En muchas ocasiones nos hemos preguntado, los ciudadanos de a pie, si el estar dentro de esta especial comunidad denominada “euro-zona” nos ha venido favoreciendo o, por el contrario, hemos salido perdiendo y, cuando digo esto, por supuesto que no me estoy refiriendo a los poderes fácticos, a las oligarquías económicas, a los grandes lobbies bancarios o a las potentes multinacionales, con ramas en todos los países del mundo. No, no señores, me refería, sin duda, a los millones de personas que hemos nacido en este país, que somos gente corriente, que nos hemos ganado la vida como hemos podido y que a lo único que, de verdad, aspirábamos era a poder disfrutar de una vejez sin problemas, a una vida digna y a gozar en paz de la compañía de nuestros allegados más próximos. Sin embargo, parece ser que, al menos los que ya pertenecemos a esta tercera edad de los balances vitales y la reflexión; no se nos va a conceder esta posibilidad y es muy probable que, los que fuimos conocidos como la generación de la guerra, vayamos a sufrir un nuestras carnes la maldición que Esquilo recogió en su “Prometeo Encadenado”, al referirse a la fatalidad del destino: “Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino”
Y cuando me he permitido esta reflexión ha sido después de haber leído un interesante artículo, publicado en LD, en el que el periodista formula una serie de cuestiones al economista Philipp Bagus, profesor de economía de la Universidad Rey Juan Carlos I, que son respondidas, por el docto profesor, con puntos de vista que nos hacen reflexionar acerca de lo que nos ha deparado el euro y de las perspectivas que se nos presentan, especialmente a los españoles, según sean los avatares a los que se tenga que enfrentar la moneda europea. Hace algún tiempo, el fundador de GOLD MONEY, el señor James Turk, hizo la siguiente afirmación: “El oro no está subiendo, son las monedas las que se hunden”, recomendando, acto seguido, la inversión en dicho tipo de metal frente a las monedas nacionales que “al estar siendo emitidas por los gobiernos, antes o después se destruirán. Para Turk, un estudioso del sistema monetario mundial, la problemática que lo afecta, que se ha venido repitiendo a través de la historia, y que hoy son de nuevo, muy visibles; sólo se resolverían con un nuevo tipo de moneda: ¡el oro!; afirmando que “la gente entiende que el oro tiene una utilidad y por ello lo valoran. Es la única cosa que el hombre produce con el fin de acumularlo”. De hecho, en la actualidad, las monedas nacionales circulan por imperativo legal.
Hasta los que nos consideramos legos en economía somos capaces de entender que desde que el “patrón oro” dejó de serlo, es decir desde el momento en que un ciudadano que, anteriormente, podía cambiar su “papel moneda” por una cantidad del metal oro equivalente al valor especificado en el documento, dejó de poderlo hacer debido a la suspensión de la posibilidad de cambiarlo por oro; desde que la moneda fiduciaria quedó convertida en algo que no valía más que lo que pudiera costar el papel en el que estaba impresa; se inició, para los ciudadanos de a pie, el camino hacia su empobrecimiento y quedó en manos de los bancos emisores, los estados y los especuladores el hacer de mangas capirote con la emisión de dinero. Es muy fácil de entender: usted ha conseguido, con su esfuerzo y trabajo, hacerse con unos ahorros que ha decidido guardar en una cuenta de un banco. Si el banco Central de su país o la FED en los EE.UU o el BCE en Europa, tienen problemas para sostener la economía de su país o de una comunidad de países; desean favorecer sus posibilidades de exportar su producción o, como ocurre en la actualidad, se ven precisados a comprar deuda basura de aquellas entidades que no dudaron en especular con el dinero de sus depositarios; entonces, señores, va a recurrir al procedimiento de emitir más moneda fiduciaria ( que curioso que fidus en latín equivale a “confianza”) y, cuando se quiera dar cuenta, el dinero que usted creía a salvo en el Banco ya no va a valer lo mismo que cuando lo ingresó porque, el efecto inflación, lo habrá devaluado aunque, de hecho, no se haya devaluado oficialmente. En cambio, para determinados sectores, como es la exportación, es una bendición del cielo y ya no hablemos para aquellos países que tienen contraídas deudas (deuda pública por ejemplo) que, simplemente, con emitir más dinero, ni siquiera hace falta imprimirlo, basta con la llamada “moneda escritural” o anotación contable, para que por giros, cheques, transferencias se convierta en una moneda virtual, pero con la que se puede negociar libremente y también paga deudas, que es lo importante. ¡Una estafa legal a los ciudadanos, contra la que no se puede recurrir!
El profesor Bagus, al referirse al euro, dice: “El euro lleva a una centralización del poder en Bruselas” y, en otro apartado habla de la garantía de rescate, en estos términos: “Gracias a la garantía implícita de rescate que ha traído el Euro, los tipos de interés para los gobiernos periféricos han bajado y se han acercado a los que paga el gobierno alemán. Esto permitió a estos países (gobiernos periféricos, como España) acumular más deuda de la que hubiera sido posible sin esta garantía y con tipos más altos…”. Este hecho conduce a la siguiente conclusión para Bagus: “Sin el Euro tendrían que haber parado antes sus políticas expansivas o bien tendrían que haber devaluado”. No hay duda de que, cuando afirma que la “gente tiene capacidad de aprender”, se refiere a que, cuando se produce una devaluación, la gente se percata de que algo no funciona bien en el país. No obstante, no sucede lo mismo al estar dentro del euro, porque ningún país de la zona euro puede por si sólo devaluar la moneda comunitaria y es más fácil pensar que los problemas, en todo caso, están causados por Bruselas. Y esto me lleva a acordarme del señor Zapatero y los miembros de su ejecutivo, acompañados por muchos “sabios de la izquierda”, que no han cesado de repetirnos que si España está pasando por apuros es a causa de la crisis general que afecta a casi todo el mundo. Debieran hacer examen de conciencia antes de hablar.
Nadie quiere admitir, en España, que si estamos a la cola de Europa en enseñanza, en paro, en déficit público, en competitividad y hemos sido los líderes europeos en cuanto a burbuja inmobiliaria y problemas dentro del sector financiero ( bancos y cajas); se ha debido: en una parte, a que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades reales, empujados por una aparente ola de autocomplacencia y despilfarro que, desde el Gobierno hasta el último ciudadano se creía que iba a durar para siempre y, por otra parte, a la tardía, irresponsable, incompetente y sectaria reacción del Ejecutivo y, en especial, del señor Rodríguez Zapatero, ante los primeros indicios de la recesión; acompañada, sin duda, por el empeño, tanto del Gobierno como de los Sindicatos, de mantener unos beneficios sociales, unas ayudas millonarias y unos privilegios a los trabajadores que, España, no estaba en condiciones de podérselos permitir. El no haber sabido rectificar a tiempo, hasta que, desde el resto de Europa, nos han tenido que leer la cartilla, nos ha llevado a convertirnos en uno de los países que pueden ser la causa de la desestabilización de la moneda europea, si es que no somos capaces de superar los retos que nos quedan durante los próximos años. El sistema monetario europeo puede depender de un fracaso de nuestro Gobierno, como la primera Guerra Europea dependió del atentado de Sarajevo. No despreciemos la capacidad de ZP de gafar a todo el país.
Miguel Massanet Bosch