un proyecto sin pies ni cabeza, que afectaba a una vía por la que circulan cada día más de cien mil vehículos?. El que se hayan malgastado los dineros recibidos, el que se hayan dedicado a desarrollar partidas que dependen de que se apruebe el Estatut o el que se hayan pagado facturas sobrevaloradas para asesores externos, sólo por darles apoyo en ejercicio del más indigno clientelismo, a faranduleros, progres o miembros de los propios partidos; no justifican que, ahora, los paganos debamos ser los ciudadanos catalanes. Pero les votaron en las urnas y ahora lo pagamos todos.

 

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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