Pablo Sebastián (Publicado en Republica.com, aquí)
Rubalcaba ya no sabe que hacer o que decir para intentar remontar su deteriorada situación pre electoral y por eso se ha ido a Cataluña, de la mano de su “enemiga” Chacón, a justificar la marginación ilegal del idioma castellano, a criticar la sentencia del Tribunal Superior catalán y negar el Estado de Derecho en un vale todo con tal de conseguir aminorar la derrota electoral que se cierne sobre el PSOE.
Rubalcaba se disfraza de “vende patrias” en Barcelona a sabiendas de la importancia que tiene en escaños la lista de los posibles diputados del PSC, una vez que es conocida la importancia que para los dos grandes partidos tienen la Comunidades de Cataluña y Andalucía, de ahí la intensidad de visitas que Rajoy y Rubalcaba realizan en ambos territorios. Sin olvidar que la primera base del resultado electoral nacional está en Madrid, y la cuarta en Valencia, Comunidades estas dos en las que el PP tiene una sólida base política.
Rubalcaba y Chacón –que aún es ministra de Defensa- han montado su numerito “pro nacionalista”en contra de la legalidad y la lengua española (lo que les será tenido en cuenta en el resto de España) para calificar a Rajoy de “pirómano” de un incendio que han provocado Montilla y Mas y en el que al PP solo se le puede acusar de tibieza y escurrir el bulto –como casi en todo-, convencidos que el silencio, la ambigüedad y el tiempo juega a su favor y a la vez descontrola al adversario.
Sin embargo el tiempo pasa lento en la política- seguimos con un gobierno interino- y rápido en la crisis económica (Roche amenaza a España con cortar el suministro de sus fármacos por impago, como ha hecho en Grecia), sin que el fantasma de la quiebra del país heleno y de la profunda crisis del euro desaparezca del horizonte europeo y de una manera mas aguda y concreta del cielo de España e Italia. Y todo ello mientras la UE se presenta incapaz de marcar una única velocidad en el tren europeo donde la canciller Merkel –que no cesa de sufrir derrotas regionales en su país y deserciones en su mayoría-, parece estar llegando al límite de su resistencia, lo que excita la caza del euro que los insaciables mercados internacionales pretenden lograr aprovechando las dudas y dilaciones de los gobernantes de la Unión Europea.
Un panorama preocupante en el que la falta de cohesión nacional en España y la ausencia de un gobierno firme y estable aumenta, mas si cabe, el riesgo de que la tormenta perfecta que sobrevuela el cielo de Atenas pueda alcanzar en fechas no lejanas a Roma y a Madrid, lo que sería sin lugar a dudas el principio del fin del euro y de la Unión Monetaria de la UE.
Estamos, pues, ante semanas decisivas en lo político y lo económico y, en consecuencia, también en lo financiero (los bancos y cajas de ahorro están a la espera de un nuevo examen) y en lo social porque la desesperanza inunda a millones de ciudadanos españoles a los que nadie puede perder de vista ni olvidar en este dramático juego del “Palé” de las finanzas y la política bajo el que subyacen millones de españoles y la imagen deteriorada de un país, España, que está inmerso en una clamorosa orfandad política y en una encrucijada decisiva que está al llegar.