“Más fácilmente se añade lo que falta, que se quita lo que sobra”. Esta cita pertenece a don Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, poeta satírico del siglo XVI y afortunado autor de novela picaresca; que nos ha cedido una pizca de su ingenio para poner un poco de orden entre esta nueva pléyade de políticas, fruto de la nefasta Ley de Igualdad, que han encontrado el chollo de su vida asaltando, con pocos méritos y menos ingenio, los puestos de su grandes rivales, los hombres, sin que, hasta ahora, al menos por lo que hace referencia a las féminas del PSOE, podamos decir que hayan aportado beneficio, fruto, novedad, sensatez, inteligencia, moderación o sentido común, que las haya distinguido favorablemente por encima del comportamiento de los hombres que las precedieron en sus respectivos cargos. Hace, apenas, unos días, me veía obligado a comentar el desmedido orgullo de la consejera de Sanidad, de
No obstante, esta forma tan tajante, cortante, expeditiva y prepotente de la señora Geli no parece ser algo poco habitual en este grupo de señoras que, además de políticas, llevan la impronta, bien arraigada en sus egos, de su desprecio por el sexo opuesto y su inveterada costumbre de intentar, siempre que tienen ocasión de hacerlo, demostrar que están por encima de aquellos sobre quienes gobiernan; considerando a los ciudadanos (gracias a los cuales lograron auparse a sus respectivos cargos), como a siervos, meros instrumentos para conseguir lo que se proponen, sin que les importe que, aquello que se les ocurra imponer, pueda favorecer o perjudicar al país que se les fue entregado para que lo administrasen dignamente, honradamente, con pericia y siempre preocupándose de hacer lo que, a la mayoría de la ciudadanía, le pudiera resultar más favorable, y no, por supuesto, intentar aplicarles a la fuerza, por medio de leyes arribistas y partidistas, un adoctrinamiento sectario y un pensamiento único; cargando contra sus adversarios políticos para evitar que, en sucesivos comicios, pudieran arrebatarles el poder.
Ya tuvimos ocasión de presenciar como la señora De la Vega , la de la Vogue , utilizara frases despectivas autoritarias y burlescas para contestar a la oposición, cuando no tenía otros argumentos para hacerlo. Otra vez el “no vamos a tolerar” se repetía con regular insistencia como si, el Congreso de los Diputados, fuera la residencia de un tirano, al estilo del emperador romano Nerón, y no la cámara de la representación del pueblo. Pero, en estos momentos, como es ley de vida, la señora vicepresidenta, la irascible señora De la Vega , no pasa por sus mejores momentos y, cada vez, se va esfumando de la escena política debido a que, lo que se quema se convierte en humo, en ocasiones blanco, como la “fumata” vaticana del “habemus papam” y otras en humo negro, el de las piras crematorias de las ceremonias mortuorias, el humo de las despedidas, los adioses o los ceses, según se quiera mirar. Pero a rey muerto, rey puesto, y en el escalafón de las féminas que forman el ramillete de feministas elevado a la categoría de privilegiadas del régimen Zapatero – ¿recuerdan ustedes aquellas inefables muestras de adhesión a nuestro Presidente, cuando, a la salida del Congreso, un grupo de estas “delicadas” y “dulces” doncellas del feminismo le cantaban aquello de: ¡Ista, ista, ista, Zapatero, feminista!? ¡Se me saltan las lágrimas sólo de recordarlo!– las hay que ya hace tiempo que aspiran a ocupar un puesto en el Gobierno y, por ello, no han dudado en convertirse, como lo fue la señora Chacón, nuestra ministra de Defensa, en “una niña bonita” de nuestro señor Rodríguez Zapatero que, ahora más que nunca, precisa de personas que se sacrifiquen para intentar mantenerlo en la poltrona presidencial.
Y, hete aquí que, como surgida de la forja del dios Vulcano, dios del fuego, como nueva Cabírida elevada al estrellato; nos aparece, envuelta en aromas ministrables,
Pero, la neófita, tampoco puede librarse de la maldición feminista, cuando ha vuelto a enfurecerse, picada contra el PP, por reprocharles a los socialistas determinados contactos con ETA, a través de personas interpuestas; acercamientos, decididos por Rubalcaba, de 26 presos etarras a prisiones cercanas al País Vasco; rumores de otras negociaciones en secreto; declaraciones y actitudes poco admisibles, como la del señor Eguiruren, del PSV, que nadie sabe si está de parte de los de ETA o de la independencia vasca, pero, lo cierto es que, cada vez que habla, mete la pata o, vayan ustedes a saber, si se trata, una vez más, de una estrategia de ZP para, como suele hacer, echar globos sonda para sopesar la reacción de los ciudadanos. En todo caso, no da la sensación de que, la señora Pajín ( por cierto, nos debería aclarar si su madre se presenta o no por el PSOE, a las próximas elecciones municipales), haya hecho una cura de humildad, como paso previo a ocupar un futuro ministerio porque, su abrupta reacción a las preguntas de algunos periodistas, sobre el tema de posibles arreglos con ETA, ha saltado como avispa en celo, y ha vuelto a las andadas al decir: “No toleraré que se cuestione la lucha histórica contra ETA del PSOE”. Vayamos despacio, señora Pajín, porque, si bien es cierto que muchos socialistas han sido asesinados en el País Vasco; no siempre, como usted quiere dar a entender, la lucha contra ETA ha estado tan apoyada, por el PP y el PSOE, como cuando estaban dirigiendo ambos partidos Mayor Oreja y Redondo Terreros. Cuando entró el Ejecutivo de ZP, las cosas sufrieron un vuelco, se dejaron de respetar, por los socialistas,
Miguel Massanet Bosch