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¡Pagar por circular por las carreteras! (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el marzo 10, 2011 por admin6567
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Non omnia possumus omnes, “no todos lo podemos todo”, así se expresaban los romanos para indicar que una sola persona no está capacitada para abarcar demasiado. Lo cierto es que estamos pasando por una época en la que no salimos de un espanto para encontrarnos con el siguiente, como si alguien estuviera empeñado en convertir a España en una especie de infierno en el que los condenados, los ciudadanos, cada día se encontraran con una nueva y diabólica invención para amargarles la existencia. Si la señora Pajín no ceja en su cruzada igualitaria y amenaza con imponer la ley inquisitorial en la que la mujer se convierta en la pesadilla más espantosa para los hombres ( ahora está maquinando que, si una mujer quiere alquilar un piso y el propietario del mismo, por la causa que fuere, decide no alquilárselo; la desairada dama podrá denunciarlo bajo la base de que ha sido discriminada por el solo hecho de ser mujer); algo que solamente podremos evitar si conseguimos que, estos insensatos que nos están gobernando, sean desalojados a la mayor rapidez posible de sus poltronas y condenados al más completo y absoluto de los ostracismos.

No perdamos de vista a otro de los numerosos iluminados que, el sufrido pueblo español, se ha visto obligado a soportar al frente de la Dirección General de Tráfico, el señor Pere Navarro, quien, a la vista del empeño con el que se empeña en poner impedimentos a los conductores, para hacerles que el conducir por las carreteras se convierta en una especie de gymkhana en la que, el automovilista, en lugar de poder conducir plácidamente escuchado música, se tenga que afanar en intentar descifrar los límites de velocidad de cada tramo, controlar con un ojo la aguja del velocímetro mientras con el otro, en una acrobática distorsión focal, se dedica a controlar los paneles luminosos que le indican, a cada momento, la velocidad a la que puede ir, si es que no quiere ser atrapado por un radar inoportuno o por  una pareja de guardia civiles que le hagan recordar que, el conducir por las carreteras de España, tiene más peligro que el ir de safari por las reservas africanas. Lo que esta sucediendo, señores, es que al Gobierno se le ha acabado el poder seguir crujiendo más a los españoles por los habituales medios de los impuestos; debido a la contracción de la demanda, cuando, ni el aumento del  IVA basta para solucionar los problemas de tesorería que padece la nación.; así que ha decidido apelar a la recaudación de multas de tráfico.

Y siguiendo esta pauta al señor Pere Navarro se le ha ocurrido que todavía se le puede dar una nueva vuelta de rosca a los sufridos usuarios de las carreteras nacionales; no a los usuarios de las autopistas, aquellos que pueden permitirse pagar los peajes consabidos y poder circular a la “escalofriante” velocidad de ¡110 km/h!, sino a los pobres parias que han de someterse a la tortura diaria de las largas colas, los atascos, la marcha lenta y contaminante ¡aquí si que se consumen litros y litros de gasolina que contribuyen al aumento de la polución de las ciudades!, para acudir a sus respectivos trabajos, aquellos de los que han tenido que alejarse porque en las grandes ciudades ya no hay quien viva ni quien encuentre una vivienda que no se le lleve todo el sueldo en pagar su alquiler o los plazos de la hipoteca. Ahora se trata de poner en práctica un nuevo sistema recaudatorio que, según parece, hace ya tiempo que está rondando por las preclaras mentes de esta nueva Inquisición socialista, que se ha hecho con España y los españoles. En efecto, se trata de que los conductores paguemos por circular por cualquiera de las carreteras de la nación.

Verán ustedes, no basta que, al comprar un vehículo, por modesto que sea, tengamos que pagar el correspondiente IVA, el impuesto de matriculación, el  de circulación (como si un vehículo se comprara para dejarlo en el garaje) y sea necesario pagar un alquiler para aparcarlo en la calle, si es que no queremos ir dando vueltas hasta que se nos acabe el combustible; sino que, cuando nos abastecemos del combustible necesario para poder circular, tenemos que pagar el doble de su coste debido a los impuestos con los está gravado cada litro del mismo. Por lo visto, para el Estado todos estos gravámenes no son suficientes y su afán recaudatorio ha establecido que, el que no se atenga a todas las prohibiciones que se han inventado para fastidiar a los que se atrevan a conducir, deba estrujarse el bolsillo para pagar unas sustanciosas multas con las que reparar su “delito”, si no es que te dejan en dique seco si es que agotas los famosos puntos del carné. Ahora se trata de establecer un nuevo sistema de pago para los que no se conformen circulando por la ciudad (que ya pagan su impuesto de circulación). El señor Pere Navarro y la Asociación Española de la Carretera (quisiera saber para qué necesitamos una asociación que, por lo visto, se dedica a chinchar a los conductores) quieren que, para conservarlas, tengamos que pagar una cantidad adicional si es que queremos seguir usándolas. Al parecer, se basan en que es injusto que los que no tienen coche, ni moto ni bicicleta, tengan que contribuir a reparar algo que no usan. No me parece mal si, al mismo tiempo, dejamos de pagar impuestos por los sueldos de sus señorías, los Congresistas, que no usamos, o los 30.000 coches oficiales que circulan por las calles y carreteras de nuestro país y que no usamos o los viajes oficiales, y no tan oficiales, de nuestros ministros y del señor Presidente, a los que no estamos invitados o, si tan empeñados están, tampoco pagaremos aquellas carreteras que no utilizamos por estar en lugares que no frecuentamos ¿podemos seguir o ya basta?

Si los ciudadanos españoles no estuviéramos alelados, si no pareciera que nos han lavado el cerebro y nos han despojado de aquellos atributos que distinguen a hombres y mujeres, si tuviéramos agallas en lugar de habernos convertido en seres abúlicos, pasotas, sumisos, meapilas y conformistas; ya haría tiempo que nos hubiésemos sublevado contra la tiranía de unos advenedizos, despilfarradores, mentirosos, falsos protectores de las masas obreras y predicadores del relativismo; cuya única hazaña ha consistido en convertir a nuestra patria en un erial por el que pasean, como los grises personajes descritos, por Dante Alighieri, como pobladores de su Purgatorio, los españoles, añorantes de aquellos tiempos en los que España brillaba en Europa y daba trabajo y bienestar a quienes habitaban en ella.

Por lo visto los impuestos que pagamos: el IVA, el IRPF, las Trasmisiones Patrimoniales,  el IBI etc. y los impuestos y tasas municipales, no son suficientes para atender los gastos públicos y es preciso que los ciudadanos nos hagamos responsables, a pesar de que no se nos ha consultado sobre ello, de todos los errores que ha venido cometiendo este Ejecutivo desde que asumió la gobernanza del país y, muy especialmente, desde que se inició la crisis, a finales del año 2007.  Ahora se trataría de añadir a los que ya pagamos una especie de telepeaje consistente en que, cada coche, pagaría entre 10 y 12 céntimos por kilómetro con una franquicia de 15.000 kilómetros al año en el caso de los particulares y de 100.000 en el caso de profesionales. Los kilómetros que excedieran de estos topes deberían pagarse aparte. El Estado podría recaudar una cantidad de un 25.000 millones de euros al año. Lo que no parece que hayan calculado es el efecto de esta medida en el turismo a las playas, los restaurantes, los centros de recreo y todo el entramado que depende de la visita de los usuarios del vehículo. Otra “genialidad” de los socialistas. O esto es lo que pienso yo.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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