Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

España necesita a Catalunya (por Enric Juliana)

Publicada el junio 29, 2010 por admin6567
Compartir

(Publicado en Reggio´s-La Vanguardia, aquí)

ANÁLISIS

Hay un fondo en la  sentencia acordada ayer por el Tribunal Constitucional que irá emergiendo en los próximos días, lentamente, muy lentamente, y con tozudez: España necesita a Catalunya. Y hoy, más que nunca.

Esa verdad emergerá. Entre tanto, prepárese el lector para vivir escenas sorprendentes. El president Montilla, líder del PSC y miembro durmiente de la dirección federal del PSOE, invitaba anoche a los ciudadanos a expresar su protesta en la calle (¿qué día?, ¿a qué hora?, ¿en qué lugar?). Y hoy leeremos en alguna prensa madrileña que el Tribunal Constitucional se ha bajado los pantalones ante las exigencias catalanas.

Habitamos una España manicomial, no hay duda. Hace apenas dos meses, el presidente del Gobierno proclamaba que no era necesario tomar medidas adicionales para recortar el déficit público. Hoy, el mismo presidente -con la cancillería alemana agarrándole fuertemente por el pescuezo- se pasea sonriente por el mundo como campeón del tijeretazo. Un alocamiento habita entre nosotros y de él también vamos a tener noticia estos próximos días a propósito del Estatut.

Recuperemos el viejo placer de contemplar las cosas con una cierta perspectiva. Se daban todas las condiciones -todas- para que hoy no quedase un catalanista vivo en el desfiladero. Me explico. El unitarismo español (de derechas y de izquierdas) cree que ha llegado la hora de desactivar el Estado de las autonomías y, lo que es más importante, está convencido de que la crisis le ofrecerá la necesaria legitimación popular para proceder a su gradual esterilización. Ante esa fuerte pulsión, la política catalana presenta hoy un aspecto lamentable.

Veamos: una legislatura muerta y mal enterrada; un presidente de la Generalitat que, tras mucho mareo táctico, ha acabado orientando fatalmente su nave hacia el corazón de la tormenta (elecciones en octubre, después de la huelga general de finales de septiembre); un Partido Socialista con las bases desmovilizadas por los increíbles ejercicios acrobáticos del gran Zapatero; un PSC abocado a acudir a las tormentosas elecciones sin poder ofertar, nítidamente y con ilusión, una tercera edición del tripartito; una Esquerra Republicana tocando suelo en todas las encuestas; un Parlament que, contraviniendo una norma básica de la democracia liberal, ha decidido acabar la fiesta hostigando a la oposición, en un evidente intento de clavarle el punyalet de Pere III al favorito; un nacionalismo superviviente de la travesía del desierto y vigoroso en los sondeos, que debiera rendir cuentas (en el lugar que corresponde: en el juzgado y ante la Oficina Antifrau) de los manejos de su difunto administrador con los maleantes del Palau de la Música.

En definitiva, una Catalunya política en uno de sus peores momentos, entregada a una patética reposición de las viejas luchas entre la Biga y la Busca;una coalición gobernante cansada de sí misma; una oposición que debiera acabar de confesar sus antiguos pecados; una Catalunya desorientada, en la que los sondeos del profesor Gabriel Colomé sobre la desafección ciudadana ya no cuentan con papel suficiente para plasmar la gráfica.

Repito: unitarismo español rampante, alimentado por los rapsodas del Gobierno de concentración nacional, y una Catalunya política derrengada. Este es el cruce de coordenadas. Estas son las paredes del desfiladero. Pues bien, el catalanismo ha salido vivo de la emboscada. Es verdad, han caído artículos importantes; artículos cuya supresión resultará muy hiriente, por ejemplo, la limitación a la alemana del esfuerzo fiscal. Hay pleito para años. Pero no perdamos de vista cuál era el propósito principal de la emboscada -que el acróbata Rodríguez Zapatero hace apenas unos meses estaba dispuesto a secundar, con la misma tranquilidad con la que ahora se proclama campeón de las tijeras-. El plan era aprovechar la sentencia y la creciente debilidad del oficialismo de la plaza Sant Jaume para pegarle un buen hachazo a la lengua catalana, sujeto central de la personalidad nacional de Catalunya. Ese era el programa de máximos, debidamente propulsado por aquel Manifiesto por la lengua común,del que nunca más se supo. Los estrategas de la emboscada han fracasado. No gracias a Zapatero, que nadie se equivoque. Han fracasado, en lo sustantivo, a causa de la crisis económica; en su grave circunstancia, España hoy necesita a Catalunya. La fracción más inteligente de las élites españolas lo sabe y ello explica que no haya habido una matanza en el desfiladero. Repito, se daban todas las condiciones para ello.

Dicho lo cual, me dispongo a reservar billete de avión para vivir y tomar notas de la manifestación insinuada anoche por el president Montilla. Espero una pronta concreción del lugar, el día y la hora. Qué caray, un ejercicio táctico en el paseo de Gràcia no es para perdérselo.

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • España en llamas-III (por Eulalio López Cólliga)
  • EPISODIOS PROVINCIALES. 19 – La Diputación de Cuenca: entre andanadas improvisadas y enchufismo mal disfrazado (por Juan Andrés Buedo)
  • Discrepancia política, colaboración interadministrativa y sentido de Estado: el ejemplo de los incendios (por Juan Andrés Buedo)
  • España en llamas-II (por Eulalio López Cólliga)
  • España en llamas-I (por Eulalio López Cólliga)

Recent Comments

  1. Fuente en Las puñeteras abstracciones (por Miguel Massanet Bosch)
  2. Fuente en Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo (por Miguel Massanet Bosch)
  3. Fuente en Rajoy niega haber recibido dinero negro y presentará sus declaraciones de la renta
  4. euromillones en Miles de personas se manifiestan contra el paro y los recortes en servicios públicos
  5. central park en ¿Hacen falta cambios en el gobierno de Rajoy? (por Miguel Massanet Bosch)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal