Dicen que “el camino del Infierno está empedrado de buenas intenciones”. Ahora imagínense ustedes lo que les puede ocurrir a los que no las tienen y, simplemente, las simulan para lograr alcanzar unos objetivos que hace años que vienen persiguiendo, infructuosamente; a pesar de que, para conseguirlo, hayan sembrado de cadáveres inocentes las tierras de nuestro país. Choca que haya muchos, incluso de su propio partido, que hayan hecho burla de los pronósticos del señor Mayor Oreja, cuando ha repetido hasta la saciedad que todo este cuento de la “negociación con ETA” no es más que una escenificación de lo que ha venido siendo un acuerdo encubierto entre la banda terrorista y el gobierno socialista de España. Lo que él llama la “hoja de ruta” trazada para conseguir que ETA dejara de matar y atribuirse el mérito de haber conseguido acabar con los terroristas, no es más que un cuidadoso plan que se va llevando a cabo con precisa meticulosidad a través de unas etapas, cuidadosamente previstas en el tiempo, para que parezca que, en efecto, ETA está dispuesta a cesar en su lucha armada a través de negociaciones que, en ningún caso, van a consistir en la rendición de la banda, la entrega de las armas y la puesta a disposición de la Justicia de los que tengan crímenes de sangre para que paguen sus culpas; sino que, como se han encargado de aclarar en una reciente entrevista concedida al diario EGARA, la propia banda, sólo cesará, definitivamente, a cambio de contraprestaciones que se van a conseguir, presuntamente, a través de negociaciones con el Gobierno español.
Lo curioso es que no sabemos a ciencia cierta hasta que punto se ha llegado, en este presunto contubernio entre ETA y el Gobierno y cuales pueden ser los acuerdos secretos que puedan existir, concertados a través de intermediarios, entre ambos colectivos. Entre los cuales, seguramente, se encontraría, por parte del PSOE, el señor Eguiguren, un conocido defensor de llegar a acuerdos con los terroristas, a pesar de que ello pueda erizar el vello de aquellas personas decentes y de las víctimas del terrorismo, que temen y con razón, que las llamadas “razones de Estado” acaben por propiciar cesiones, reconocimientos, amnistías, acercamientos de presos y compensaciones económicas y políticas, con tal de que los etarras digan que van a entregar las armas ( no hay forma de saber si las que puedan entregar son todo su arsenal o se reservarán una parte por si acaso) y, en su caso, pidan un simbólico perdón por el mal causado a las familias de las personas masacradas por sus miembros, con la boca pequeña de la falsedad..
No queremos pensar que el PP pueda estar al tanto de esta operación ni que, bajo mano, haya alguna complicidad para acabar dándole la razón a ETA y justificando todo su pasado de crímenes, concluyendo por cederles todo aquellos que, hasta ahora, se les ha negado; con un alto coste de sangre para el pueblo español. Porque conviene recordar a quienes pudieran estar de acuerdo con semejante traición a la patria, a los españoles y a la Justicia, que ninguna persona decente de esta nación, ningún ciudadano honrado y respetuoso con la ley ni ningún estamento, sea policial, sea militar, sea judicial o sea monárquico o, simplemente ciudadano, puede admitir que, a cambio de la promesa de cesar, definitivamente, en el uso de las armas, se le pueda compensar; permitiendo que se negocie, de igual a igual, ex aequo; en una mesa compuesta por abertzales y demócratas, las “condiciones” de la llamada rendición; en la que se puedan tratar temas ajenos a los enumerados anteriormente y en la que se tenga que escuchar que no puede admitir la “condena por la lucha por la libertad” o que “hay múltiples víctimas y sufrimientos generados por la violencia de los estados que siguen sin ser reconocidos; el terrorismo de estado; la tortura; los asesinatos de militantes de ETA; la violencia de las fuerzas policiales…”. Pero, señores, ¿de qué estamos hablando, en qué país de descerebrados estamos viviendo, permitiendo que, unos criminales, pretendan ponerse a negociar como si aquí se tratar de una guerra convencional en la que dos países acuerdan los términos de un armisticio?
Aquí sólo hay una banda de criminales que ya se han acostumbrado a despreciar la vida de los demás, a los que no les ha importa, en aras de una supuesta lucha por Euskadi, asesinar alevosamente a casi 900 personas inocentes, cuya única culpa ha sido estar en el lugar equivocado cuando ha habido una explosión de una bomba o pertenecer a las fuerzas armadas o de seguridad en el caso del tiro en la nuca. Pero ahora quieren negociar una supuesta entrega de las armas, expresándose en los siguientes términos: “La cuestión de las armas está incluida en la agenda entre ETA y el Estado y estamos dispuestos a hablar de ello y también a adoptar compromisos, en la lógica de la solución de todas las consecuencias del conflicto”. Si, señores, imponen sus normas y sus condiciones, hablan de tú a tú a España y al Estado de Derecho, y no como una banda a punto de ser derrotada, cuarteada y confinada a sus madrigueras, como ratas. A los socialistas les debemos que, a estas horas, continúen subsistiendo estas pandillas que han venido aterrorizando a Euskadi y al resto de España, porque ellos son los que han permitido que sus seguidores ocupen cargos públicos, que se les haya dejado escabullirse de la policía y que se los haya tratado con consideración, como ocurrió con el caso de De Juana Chaos, evitando que la Guardia Civil y la Policía nacional acabaran, definitivamente, con ellos seguramente porque no les convenía que así sucediese.
Esta misma policía, por medio de sus sindicatos CEP, SUP y SPP, ha pedido que no se ceda al “chantaje” de ETA, cuando ofrece el desarme a cambio de la excarcelación de presos y de la salida del País Vasco de las Fuerzas de Seguridad del Estado y del Ejército. El portavoz del SUP, José María Benito, dijo, a través de Servimedia, lo que es notorio para cualquier persona que tenga sentido común, o sea, que la decisión de ETA de abandonar la violencia está supeditada “a conseguir sus objetivos”. El señor Benito habló con claridad: “El dejar de matar lo tienen que hacer gratis, no tenemos que darles nada a cambio” añadiendo que “el excarcelar presos sería un error que pagaríamos en el futuro con más muertes”.
Hasta la Abogacía del Estado coincide en que así como está planteado el “cese armado” no es “irrevocable”. “No anuncia ni la disolución de la citada organización terrorista, ni la renuncia a ninguna de sus reivindicaciones política ni el abandono de exigencia alguna. El cese se proclama definitivo pero no irrevocable”. Planea sobre España, como cuervo negro de mal augurio y algo que pesa como una losa sobre la verdadera Justicia, la resolución del Tribunal Constitucional, presidido por Pascual Sala y, con la colaboración de los magistrados progresistas, en la que, en contra de los informes policiales y de las evidencias de que BILDU no era más que una rama de ETA; se concedió la legalización de la marca para que pudiera acudir a las elecciones municipales y autonómicas del Mayo pasado. Un error grave, que nos va a comportar graves consecuencias, con la posibilidad de que AMAIUR se presente libremente a las elecciones generales del 20N y consiga representación parlamentaria (puede que 5 o 6 parlamentarios). Todo dependerá de lo que decida el nuevo gobierno y a él le deberemos exigir que no se deje embaucar, una vez más, por los engaños de los nacionalistas vascos. O esta es, señores, mi manera de ver este problema.
Miguel Massanet Bosch