Comienzan a poner en funcionamiento su plan “D”, de “distracción”
Ya volvemos a estar repitiendo la historia. Cuando los de las izquierdas se sienten acorralados, cuando más se les ponen de canto las cosas y cuando todos sus habituales trucos y martingalas han dejado de surtirles efecto para su objetivo de atraer a los votantes hacia su redil; entonces es cuando comienzan a poner en funcionamiento su plan “D”, de “distracción”, mediante el cual, ya que les resulta imposible justificarse ante la ciudadanía y sus habituales artimañas son estériles para mantener a la gente alejada de la evidencia de una realidad indiscutible, en la que todas las utopías que han estado predicando, durante su mandato, se han desmoronado estrepitosamente y aquellas esperanzas que habían hecho concebir a los ciudadanos se han evaporado convirtiéndose en jirones de humo; entonces es cuando ha llegado el momento de recurrir a las maniobras de distracción consistentes en presentar al adversario político como un tirano, una especie de come niños que está esperando acceder al poder para aprovecharse de los obreros, privarles de todas sus conquistas sociales, reducirles sus pensiones y despedirlos de sus puestos de trabajo, como si no dependiera de los trabajadores el que sus empresas sean productivas, competitivas y viables. Otro de los argumentos preferidos por la izquierda es inferir que nadie podría llevar la economía de un país mejor que ellos, ya que sólo ellos son capaces de enfocar las finanzas de la nación, a través del dirigismo económico del Estado, de modo que las políticas sociales sean tenidas en cuenta y los trabajadores consigan ir avanzando en las llamadas conquistas de la clase obrera. No será, no obstante, un ejemplo de ello lo que ha venido sucediendo en las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero.
En ello están ahora y, la nueva etapa que se le ha encomendado al señor Rubalcaba, este caballero que cualquiera que hoy le escucha con su cara bonachona y aspecto de no haber roto un plato en su vida,.pueda pensar que es un bendito al que la derecha “está empeñada” en cargar contra él, sólo porque es socialista; sin embargo, cualquiera que haya seguido atentamente su carrera política puede recordar su papel esencial en el tema del GAL, en tiempos de Felipe González y el de factotum en el sórdido episodio de las negociaciones secretas con los de la banda terrorista ETA empeñado en pactar con ella, a cualquier costa, para atribuirse el mérito de haber acabado con ella; aunque ello fuera a costa de cometer una infamia con las víctimas del terrorismo y concederle, al País Vasco, una serie de prebendas adicionales que les ayudaran en su camino hacia su ansiada independencia. En realidad, estos días estamos viendo como se excarcela a etarras y se les dan permisos a otros criminales que tienen sobre sus conciencias numerosos delitos de sangre. Pero, ¿qué les importa a esos gobernantes socialistas semejantes minucias si, con ello, consiguen perpetuarse en el poder?
Como los intentos de la señora Leire Pajín de dar una vuelca de tuerca más a la limitación de nuestras libertades, por medio de leyes que ella quiere vender como igualitarias pero que, en realidad, no tienen otro objetivo que chinchar a los españoles y extender su política de ir prohibiendo, metódicamente, todas aquellas pequeñas expansiones que tanto contribuyen a hacer más llevadera la vida de los ciudadanos; intentan desviar la atención de los españoles hacia cuestiones que, si bien son importantes, no obstante, no alcanzan a las inquietudes, problemas y preocupaciones que, en estos momentos, tienen en vilo a toda la ciudadanía española.. Habiendo fallado en su intento de hacernos olvidar la situación extremadamente grave en la que estamos sumidos y, ante la evidencia de que no se han abierto los cauces que se nos prometían para que tengamos esperanzas en una, si no rápida, al menos paulatina recuperación de la actividad industrial, del comercio y de la contratación de personal; todo indica que, en el próximo otoño, van a reiniciarse de nuevo los endémicos problemas que nos vienen asediando hasta ahora, que es posible que puedan quedar latentes durante el estío. Se augura una nueva oleada de despidos y cierres de empresas; como ya parece que se viene pronosticando desde las esferas económicas nacionales (Banco de España) e internacionales. El hecho es que, los vaivenes y la inestabilidad de las finanzas griegas, aunque las últimas noticias puedan indicar un retraso en el desenlace de los problemas que los vienen asediando, lo evidente es que, si no se produce un milagro y no cesa la inestabilidad social que viene retrasando cualquier medida encaminada a solucionar la grave situación de la república; nadie puede apostar a que, dentro de unos meses, al próximo vencimiento de la deuda, no se vuelvan a reproducir con mayor virulencia la falta de disponibilidades del ,país para atenderlas y, entonces, no sean 15 mil millones los que sean precisos para salvar a Grecia sino más de 100 mil millones, algo que puede que sea demasiado para la UE, si tenemos en cuenta que Alemania, cada vez, se muestra más remisa a asumir la parte que le toca del rescate. Si se produjera una situación de quiebra soberana en Grecia, nadie dude que la sacudida sísmica de tal percance, a una de las primeras naciones que afectaría de lleno, sea a España.
Y es que, aparte de los problemas financieros y económicos, nos encontramos que, en España, estamos en manos de un gobierno socialista débil, descabezado y en manos de un Presidente agónico, que no da pie con bola desde hace meses, y un supuesto candidato, el señor Rubalcaba, dividido entre la necesidad de promocionarse para las próximas elecciones; elevar la moral de las bases, que está por los suelos y, en tercer lugar, empezar a tomar las riendas de la nación, en unos momentos en que las medidas necesarias para sacarla a flote no están en sus manos, que debe apechugar con los resultados de un gran fracaso electoral y con lo que todavía resulta más hiriente, la necesidad de encontrar una solución para que los casi cinco millones de parados puedan empezar a encontrar trabajo, sin lo cual resulta impensable que la economía española y la demanda interna vuelvan a florecer. No obstante, es imposible que, sin que las empresas puedan conseguir créditos bancarios; teniendo en cuenta la precaria situación de las cajas, embarcadas en complicadas fusiones y con el peso de sus activos inmobiliarios que vienen lastrando sus balances, con el añadido de que, la morosidad, en lugar de remitir, ha vuelto a aumentar, alcanzando cotas del 6’3%, inédita hasta ahora; la creación de trabajo pueda producirse. Si las reformas que anuncian el ministro de Trabajo y ZP, se quedan reducidas a lo que han hecho con la negociación colectiva (algo que apenas anunciada ya ha provocado susceptibilidades en Bruselas); es evidente que no nos van a llevar a ninguna parte y sólo van a servir para que se alargue la agonía en que está empeñado, el gobierno del PSOE, en mantener a nuestra nación.
Por otro lado, la dejación de responsabilidades de Pérez Rubalcaba como ministro de Interior y su evidente temor a meterse en líos de orden público que pudieran desmerecer la valoración que los españoles hacen de su figura política; no hacen sino garantizar el que, de aquí hasta el final de la legislatura, si es que se prolonga hasta marzo del 2012, la situación de la seguridad en España va a quedar reducida a lo que, el propio Rubalcaba, no se cansa de repetir cuando le preguntan sobre el caso Bildu o el tema de los “Indignados” del 15M, o sea, que “cuando sea preciso se actuará don energía, pero en los otros casos, sólo con inteligencia y prudencia” lo que, cualquiera que conozca como se comporta el señor vicepresidente, sabe que quiere decir que no meterá mano ni dará orden de intervenir en ningún caso como no sea que, los supuestos alborotadores, saquen las metralletas a relucir. O, al menos, esto es lo que a mí me parece.
Miguel Massanet Bosch