RAÚL DEL POZO (Publicado en El Mundo, aquí)
La emboscada, el ataque por sorpresa, es una práctica muy usada en la guerra y en la caza para devorar a la presa. En el desfiladero de Ferraz preparan una emboscada contra el secretario general. Esta maquinación, y otras que se tejen, dejan a los políticos a merced de los ojos de los ciudadanos. No sé si son conscientes de que están desnudos, de que su empleo es más provisional que nunca y de que la baja consideración que de ellos se tiene puede desembocar en abstención, si no en cólera.
Si la política era el arte de engañar, los políticos españoles no engañan a nadie; si era el arte de hacer frente a la incertidumbre, son un pozo de incertidumbre; ponen en juego la estabilidad de Europa, de su moneda y en España arriesgan la unidad de la nación. Los políticos suelen ser juzgados por lo que aparentan, pero en este momento pueden ser juzgados por lo que son: una casta que lucha con ferocidad para mantener el culo en las sillas. Las minorías están dictando la conducta de las mayorías y no se ve ningún afán de llegar a acuerdos .
Podemos desprecia al PSOE, lo ve como un partido andaluz. "Puede terminar como el PSA", dice un dirigente del partido de Pablo Iglesias. Los socialistas piensan más en la llave de Ferraz que en la de La Moncloa. La mayoría de los barones y la vieja guardia apuestan por la mujer-mito de la fábrica de tabacos, por el adelanto del congreso, por elecciones generales en primavera. La burocracia orgánica puede impedir que derroquen a Pedro Sánchez; al fin, el aparato de Sánchez tiene la lista de teléfonos.
"A Pedro Sánchez le van a forzar a que se abstenga con Mariano Rajoy o habrá elecciones generales". Lo dice mi 'Kalikatres', no desde el Nilo, sino desde el Guadalquivir. "Hay mucha gente -explica- que empuja para que Rajoy sea investido en tercera o cuarta votación, después de hacerle rabiar. Las dos soluciones a la trama: que pase Rajoy y se llegue a un acuerdo de dos años o algo menos con él, para modificar la ley electoral y fijar competencias autonómicas en el volcán catalán. Ésta es la preferida, pero hay riesgo de estallido del PSOE. Segunda solución: elecciones generales asegurando que se presente Susana, que es más de derechas que don Pelayo. El riesgo es que gane las elecciones el contubernio judeo-'podemita'-comunista. El escollo es Pedro Sánchez. O le convencen, o fuerzan la cerradura de Ferraz. Con un Mariano desarmado idearían un Gobierno de año y medio, con el objetivo de cambiar la ley electoral para que renazca el bipartidismo. Yo no veo más que dos salidas, Gobierno de Rajoy con abstenciones pactadas o nuevas elecciones". Cuando le digo al sapientísimo que los partidarios de Pedro Sánchez llaman víbora a Susana Díaz, contesta: "No es una víbora, sino una serpiente de cascabel, más recia y con más ruido".
Personas cercanas al secretario general del PSOE insisten: "Es infame lo que está ocurriendo. Y no saben que Pedro puede hacer lo mismo que el SPD para entrar en la Gran Coalición: convocar a los militantes en una votación abierta".