Fedea afirma que fijar un límite de déficit público no tiene por qué acabar con el Estado del Bienestar

Las consecuencias fiscales de la crisis, la situación de los mercados de deuda o la supervivencia del euro exigen un férreo control del déficit y mejorar la coordinación de políticas fiscales. En este contexto, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) analiza la reforma constitucional que PSOE y PP han acordado para incluir un límite al déficit público. Los expertos concluyen, en un documento que resumimos a continuación, que el techo de endeudamiento ha de ser «flexible» y que las reglas fiscales serán «inútiles» si no se atacan los problemas estructurales.
¿Qué es una regla fiscal?
Es un diseño del comportamiento de la política fiscal de un Estado. Suelen centrarse en fijar objetivos de déficit de las administraciones públicas o determinar cuál es el porcentaje máximo de deuda pública, en relación al PIB, que un Estado puede alcanzar.
¿Para qué sirve?
Una regla fiscal tiene una doble misión: por un lado, trata de aportar coherencia temporal a las decisiones de política fiscal adoptadas por la administración. Por otro, busca asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas. Así, intenta alcanzar un crecimiento económico equilibrado, reforzar la credibilidad de un Estado y facilitar su acceso a los mercados de deuda.
¿Implica recortes sociales?
Una regla fiscal puede acomodar tanto gastos e impuestos altos, como gastos e impuestos bajos. Por ello, no tiene por qué implicar recortes de gastos. De hecho, los creadores del Estado de Bienestar en Suecia eran partidarios de garantizar un superávit en fases de crecimiento económico para hacer sostenible el gasto social.
¿Por qué hay que incluirlo en la Constitución?
Que los criterios centrales de una regla fiscal se incluyan en la Constitución es fundamental para afianzar la credibilidad de un país. De ese modo, se demuestra el compromiso con la responsabilidad fiscal y con la creación de instituciones de calidad.
¿Sería España un país pionero en la introducción de reglas fiscales?
No. En los últimos años, países tan variados como Suecia, Chile, Polonia o Alemania han introducido reglas fiscales. En la actualidad, hay otros cercanos, como Italia o Francia, que lo están barajando. Cada país tiene sus peculiaridades. En general, una regla fiscal debe equilibrar la sostenibilidad fiscal y la flexibilidad.
¿Qué ocurriría si se forzara un déficit cero?
Pongamos que España se encuentra en una situación de déficit cero y, de manera repentina, se ve afectada por un encarecimiento externo del precio de la energía. Este hecho contraería la economía y provocaría la caída de los ingresos y una subida de los gastos. Con un déficit cero estricto sería necesario subir los impuestos o reducir el gasto, con lo que no se podría salir de la recesión. En el caso opuesto, si en época de bonanza no se exige superávit por medio de una regla fiscal, existe la tentación por parte de la administración de aumentar el gasto público o bajar los impuestos, lo que dificultaría afrontar una crisis futura. Por ello, una regla fiscal debe atender a cada situación estructural sin centrarse en un año concreto.
¿Qué objetivo de superávit estructural se debe fijar?
Existen dos factores en el objetivo de superávit estructural que una regla fiscal bien diseñada debe considerar. El primero es un sesgo positivo de, por ejemplo, un 1,5 por ciento del PIB, que asegura un margen de maniobra suficiente si llega una crisis económica tan severa como la actual. El segundo de los aspectos que se debe incluir, según los expertos, es un cálculo que corrija automáticamente la cantidad de deuda pública que un país puede asumir en relación con su PIB.
¿Quién se encargaría de determinar el superávit y el déficit estructural?
Un Consejo de Política Fiscal dirigido por un grupo de economistas y expertos independientes, con un equipo y presupuesto propio. En Europa existen dos precedentes distintos: los consejos de países como Suecia, Holanda, Bélgica, Dinamarca o Reino Unido, que se han demostrado eficientes; o los bancos centrales. Ambos se pueden acompañar de auditorías periódicas por expertos internacionales o informes a las Cortes.
Y si se incumpliera el déficit marcado, ¿qué sucedería?
En casos de déficits públicos excesivos pueden aplicarse distintos mecanismos, imprescindibles si se pretende que una regla fiscal sea útil. Entre ellos, se encuentran los recargos automáticos sobre el IRPF, el impuesto de sociedades o el IVA; los límites de gasto en consumo e inversión pública o las reducciones en el sueldo de miembros del gobierno nacional, de los autonómicos y locales.