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ZP, Moratinos y el oscurantismo (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el agosto 28, 2010 por admin6567
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Tengo el convencimiento de que a nuestro presidente, el señor Rodríguez Zapatero, como político y practicante de la política le sentaría, como anillo al dedo, aquella definición de política que decía: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.Pero si, además, nuestro personaje, embebido en su ego desmesurado, convencido de que nadie puede enseñarle nada en materia de gobierno y celoso de todo aquel colaborador que, en un momento determinado, le pudiera hacer sombra o aspirara (con toda legitimidad)al cargo que hoy ocupa ZP o tuviera el valor de intentar rectificar los errores cometidos por su jefe con su nefasta política; nadie podría  poner en cuestión que se ocuparía en elegir, para ejercer de “colaboradores”, a una truppe de correligionarios dispuestos a cumplir, sin obstaculizar, formular preguntas o poner en cuestión las órdenes que él emitiera. Así es como, probablemente, se agenció al señor Moratinos para el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Lo cierto es que, este diplomático, inició sus andaduras en los temas internacionales con una amistad, inexplicable, con el terrorista palestino Yasir Arafat, (el número uno de la Organización para la Liberación de Palestina y líder del partido político secular Fatal); un elemento que había luchado encarnizadamente contra Israel a favor de la liberación de Palestina; y con quien Moratinos estuvo colaborando, varios años, para lograr que los judíos se plegasen a las exigencias palestinas. Evidentemente no lo consiguió.

Puede que ZP no tuviere donde elegir, y que tuviera que aceptar al único disponible, pero es indudable que, el paso del señor Moratinos por el ministerio de Exteriores, ha supuesto un antes y un después en la historia de la diplomacia española. Lo cierto es que el ministerio de Asuntos Exteriores se ha convertido en el centro donde se practica el mayor oscurantismo del Gobierno, de modo que el CESID del Ejército, el llamado centro de Inteligencia (aunque parece que, si lo valoramos por sus últimos “éxitos”, quizá debiéramos de acudir a otro vocablo más apropiado para calificar sus resultados); se ha quedado superado, con creces, en cuanto a secretismo oficial. Por “prudencia” no se nos quiso aclarar lo que ocurrió realmente con el pesquero Alakrana, ni el rescate que pagaron por su liberación ni, tampoco, el porqué no se permitió a nuestros comandos ametrallar a los piratas que huyeron; también nos hurtaron, por “prudencia”, qué fue lo que pasó con el pirata detenido que, al parecer fue liberado; por “prudencia” se nos pidió silencio y paciencia cuando los terroristas de Bin Laden raptaron a los tres cooperantes de la ONG catalana ni se dio una explicación clara del porqué se utilizó una ruta tan peligrosa para hacer llegar ayuda humanitaria a países africanos. Parece que, en España, ni el Parlamento de la nación ni los españoles de a pie,  tenemos derecho a saber lo que ocurre con nuestros impuestos, lo que se hace con los llamados “fondos reservados” y cuál es la política que, en realidad, sigue el Gobierno en estos casos en los que, el más completo hermetismo oficial se cierne sobre ellos, como si se tratase de una cuestión de secreto de Estado el mantenerlos ocultos.

Somos los primeros en alegrarnos y felicitar a las familias de los liberados, por el feliz hecho de que hayan sido devueltos, sanos y salvos, a sus deudos. Seremos, también, los primeros en querer saber los planes del Ejecutivo respecto a cómo evitar que este tipo de delitos vaya proliferando como consecuencia del efecto llamada para los delincuentes, ya que comprobamos que, el Gobierno, siempre transige, obedece y paga lo que se le exige para evitarse mayores complicaciones. Y, por supuesto, seremos los primeros en pedir que se informe a los ciudadanos de cómo se administra el dinero de nuestros impuestos y, si es lícito que sea destinado a engrosar  las arcas de estos terroristas internacionales, que parece que le han tomado afición a secuestrar a nuestros compatriotas. ¿Deberemos deducir que, en nuestro país, se haya establecido una política de claudicación, consistente en pagar y cumplir con las exigencias de los secuestradores para redimir a nuestros compatriotas secuestrados? o ¿será cierto que la labor del CESID se limita a buscar intermediarios que actúen como simples mensajeros para concretar la cantidad que se ha de pagar y los presos a los que hay que excarcelar para satisfacer a los secuestradores? Uno tendría la tentación de pensar que algo más se podría urdir en las oficinas de este organismo del Ejército, bajo el mando de la señora Chacón. Otros países han intentado, con mejor o peor fortuna, salvar de las garras de los raptores a sus ciudadanos; algunos han puesto en marcha represalias contra la zona o han enviado comandos. Evidentemente que es más arriesgado y que la vida de un español no tiene precio; pero algunos no estamos convencidos de que, cuando no se ha cedido ante los chantajes de ETA, aunque ello haya comportado más de un asesinato de la banda terrorista; cuando, en España, tenemos una larga cultura de lo que significa el terrorismo y de la necesidad de no ceder un ápice a sus amenazas y extorsiones; puede resultar chocante que, en cuanto se trata de terrorista foráneos, que se ceban en nuestros compatriotas, el sistema utilizado por el gobierno socialista para solucionarlos sea completamente opuesto y toda su política se reduzca a pagar y obedecer.

Pero, si, desde un principio, el Gobierno ya sabía que claudicaría ¿a qué viene que se haya dejado que, nuestros conciudadanos de Catalunya, hayan permanecido casi nueve meses en manos de sus secuestradores, en una situación límite y sujetos a los caprichos de sus verdugos?, ¿se ha estado regateando durante todo este tiempo o es que, a pesar de estar dispuestos a pagar, se encontraban con los problemas legales para dejar libre a ese tal  Omar Ul Sid’Ahmed, condenado a 12 años en Mauritania por su participación en el  secuestro? Se me ocurre una cuestión de conciencia, –aunque ya presumo que, este tema, les importa poco a nuestros gobernantes, entregados a su relativismo moral – ¿qué ocurriría si, este sujeto o sus compinches los raptores, con los 3’8 millones de euros o con los 5 que se barajan en las presunciones que hay sobre la mesa, cometieran nuevas fechorías, asesinan a otras personas con menos suerte que nuestro compatriotas liberados o cometen actos de terrorismo en alguna ciudad europea, en nombre del Islam?, ¿qué será lo que pensarán nuestros gobernantes, que han sido quienes han cedido a la presión del terrorismo? ¿Seguirían opinando que lo mejor es ceder o pensarían que, con una actitud de firmeza se desactivaba el interés de los maleantes en insistir en secuestrar a súbditos españoles?

Los gobernantes no pueden estar siempre mirando hacia las urnas y, en ocasiones, deben tomar decisiones muy duras, porque han sido elegidos para ello. El señor Zapatero no mira hacia otro norte que el de ser reelegido para continuar en el poder ; pero los frutos de los casi siete años de gobierno del país, no pueden haber colectado una cosecha más desastrosa para los intereses españoles, porque ha venido supeditando el bien de la nación a sus intereses particulares y partidistas, a su revanchismo de izquierdas y a su sectarismo. Con la eficiente e interesada colaboración de los nacionalistas vascos y catalanes y de los comunistas ha impedido la verdadera reforma laboral, la rebaja de impuestos y la apertura de créditos a las pequeñas y medianas empresas lo que hubiera permitido la disminución del paro y el refuerzo de las empresas para superar la crisis. Un caos que afecta a todas las instituciones, que asusta en toda Europa y que nos mantiene en constante sobresalto e inseguridad. ¿Por qué luchar contra lo inevitable? después de todo mañana será otro día…

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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