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ZP sigue creyendo que nos va a salvar. Dios nos ampare (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el junio 28, 2011 por admin6567
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El escritor y moralista francés, J. de la Bruyere (siglo XVII), se refería a la liberalidad en los siguientes términos: “La liberalidad no consiste tanto en dar mucho como en dar oportunamente”. Porque, lo que sí es evidente es que, lo primero que se precisa para poder dar es disponer de algo para hacerlo; el dar lo que no pertenece al dador no tiene mérito alguno, si no es que no constituye una acción reprobable; el ofrecer una mejora, una dádiva, una limosna o un regalo, haciendo concebir ilusiones al presunto beneficiario, sabiendo o presumiendo que será imposible cumplirlo, no es más que una forma de la más refinada y gratuita crueldad; pero, si lo que se ofrece consiste en una mejora para las clases humildes; una ayuda para paliar sus más perentorias necesidades o una contribución económica que se haya de pagar a costa del Erario público, a cargo de los impuestos de los ciudadanos o de los fondos creados para otros fines, igualmente necesarios y justos; implica la circunstancia de que, quien hace el ofrecimiento, es una autoridad, un funcionario público e, incluso, un presidente de una nación, que es consciente de que va a ser imposible poder cumplir lo prometido y usa de dicho subterfugio en beneficio de sus propios intereses, para granjearse el agradecimiento de los electores o para intentar evadirse de una situación desagradable, que pueda perjudicarle o perjudicar a quienes dependen de él; señores, entonces nos encontramos ante un elemento peligroso, un irresponsable y un verdadero depredador político, sin el menor respeto por los ciudadanos a los que se debe y a los que prometió proteger.

La obsesión de ZP y de su partido por perpetuarse en el poder, su apego a la poltrona y su desvergüenza a la hora de valerse de los más sofisticados medios, legítimos e ilegítimos, para evitar la alternancia en el poder, para descalificar al adversario político y para impedir, a toda costa y valiéndose de los trucos más sucios, ser apartados de sus cargos públicos, aunque ello suponga, como ocurre en el caso de España, que la nación se vaya deslizando, cada vez con mayor velocidad, hacia el desastre total. Hoy mismo, mientras escribo, tiene lugar el debate sobre “el estado de la nación”, un debate que, en otras ocasiones, probablemente tendría algún interés pero que, en las actuales circunstancias, no necesitamos que nadie nos explique cómo está España porque cualquier ciudadano podría responder con toda propiedad que estamos en una situación de extrema precariedad y que lo que precisamos, con urgencia, es un inmediato cambio de gobierno que inspire confianza y que se ponga al frente del país y tome todas aquellas medidas, por muy duras que sean, para evitar que acabemos como Grecia, sólo que, en nuestro caso, no habría quienes fueran capaces de “rescatarnos”.

Cuando el Ejecutivo, para aprobar unas reformas laborales, como es el caso de las jubilaciones y la negociación colectiva, se ve precisado a mendigar el apoyo de los partidos minoritarios, en este caso CIU, y no tiene reparos en ceder al chantaje al que ha sido sometido, con la entrega de 8 hospitales públicos a la comunidad catalana y con el compromiso de comprar “bonos patrióticos” emitidos por la Generalitat, utilizando para ello los activos del Fondo de Reserva para las Pensiones –un fondo que, en un principio, estaba respaldado por bonos franceses y alemanes, luego los vendieron para invertir en nuestra deuda pública y ahora, por conveniencias del PSOE, lo van a invertir en unos bonos autonómicos, emitidos para intentar amortizar una deuda contraída por los anteriores dirigentes del famoso Tripartito. ¿Qué garantía tendrían los jubilados, los incapacitados y las viudas, si se produjera, (algo que no resulta imposible dado el estado de nuestras finanzas públicas) de cobrar sus pensiones si, España, entrara en una situación de quiebra soberana? Calcúlenlo ustedes mismos.

Hace unos pocos días los vascos, del PNV, ya se llevaron su tajada, consistente en el traspaso de cinco nuevas competencias, solamente por el hecho de abstenerse en el Parlamento en la votación del Decreto de Negociación Colectiva.  Hoy nos hemos enterado de que el Gobierno, en Abril del 2010, firmó un Acuerdo de Asociación Estratégicas con el organismo de la ONU, “ONU Mujeres “por el que se comprometía a aportar la cifra de 99’5 millones de euros para “promover la igualdad entre hombres y mujeres a nivel mundial”. Este acuerdo lo firmó la ministra de Igualdad, señora Bibiana Aído, con los representantes de la ONU, junto al señor Moratinos.  Lo curioso de este affaire es que, el nombramiento de la señora Aído como consejera de ONU Mujeres fue acordado, entre ZP y la señora Bachelet, en una reunión que celebraron ambos en el palacio de la Moncloa, hace varias semanas. Según ABC, se acordó que España haría un esfuerzo económico para compensar el sueldo de la señora Aído (no les debía hacer mucha falta su asesoramiento si es necesario pagar para que se la queden) ¡Un despilfarro más del Gobierno en tiempo de crisis!

Pero es que, esta misma mañana, en el Debate de la Nación, el señor ZP ha anunciado una medida por la que, el Estado, se ofrece a ayudar a los que no puedan pagar sus hipotecas para evitar la ejecución hipotecaria. ¿Saben, en la Moncloa, la cantidad que ello supondría al Erario público? Las entidades crediticias han tenido que quedarse con miles de inmuebles por la falta de pago de las hipotecas y continúan provocando desahucios debido a que, la morosidad, ya supera el 6%. Resulta inconcebible que, cuando tenemos casi 5 millones de parados, de los cuales ya hay más de 1’5 millones que no cobran el subsidio, el señor ZP continúe en Babia y siga tirando de talonario, (por supuesto sin fondos) para seguir engañando a la ciudadanía como si le sobraran fondos para semejantes aventuras. Y es que, tanto ZP como la propia señora Salgado, parecen estar en una nube, sin enterarse de lo que está sucediendo en este país. Se me erizan los vellos al escuchar con qué calma la señora ministra ha contestado a una pregunta que se le ha formulado sobre el hecho de que nuestra prima de riesgo haya superado, aunque sea por un corto tiempo, los 300 puntos básicos, como si no tuviera importancia; porque esta cifra es la que marca cuando un país está en serios peligros de refinanciación. No obstante, a la señora Salgado no le importa un ardite, como ocurrió  la semana pasada cuando se disparó el interés y la diferencia con el bono alemán.

Veamos algunos datos extraídos de un artículo de INVERTIA, firmado por J. Estébanez. Hace cinco años el coste de financiación de España (3,860%) era inferior al alemán (3,868%). En la actualidad, refinanciar nuestra deuda nos cuesta 12.500 millones de euros más, por la subida de tipos, mientras que a los alemanes les cuesta 20.800 millones de euros menos. El bono español a 10 años renta por encima del 5,7%, el doble que el alemán y 184 puntos básicos por encima de la rentabilidad del 2006. En el primer trimestre del año el saldo de la deuda rozaba los 680.000 millones de euros. Casi 160.000 millones correspondían a deudas de la administración autonómica y local, cuyos diferenciales se han aumentado en mucho más de los 2 puntos básicos del bono a 10 años. Si refinanciáramos nuestra deuda a “tipos germánicos” nos supondría un ahorro de 19.400 millones de euros respecto al precio actual. ¿Qué quiere decir todo esto? Pues, muy sencillo, que el resto de países e inversores no se creen en las reformas del señor Zapatero y la prueba la tenemos en el terrible encarecimiento de la financiación española respecto a la alemana, que le ha hecho alcanzar un diferencial que ha rozado los 300 puntos básicos. ¿Y, en estas condiciones, nos podemos permitir boutades como las anunciadas por el señor ZP? Evidentemente, estamos ante las habituales salvas sin bala de los socialistas, en franca retirada. O, así me lo parece.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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