Si, señores, ya sabemos a lo que se va a dedicar nuestro actual presidente cuando deje el Gobierno y se traslade a su paraíso de León. Es evidente que sus siete años y medio de actividad en la Moncloa han acabado con sus ganas de trabajar y parece decidido a dedicarse al dolce far niente, tumbado en una hamaca y gozando de la descansada y somnolienta tarea de hacer de “supervisor de nubes”, recuperando el pensamiento del escritor Gómez de la Serna, cuando escribió: “el mejor destino es el de supervisor de nubes tendido en una hamaca y mirando al cielo”. En verdad que no tengo nada que objetar, en todo caso, recriminar a nuestro presidente el que haya tardado tanto tiempo en tomar tan sensata decisión ya que, de haberlo hecho hace años, es posible que España y los españoles no tuviéramos que estar padeciendo los resultados impredecibles, pero catastróficos, de un gobierno que, si en algo se ha caracterizado, ha sido por su partidismo, incapacidad, sectarismo y por su fiera aversión hacia la Iglesia católica. Descanse en paz, pues, el señor Rodríguez Zapatero, en su refugio leonés y manténgase, por favor, alejado de la política, en bien de España y de aquellos que lo hemos tenido que soportar durante dos penosas legislaturas.
Una cosa más, antes de que se vaya a su lugar de retiro, denunciar su poca sensibilidad para con las víctimas del terrorismo al evitar aceptar, un año más, la invitación que se le hizo para acudir al Congreso Internacional de Víctimas que se inauguró, el día 15, en París. Lo cierto es que, durante sus años al frente del Ejecutivo, el señor ZP, no se ha caracterizado por sus simpatías hacia este sector, víctima de la insania de la banda criminal ETA que, contrasta, increíblemente, con sus evidentes y reiterados esfuerzos de congraciarse con ella y con sus fieles servidores, representados por la kale borroca, H.Batasuna y, más recientemente, con Sortu y Bildu. Será algo congénito en los socialistas esto de apoyar a quienes prefieren mantenerse al margen de la Ley, porque ahora, su presunto sucesor, al menos en cuanto al gobierno del PSOE; el señor Pérez Rubalcaba parece que también sigue la querencia de escorarse hacia la izquierda más radical y hacer buenas migas con estos, recién incorporados al colectivo de los antisistema, defensores de la insumisión y contrarios a nuestro sistema democrático; que se han auto atribuido la misión de acabar con el orden establecido, para reinstaurar en nuestra nación las ya desprestigiadas, obsoletas y de nefasto recuerdo doctrinas, emanadas de la segunda internacional del PC, de la que, seguramente, nos podría hablar con plena autoridad nuestro inefable señor Carrillo, el protagonista más cualificado de los sucesos tenebrosos de Paracuellos del Jarama al inicio de la Guerra Civil.
No obstante, los católicos, los que defendemos la vida y los que estamos en contra del aborto tenemos que alegrarnos de que, al menos en un aspecto, la sima económica que han dejado, los socialistas, en la comunidad de Castilla-La Mancha; haya tenido un efecto positivo. Si señores, las clínicas abortistas de la autonomía gobernada por la señora Cospedal anuncian que van a la huelga ¡Albricias y parabienes! Estos centros concertados, en los que se practica la matanza autorizada de infelices seres humanos, a los que se les niega el derecho a la vida; parece que no cobran lo que la Comunidad les debe por sus “servicios” y, por ello, “amenazan” con dejar de practicar su sádica profesión. ¡Bendita sea la crisis, si es que se consigue detener, aunque sea por un tiempo, el que unos matasanos, que se han olvidado del juramento Hipocrático, movidos por el afán de lucro, prosigan su demoníaco trabajo! Sus lóbregos portavoces (basta verlos para cerciorarse de la clase de individuos a los que representan), con maneras airadas, se han quejado de que las siete clínicas abortistas no han cobrado del Servicio de Salud el millón de euros que se les adeuda por la eliminación de 3.000 seres inocentes, a los que se les ha privado de su derecho a formar parte de la sociedad. ¡Magnífico!
Y, aunque parezca extraño, en tiempos en que las buenas noticias escasean, vean ustedes la noticia de que la Asociación Estatal de Abogados Cristianos ha imputado a Trinidad Jiménez y a Bibiana Aído de sendos delitos contra la salud pública, por grave negligencia al haber aprobado la dispensación de la píldora anticonceptiva (Del día después), sin receta médica, sin tener en cuenta los graves riesgos que ello implicaba para las que la utilizasen. Ya se advirtió, por algunos prestigiosos médicos, que este medicamento podía tener efectos secundarios y que era una temeridad permitir que se pusiese a la venta sin necesidad del debido control médico. Claro que, ambas ministras, conocidas por su incompetencia y su calidad de feministas radicales, antepusieron a la prudencia requerida antes de dar el placet a cualquier medicamento, sus urgencias de hacerse notar, demostrar su sectarismo y apuntarse un tanto ante el colectivo feminista al que pertenecen y con el que quieren mantener una estrecha relación. Un poco de su propia medicina puede que les apacigüe su ego y a sopesar los pros y los contras de anteponer sus ideologías sectarias a las normas de la sensatez y el sentido común.
Ya les dijimos, en otro artículo, que la señora Chacón, la ministra de Defensa, que aúna a su cargo de responsable de una institución que tiene por misión específica velar por la unidad de España, como es el Ejército, su condición de nacionalista y activista en contra de la implantación del castellano en Catalunya, amén de defensora de un sujeto que insulto, en una cadena de radio catalana, a los españoles y a España; como si las tres cosas fueran compatibles y le permitieran militar en cada una de ellas con plena indemnidad . Esta señora, a la que debieran ya haber cesado, fulminantemente, si en España hubiera justicia y los encargados de aplicar la Ley no estuvieran al servicio del poder, cuando incitó a incumplir la sentencia del TSJC sobre la aplicación del castellano en la escuela; parece que sigue empeñada en “hacer méritos”, ahora ante sus propios conciudadanos, para seguir jugando con varias barajas a la vez. De pronto, olvidándose de que milita en un partido con la E de español, se nos ha convertido en una radical anti españolista que ha dejado a un lado las consideraciones que tuvo, su jefe de filas ZP, con los banqueros que fueron a los primeros a los que ayudó al comienzo de la crisis, para sacar a relucir los viejos prejuicios en contra de la “derechona anticatalana”, a los que califica de “politiquillos, tertulianos y togas”.
Curioso que, esta señora, hable de togas cuando ella misma la lleva; lo que sucede es que, como otros compañeros del Ejecutivo socialista, cuando se promocionó para el cargo presentó un currículo en el que se “auto doctoró” cuando sólo había asistido al curso de doctorado pero, y ahí está el fallo, no había redactado la tesis ni la había leído ante el tribunal, una condición básica para la obtención del título. Que ahora, esta señora, acuse a la derecha y a los tribunales de justicia de ir contra Catalunya y de prevaricar por dictar sentencias en las que prevalece la Constitución sobre las leyes catalanas; cuando, de lo que verdaderamente se trata es que, Catalunya y su Gobierno, no se levanten en contra de España, en contra de la Constitución y acaten, como se acata en el resto de España, el Estado de Derecho que ella, por su condición de miembro ¿o miembra? del Gobierno, está especialmente obligada a respetar, según prometió cuando accedió a su cargo de ministra. Una postura endeble y poco defendible, señora Chacón y ¡Ah!, por favor, no se considere por encima de los demás, porque su paso por defensa no puede haber sido más denigrante. O esto, señores, es lo que opino al respecto.
Miguel Massanet Bosch