(Publicado en El Observador Inocente, aquí)
“… Si los estrategas electorales pretenden presentar a Rajoy como el adalid de la unidad española y de la racionalización administrativa, por otro vemos en Catalunya como responsables del PP aseguran que no cierran la puerta a cosas como el concierto económico…”
“…esta forma de entender la política, adecuando el discurso al auditorio, aprovechando inquietudes de la sociedad civil o episodios concretos, solo encontramos oportunismo político, mensajes regionalizados y el cortoplacismo…”
Quizás los ciudadanos del resto de España no estén muy informados de los movimientos y mensajes políticos del PP catalán, por lo que no estaría mal ver la tremenda contradicción de unos discursos que dependen del público a quién se dirigen. Si los estrategas electorales pretenden presentar a Rajoy como el adalid de la unidad española y de la racionalización administrativa, por otro vemos en Catalunya como responsables del PP aseguran que no cierran la puerta a cosas como el concierto económico o que en las matrículas se indique el CAT…¿no es algo contradictorio y vergonzante que por un lado se pretenda defender la unidad de España y mientras se ofrece todo lo contrario al nacionalismo?, ¿esta es la forma como el PP quiere llegar al poder?, ¿haciendo guiños a Dios y al diablo?
Más allá de esta condenable forma de hacer política habría que recordar al PP y al resto de partidos políticos que las elecciones y el periodo electoral son periodos cuya importancia para la democracia va mucho más allá del número de diputados que logren y que no pueden convertirse en mero espectáculo mediático, ni mucho menos en un cúmulo de dispares y disparatadas promesas a diestro y siniestro.
Parece que las estrategias electorales se articulan sin una mínima coherencia del discurso respecto a la ideología, parece que sea la falaz constatación del fin de las mismas, parece que simplemente se deba adaptar el mensaje al “cliente”, sabedores que con lo que se gana votos en un sitio se pierde en otros. Los planes reales de gobierno y sus objetivos parecen algo secundario o algo que se debe ocultar…por eso se dedican a hacer una campañas electorales a la medida del consumidor.
Lo cierto es que en esta forma de entender la política, adecuando el discurso al auditorio, aprovechando inquietudes de la sociedad civil o episodios concretos, solo encontramos oportunismo político, mensajes regionalizados y el cortoplacismo que tanto se le ha criticado al gobierno de Zapatero. Con este panorama ¿no parece que con nos encaminamos a la reedición conservadora del gobierno de Zapatero, es decir, un gobierno corto de miras, siempre dispuestos a ceder al chantaje nacionalista, pero aun más cicatero con el Estado del Bienestar?
Quizás sería hora de exigir a la clase política transparencia y honestidad hacia la ciudadanía, no puede ser que el periodo electoral siga siendo un mercado donde “comprar” votos mediante estrategias meramente propagandísticas y de marketing.
José Rosiñol Lorenzo
http://www.vozbcn.com/2011/08/02/82677/pp-no-cierra-concierto/
http://www.vozbcn.com/2011/08/14/83265/rajoy-normas-empresa-mercado/