(Publicado en el Blog de Antonio Ricoy Riego-asnubes.blogspot.com-, aquí)
Cuando se navega sin rumbo lo más probable es el naufragio. Esto es lo que les ha ocurrido a los profesionales de "El País". Acuden al rescate de ese barco a la deriva que es el PSOE, una nave pilotada por líderes cuya hoja ruta es mantenerse en el gobierno como sea, y pierden las referencias. Acompañan a Zapatero, Caamaño, Montilla, Felipe González y Carme Chacón en su absurda travesía y pierden la orientación.
Ahora resulta que, para este diario, aquellos que tienen la osadía de denunciar las maniobras de ZP y Caamaño son ultraconservadores. Una plaga, una auténtica epidemia, los "sectores ultraconsevadores" crecen sin freno.
Pretenden descalificar a aquellos que creemos que, "al poner en marcha el procedimiento para rescatar algunas disposiciones del Estatuto de Cataluña declaradas inconstitucionales", intentan perpetrar un "fraude de Constitución monumental".
Según el diario, somos ultraconservadores los que pensamos que "el Gobierno se ha empleado a fondo sobre, con y contra el TC" y que "lo mejor para el Estado democrático de derecho sería que nuestros gobernantes dieran ejemplo público de acatar las sentencias, por muy desfavorables que pudieran ser para sus intereses partidistas" o que "no hay en el mundo democrático un presidente capaz de someter a su país a tal grado de inseguridad jurídica, de inestabilidad política y económica, sólo para intentar que su partido gane unas elecciones".
¡Mea culpa! Yo también creo que es una trapallada (cousa mal feita, sen coidado nin arte) intentar colar "como legal lo que el más alto tribunal declaró ilegal" y también que "gobernar en plan Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio es la enfermedad más grave que puede afectar a un Estado democrático y moderno".
En fin, tal vez sin remedio, "El País" ha perdido el norte. No puedo creer que (por orden de aparición) Roberto Blanco Valdés, José Antonio Portero Molina, José Manuel Otero Lastres, Rosa Díez, Luís Ventoso, Xosé Luis Barreiro hayan pasado engrosar las filas de los "sectores ultraconservadores" de este país. Así de repente.