Señores el embudo está dispuesto, los socialistas ya están preparando, con toda diligencia, su proyecto de Ley para el Congreso de diputados y los botones puestos en los apoyaderos de sus señorías dispuestos para ser pulsados. Resulta, señores, que en España se está pergeñando la más impactante de las leyes, que va a promulgar, con carácter de urgencia, nuestro Gobierno: ¡la ley del embudo! La realidad es que, a falta de mejores ideas, ante su incapacidad para encontrar soluciones efectivas para los graves problemas que nos afectan a los ciudadanos españoles y, temerosos de que sus poltronas en el poder estén peligrando; el PSOE del señor Rodríguez Zapatero, ha decidido acabar, de una vez, con las libertades cívicas y someternos a todos los ciudadanos a un estricto control de gasto; no importando cuales pudieren ser sus efectos ni el coste que puedan ocasionar porque, los señores ministros del Ejecutivo, están dispuestos a poner en práctica para que ahorremos, una batería de medidas, algunas de las cuales ya las estamos padeciendo, que van a contribuir de forma determinante a conseguir que, a los tropiezos que nos ha traído la crisis a los ciudadanos, se añadan otras molestias, inconvenientes y privaciones, que nuestros gobernantes han decidido que vuelvan a recaer, directamente, sobre las espaldas de los españoles de a pie.
No sé si ha sido casualidad o es que ha preferido poner tierra de por medio, para no ser salpicado por las últimas decisiones de sus ministros, pero los viajes del señor Rodríguez Zapatero al extranjero nos huelen a un último esfuerzo para distraer la atención de los ciudadanos del epicentro donde se centran nuestros problemas, que se ven incapaces de sobrevivir en un país que parece condenado, irremisiblemente, a prolongar su agonía indefinidamente. En efecto, cuando hemos escuchado a ZP hablar de una mejora para el próximo trimestre, teniendo en consideración la experiencia de sus últimos pronósticos, nos hemos echado a temblar preparándonos para lo peor. Porque me gustaría que alguien me explicase cuántos países árabes va a tener que visitar para conseguir dinero para salvar a nuestras cajas de ahorros, si lo que se prevé que se va a necesitar para ello ronda los 50.000 millones de euros y todo lo que ha conseguido hasta ahora para contribuir a la causa han sido 450 millones de euros que no bastan ni para salvar a la Caja de Catalunya que precisa 1.700 millones. Algo es algo, me dirán los más optimistas, pero como ya no creemos en milagros, ni tampoco en la generosidad de aquellos que mantienen a sus pueblos poco menos que en la miseria, inmediatamente se nos ocurre preguntar: ¿qué es lo que obtienen a cambio estos jeques que se muestran tan generosos con España? Claro que esto se lo callan, no sea que nos espantemos.
El histrionismo de nuestro señor ZP, su egocentrismo y su temeridad, le llevan a ir por estos mundos de Dios en plan fanfarrón y, así se ha presentado en Túnez, a destiempo y en momentos en los que el país necesita encontrarse a si mismo, sin un gobierno asentado y con el añadido de tener que apechugar con 12.000 huidos de Libia cada día; para actuar de maestro de ceremonias y consejero ( sin que nadie le haya pedido que lo haga y, me imagino, que ante el estupor de Europa) para aconsejarles a sus dirigentes cómo llevar a cabo una transición como la española y, de paso, aconsejarles que aprendan y tomen ejemplo de nuestros dos sindicatos mayoritarios que, por lo visto, para nuestro señor Presidente son un ejemplo a seguir. ¡Pobres tunecinos, no saben la que les ha caído encima! Se necesita tener una cara de cemento para elogiar a nuestros sindicatos que, aparte de no haber hecho nada para evitar el desempleo agobiante que estamos soportando, se han dedicado a chupar cientos de millones de euros del Erario público gracias a que ZP les ha estado untando para que no le creen problemas en las calles.
También les puede explicar, a los tunecinos, cómo está limitando las libertades del pueblo español por medio de una legislación sectaria, inoportuna y contraproducente, cuyos únicos resultados han sido el haber creado más malestar entre la ciudadanía; originar más inseguridad jurídica; limitar las libertades individuales y recortar las prestaciones sociales de las que, incomprensiblemente, se pavonea de haber mejorado durante el tiempo de su mandato. Si la ley antitabaco se aplicó en el momento menos oportuno, creando problemas al sector de la restauración que, como se viene demostrando, están causando serias dificultades a los establecimientos que han tenido que suprimir que se fumase y a aquellos otros que, sólo hace unos pocos años, se vieron obligados a efectuar gastos extras para acondicionar espacios para fumadores, sin que les fueran compensados; luego llegaron los recortes del 5% a los funcionarios y la congelación de las pensiones a los pensionistas cuando, este mismo año, contemplamos como el IPC está subiendo imparablemente (3`3% desde enero) y las tarifas eléctricas, del gas, los transportes públicos, los alimentos etc. van aumentando sin que parezca que van a dejar de hacerlo durante el resto de este 2011, al tiempo se produce un alza de los combustibles que está alcanzando cotas insospechadas que amenazan con colapsar, a pesar de los desmentidos del Gobierno, la economía de la nación. ¿Qué planes tiene el Ejecutivo para evitar que la miseria se apodere de esta nación? O ¿piensa, este gobierno socialista, que debe salvar a los banqueros y a las cajas de ahorros, que tanto contribuyeron a la llegada de la crisis y, a cambio, dejar caer sobre la clase media y obrera todo el peso del sacrificio y las privaciones?
Mucho nos tememos que, como hemos anunciado al principio, la ley del embudo sea implantada y, como suele suceder siempre, los que tengamos que tragar los errores de quienes nos dirigen; los que tengamos que apechugar con la incompetencia del PSOE y sus dirigentes y los que acabemos por tener que financiar, aparte de con nuestros impuestos y con el ejercicio de apretarnos los cinturones, la falta de previsión del Ejecutivo, su errónea visión de la realidad y su incontinencia verbal en el uso de la más vergonzosa, inexacta y odiosa demagogia; vamos a ser el pueblo, el que no viaja en coches oficiales, el que no tiene a nadie que vele por él y el que ha visto como, poco a poco, en un ejercicio imperdonable de sectarismo partidista y desvergüenza política, el Gobierno del PSOE ha ido acabando con los valores, las creencias, las libertades, y el tan cacareado “ estado del bienestar”, para arrastrarnos a una situación que cada vez se está haciendo más insostenible, con un desempleo real que asciende ya, en el mes de febrero, a los 4.780.000 parados. La realidad es que: entre los parados (4.780.000), los pensionistas (7.980.000) y los funcionarios (3.200.000) cada trabajador en activo tiene que mantener a más de uno de los anteriormente mencionados. Eso sí, nos van a dejar sin luces en las carreteras y ciudades, nos van a hacer la pascua limitando la velocidad en autopistas a los 110k/h; van a poner más restricciones de velocidad en las ciudades (30k/h); nos van a prohibir fumar en nuestras propias casas; van a reducir ( en Catalunya ya se viene anunciando) los servicios de la Seguridad Social en cuanto a la asistencia sanitaria, cuando con la plantilla actual ya resultan insuficientes y van a prolongar el tiempo de espera para las intervenciones que, vayan ustedes a saber quien lo decidirá, no sean urgentes. Sí, señores, no lo duden, vamos todos camino del embudo, gracias a esos socialistas que, como dice el proverbio: “han dado con el culo en las goteras”, ¡que les sea leve!
Miguel Massanet Bosch