El primer ministro portugués, Antonio Costa, saluda a Pedro Sánchez al inicio de su reunión en Lisboa. Foto: REUTERS | Vídeo: EL MUNDO
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LUCÍA MÉNDEZ Madrid (Publicado en El Mundo, aquí)
Después de unos días de silencio y de tregua en la ofensiva de Susana Díaz y otros barones regionales para descabalgarle de la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez ha retomado este jueves la actividad política con un viaje a Portugal y el mensaje nítido de que está dispuesto a liderar la negociación para un Gobierno de izquierdas en España, ante la imposibilidad de Mariano Rajoy de lograr la investidura.
Sánchez se ha entrevistado con el primer ministro luso, el socialista Antonio Costa, que gobierna con el apoyo de los comunistas, a pesar de que el conservador Passos Coelho ganó las elecciones. Fuentes cercanas al líder socialista español aseguran que el resultado del 20-D ha dado lugar a un escenario similar al de Portugal y que el diálogo con Podemos y otras fuerzas de izquierda «puede terminar como en Portugal, tejiendo una alianza de fuerzas progresistas que corte el paso a la derecha en España».
El frenazo en la recogida de firmas de sus adversarios para la celebración de unComité Federal destinado a convocar el Congreso y la complicación que supone el proceso electoral catalán para la celebración de ese cónclave han dado un margen de maniobra a Pedro Sánchez que el líder socialista está dispuesto a utilizar para consolidarse en el puesto y frenar los movimientos de Susana Díaz para sustituirle.
La visita a Lisboa para entrevistarse con el primer ministro socialista no está relacionada con la diplomacia ni con las excelentes relaciones entre países vecinos. Ha tenido como objetivo trazar un paralelismo claro entre el escenario político español actual y el portugués de hace unos meses. Las elecciones generales en Portugal las ganó el ex primer ministro conservador Passos Coelho, aunque sin mayoría absoluta. El presidente de la República le encargó la formación de Gobierno, pero ante la imposibilidad de ser investido por la Cámara por no tener los votos suficientes, el líder socialista, Antonio Costa, negoció y logró un acuerdo de Gobierno con los comunistas y el Bloco de Esquerda. El primer ministro gobierna con el apoyo parlamentario de estos dos partidos situados a su izquierda que, sin embargo, no se han incorporado a su Ejecutivo.
Fuentes cercanas a Pedro Sánchez aseguraron a este diario que «Portugal es el ejemplo contrastado de la posibilidad de formar una alianza de fuerzas de progreso. El resultado de las urnas en el país vecino provocó el encargo de formar gobierno a la derecha pero la mayoría parlamentaria de izquierda terminó por imponerse convirtiendo a Costa en presidente»
Una realidad 'muy similar' a la portuguesa
El líder socialista considera que «el resultado de las urnas en España refleja una realidad muy similar, una representación plural del Parlamento que lleva a un periodo de diálogo, de acuerdo y de consenso». Sánchez pronostica que «el resultado de este diálogo puede terminar como en Portugal, tejiendo una alianza de fuerzas progresistas que corte el paso a la derecha en España, siendo fiel reflejo del resultado de las urnas».
Las diferencias entre ambas situaciones están a la vista. Sánchez necesita negociar con Podemos ese futuro Gobierno y el Comité Federal le ha prohibido entablar conversaciones con Pablo Iglesias mientras éste no renuncie a la propuesta de un referéndum en Cataluña. Esa condición no se ha cumplido, de momento. Por el contrario, el líder de Podemos intentó meter una cuña entre los socialistas hace unos días, al lanzar un llamamiento a los «sensatos» dirigentes del PSOE para que plantaran cara a Susana Díaz, que lidera el sector más refractario a entenderse con el nuevo partido. La presidenta andaluza le contestó en Twitter con cajas destempladas -«lecciones ninguna, Iglesias»-, pero el secretario general del PSOE guardó silencio.
La dirección socialista también tiene respuesta a estos obstáculos. Fuentes de Ferraz recuerdan que también en Portugal se especuló mucho acerca de las dificultades para alcanzar un pacto de Gobierno entre socialistas, comunistas y el Bloco de Esquerda -partidos que mantenían posiciones dispares y no muy buenas relaciones-, aunque los impedimentos se superaron «mediante el diálogo sensato y la voluntad de consenso».
La contraofensiva política de Sánchez para un pacto de izquierdas que internamente en el partido nadie considera posible -porque además de lograr el apoyo de Podemos tendría también que negociar con ERC, los partidos nacionalistas y con Ciudadanos– comienza hoy y tiene dos destinatarios: Mariano Rajoy y Susana Díaz. El líder socialista ya ha dejado claro -la última vez por boca de su portavoz parlamentario. Antonio Hernando– que su partido no va a propiciar la elección de Rajoy como presidente del Gobierno, pero también pretende plantar cara a Susana Díaz, que con toda probabilidad le disputará en el futuro Congreso la Secretaría General del partido en la próxima primavera.