No es extraño que los alemanes se lamenten de tener que ser los paganos cuando se trata de solucionar los problemas de aquellos países que como los PIIGS se constituyeron en las cigarras de la UE
Hoy ha aparecido en la prensa una noticia que, a los españoles, nos debería hacer pensar. Se trata de que algunos partidos del Gobierno alemán están pidiendo que España venda su oro para reducir nuestra deuda. El rotativo alemán “Financial Times Deutschland” ha publicado unas declaraciones del señor Michael Fuchs,, viceportavoz del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la señora Merkel, en las que decía que, España e Italia, deberían llevar a cabo privatizaciones o vender sus reservas de oro para “arreglar” sus presupuestos. A su vez, el economista del liberal FDP, señor Frank Schaffler, considera necesario que los estados endeudados vendan parte de su oro y depositen parte de sus reservas de este metal como garantía, en el Banco Central Europeo. Añadió, el alemán, que los países periféricos de la zona euro con problemas financieros, deberían usar sus propios activos para subsanar sus deudas antes de recurrir a la ayuda de los demás países de la zona euro. Debemos aclarar que, si no estamos errados, el precio de la onza troy de oro estaba hoy por los 1.739 dólares.
No es extraño que los alemanes se lamenten de tener que ser los paganos cuando se trata de solucionar los problemas de aquellos países que como los PIIGS se constituyeron en las cigarras de la UE, mientras, los que actuaron como hormigas, supieron tomar las medidas adecuadas para evitar que la recesión los sorprendiera con los calzones bajados. En realidad, estos señores no hacen otra cosa que la que vienen poniendo en práctica las entidades bancarias cuando conceden alguno de sus escasos préstamos a una empresa o un particular, a los que primero les hacen un scaner de su situación económica y, cuando han averiguado lo que deseaban sobre su solvencia, le obligan a garantizar, con parte de sus bienes, el pago, a su vencimientos, del capital más los intereses devengados. Sin embargo, aunque el hecho de que se empiecen a pedir garantías adicionales para asegurar el pago de nuestra –cada vez, más cara e importante – deuda, sea un mal presagio para España; si empieza a cundir la especie entre nuestros acreedores, de que lo que insinúan los alemanes puede ser una buena solución para garantizarse el pago de nuestra deuda, los problemas de España e Italia ( un país que, al contrario de lo que sucede en España, tiene una de las más importantes reservas de oro, y es considerado el cuarto país en cuanto a su importancia) pueden acrecentarse; debo decir que no es a este aspecto al que me quiero referir en este artículo.
Quiero que volvamos la vista hacia los meses de marzo, abril mayo y junio del año 2007 y recuerden que estábamos, todavía, en una España que vivía de rentas de lo que había conseguido el anterior gobierno del señor Aznar. Ello no obstante, nuestro Gobierno del PSOE debía ya tener algunas dificultades de las que, siguiendo su inveterada costumbre de ocultar, a los españoles, todo aquello que no les interesaba que se hiciera público, no nos dijo nada con la intención de mantenernos en la ignorancia de sus errores de gobierno. Sin embargo, se produjo un hecho que, ahora que han pasado los años y lo podemos contemplar en toda su magnitud, podemos calificarlo, sin duda, de un robo a mano armada a España y a los españoles. Se perpetró con nocturnidad y alevosía, y pocos fueron los españoles que llegaron a enterarse de que, de nuevo y por los sucesores socialistas, en el gobierno de la nación, se volvía a reproducir el mismo hecho que sus antecesores de la II República pusieron en práctica, cuando enviaron a Moscú las reservas de oro por exigencia de la Unión Soviética (que así se quería garantizar el pago del obsoleto material bélico que le envió al gobierno) precisamente en el 25 de octubre del año 1936.
Lo cierto es que se habla de que, entre un 20 y un 25% de las reservas de oro del Banco de España fueron vendidas por aquellas fechas. Rebuscando informaciones de aquel año ya se puede averiguar que soplaban malos vientos para el Gobierno y se comparaba el modelo español con el argentino. Se habló de que, en sólo tres meses, se liquidaron 108 toneladas de oro. El Daly Telegraph publicaba “El Banco de España no comenta nada sobre estas ventas que incluyen, en el momento de escribir esto, 80 toneladas de oro este tipo de noticias… no deben tomarse con ligera. Estas son actividades que normalmente preceden a la quiebra de bancos, el hundimiento de las bolsas y el desastre financiero de la población”. Sin duda, unas palabras proféticas si hemos de aplicarlas a lo que ha venido ocurriendo en España durante los últimos 4 años.
El analista, Tim Congdon, ya advertía, por aquel año 2007, que los problemas de España iban a traer consecuencias para la Unión Europea y que, el descenso del precio de los inmuebles, ya contenía los ingredientes “para una completa crisis financiera en España a corto plazo, con los consiguientes efectos en el resto de Europa y más allá”. Si este señor tenía una visión tan acertada y clara de nuestro problema, ¿habrá quien se pueda creer que, el gobierno del señor Rofriguez Zapatero, estuviera en la higuera sin darse cuenta de lo que se nos venía encima? ¡De ninguna manera!, y la prueba la tenemos en que, a escondidas y evitando toda publicidad, empezaron a buscar liquidez para preparase para lo que se iba a producir; que no era, la crisis mundial de las sub prime americanas, sino la que se podía deducir del desmoronamiento de la burbuja inmobiliaria y de sus previsibles consecuencias en todo el sector financiero del país.
De aquellos polvos estos lodos y la consecuencia gravísima de aquella venta de oro español la deberemos soportar, hoy en día; porque, si queremos hacer algunos números, aunque algunos somos de letras, bastara comparar el precio de la onza troy de oro en el año 2007, aproximadamente a 835 dólares, con el dato de hoy que ha llegado a alcanzar los 1.730 dólares. Por tanto, si valoramos las 108 toneladas que se vendieron en el 2007 a 835 dólares la onza nos da, salvo error u omisión la cifra de 2.900.048.400 dólares; pero, si no las hubiéramos vendido, la cifra que hoy alcanzaría sería de 5.902.848.000 dólares, lo que supondrá que nuestra nación dispondría de unos 3.000 millones de dólares más en reservas de oro. Es posible que los número no sean exactos y puedan existir algunos elementos que no haya tenido en cuenta, pero la diferencia es tan abismal que, a mi criterio, en ello va el encontrarnos en la penuria económica y social en la que, por desgracia, hemos llegado a caer, cuando podríamos disponer de un colchón que nos hubiera servido para capear holgadamente el temporal de la recesión.
Habría que ver cuál es la responsabilidad que le corresponde al señor Fernández Ordóñez en este affaire y la que tiene el ministro de economía que, en aquellos tiempos, sería el señor Pedro Solbes, aquel a quien se le dio por vencedor en el debate sostenido ante las cámaras de TV con el señor Pizarro del PP. ¡El tiempo ha puesto, no obstante, las cosas en el lugar que les corresponde y ha ensalzado la figura del señor Pizarro, que no se equivocó en ninguna de sus predicciones! Y cuando se habla con tanta saña del caso Gürtel por estos mismo señores que nos vienen gobernando desde el marzo del 2004, a ¿quién le vamos a pedir cuentas de aquel error monumental, de aquel atraco a los españoles y de aquella falta de visión económica?, que nos ha privado a todos los ciudadanos, que ahora tenemos que apretarnos el cinturón, con los sueldos rebajados o congelados y con unas perspectivas, verdaderamente, poco optimistas. ¡Al maestro armero!, señores, porque esta equivocación garrafal ya no tiene componenda alguna. O esto es, señores, lo que a mí me parece.
Miguel Massanet Bosch