El PP pide reducir organismos como diputaciones y consejos, pero defiende el sistema actual
M. P. / BARCELONA
(Publicado en ABC, aquí)
El debate sobre el modelo autonómico ha calado con fuerza en la política catalana hasta el punto de moderar las expectativas sobre el concierto económico planteado por CiU tras reconquistar la Generalitat. Si hace una semana el presidente de la Generalitat instaba a España a moverse para evitar el riesgo de ruptura, hoy los nacionalistas preparan argumentos y actuaciones políticas para frenar una hipotética recentralización consecuencia de la insostenible situación financiera del entramado administrativo actual. El líder democristiano Duran Lleida, así como el propio Artur Mas, coinciden en señalar el «café para todos» como pecado original del modelo territorial pactado en la Transición, por lo que tratan de fijar el debate y la lupa fuera de Cataluña, cuyas aspiraciones de autogobierno están legitimidas por la vía de las Comunidades «históricas».
Pese a querer afrontar la discusión sobre esa perspectiva, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez- Camacho, ha instado al presidente de la Generalitat a que encabece una reforma de las administraciones públicas catalanas para evitar duplicidades y reducir costes, aunque ha dejado claro que los retoques no deben implicar un recorte en la autonomía de Cataluña como tampoco del modelo de Estado de las autonomías.
«Hay un exceso de administraciones públicas y no podemos tener consejos comarcales, diputaciones, veguerías y tantas empresas públicas», ha dicho. En declaraciones a los medios en la fiesta de los Tres Tombs del barrio barcelonés de Sant Andreu, la presidenta popular ha pedido reducir el «exceso» y aplicar el principio de austeridad, aunque ha negado que esta medida tenga que suponer un recorte en la autonomía de Cataluña ni en el Estado de las Autonomías en el resto de España.
Camacho también ha pedido al presidente de la Generalitat que ponga en marcha un «plan de choque inmediato» para sacar a Cataluña de la crisis económica que padece. Para la dirigente popular, el coste de la vida ha subido mas de un tres por ciento; y además suben los precios de gas, luz y transporte, mientras se congelan los sueldos y las pensiones.
Por su parte, el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, no ve peligrar el modelo del Estado de las 17 autonomías y ha asegurado que no ha visto el supuesto documento que ha elaborado el PSOE, en el que el partido abogaría por homogeneizar las autonomías. También ha quitado hierro a las declaraciones del ex presidente José María Aznar, que abogaba por recortarlas.
En cuanto a los independentistas, el presidente de ERC, Joan Puigcercós, juzga «inviable» que el gobierno de Artur Mas pueda «plantar cara» a la homogeneización de las autonomías del Estado, porque ha otorgado a Unió Democrática la representación en Madrid y «ya se sabe» que «Duran Lleida no es amigo de la causa soberanista». Tras participar en un acto en Ponts (Lleida), el dirigente independentista ha pedido, asimismo, que Mas convoque a los partidos catalanes que quieran dar conjuntamente una respuesta a «los intentos del gobierno de homogeneizar el Estado», a la vez que le ha reclamado que acepte crear una comisión parlamentaria para conseguir el concierto económico. Para Puigcercós, sin embargo, el nuevo presidente catalán «ha vuelto a la época de los gobiernos ambiguos de Jordi Pujol, con un gran discurso patriótico desde Convergencia, pero con la visión menos soberanista de Unió». A su juicio, «poca cosa más se verá», más allá del discurso pronunciado el sábado por Artur Mas en el que alertó de que su gobierno se rebelará contra cualquier intento de homogeneización autonómica. Entiende el político republicano que el gobierno catalán, «difícilmente podrá hacer frente a Madrid ante el recorte de las competencias a Cataluña, cuando tiene una consejera de Justicia que sostiene tesis como las que argumentó ante la consulta independentista de Arenys de Munt, comparándola con un acto de enaltecimiento al terrorismo». Por otra parte, ha cargado contra el denominado «gobierno de los mejores». «Quizá sí que lo es —ha remarcado—, pero a favor de los intereses de España y en contra de una parte sustancial de catalanes que, como sabe Mas, no quiere más recortes».