Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

Una nueva vuelta de tuerca con la Memoria Histórica (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el noviembre 29, 2011 por admin6567
Compartir

Francisco VI, duque de La Rochefoucauld (1613, París –1680), el gran aristócrata, escritor y militar francés; en su obra más conocida, “Las Máximas,” dejaba escrita la siguiente sentencia: “ciertamente se hallarán pocas cosas que contribuyan a corromper a un pueblo como la costumbre de odiar”. Y yo añadiría a estas palabras del literato, que tan bien supo definir lo que está ocurriendo con una parte importante de la población española, aquella que, después de más de setenta años todavía no ha sido capaz de olvidarse, aceptar como un hecho histórico y situar en el contexto de una época determinada de la historia de España, la figura del general  Franco y de las circunstancias que hicieron que, un grupo de oficiales al mando del general Mola, con  escasos medios y pocos seguidores, se levantaran para intentar poner fin a una situación límite de desorden público y crímenes ignominiosos permitidos por un gobierno del Frente Popular, elevado al poder gracias a unas elecciones donde los partidos de las izquierdas dieron el gran pucherazo como, por cierto, ocurrió en las que dieron el poder a la República, el 14 de abril de 1.931, unos comicios municipales ( no unas legislativas) en los que ganaron las derechas, pero las izquierdas salieron en la grandes ciudades, ocupándolas y dando por sentada una victoria que nunca se produjo. Sólo el Rey, mal aconsejado, permitió, con su huida, que triunfara el alzamiento popular.

Es cierto que la ignorancia, la forma torticera como, en la actualidad, se explica la reciente Historia de España en los colegios públicos, por maestros que no tienen inconveniente en tergiversar la famosa “memoria histórica” para arrimar el ascua a sus ideas, por supuesto filocomunistas; olvidándose, intencionadamente, de lo que sucedió en la realidad, lo que está perfectamente documentado y lo que todos los historiadores, nacionales y extranjeros, adictos al régimen franquista y los que estaban en contra suya, tuvieron que admitir que sucedió; algo que, los nuevos historiadores, los que no vivieron aquellos tiempos y que no saben o no quieren saber lo que eran las famosas “checas”, pero si culpan, al general Franco, de determinadas acciones que sólo existen en sus mentes torticeras y exageran, sin prueba alguna, las famosas “represalias contra los que perdieron la guerra”, aquellos que estaban dispuestos a entregar España a los rusos con tal de que los nacionales no ganaran la guerra. Lo que no dicen es lo que hubiera ocurrido si se hubieran cambiado las tornas con los que apoyaron al general Franco. Es fácil, con el precedente de los crímenes de de la FAI y CNT, saberlo.

Lo que es indudable es que, quienes han sido los culpables de que los recuerdos de aquella contienda, después de más de 70 años, cuando la mayoría de españoles ya habíamos dado por amortizado aquel conflicto y se estaban empezando a curar las heridas, en los dos bandos, causadas por una guerra fraticida; han sido los que lograron, de manera harto maniquea, alcanzar el poder en marzo del año 2004. La llegada del señor Zapatero, el culpable de que España se encuentre en la penosa situación actual, fue la que trajo, a un país que había estado en paz desde el regreso de la democracia, nuevos nubarrones, revanchismos renacidos, odios regurgitados de los pechos de quienes no quisieron perdonar o que se olvidaron de sus propios crímenes para sólo recordar los del adversario. Y del nuevo gobierno del PSOE nacieron leyes, como la de la Memoria Histórica, se reclutaron extranjeros que, de un modo u otro habían estado relacionados con la guerra civil española; todos ellos en el bando republicano, para escribir la Historia al gusto de la izquierda.

Estos fueron los que recibieron el encargo de reescribir la guerra civil, olvidándose de lo que, verdaderamente, sucedió, haciendo desaparecer de los museos militares todos los documentos que avalaban las victorias del general Franco, ( como todo lo relacionado con la gesta de los defensores del Alcázar de Toledo), convirtiendo la misión de escribir una nueva historia de lo que fue el 18 de Julio de 1.936, en una campaña de desacreditación de la gesta realizada por un ejército compuesto por unos pocos, que supo vencer al todo  poderoso ejército republicano; destruyendo todas las pruebas para que las nuevas generaciones, como viene ocurriendo, se crean que la victoria de los nacionales nunca se produjo. De ahí empezó una verdadera campaña en la que tomaron parte, desde el juez Garzón (hoy encausado por adjudicarse funciones que no le competían) hasta toda una serie de fiscales, todos ellos empeñados en convertir la Memoria Histórica en un arma arrojadiza contra aquellos que ganaron la guerra; basándose en un hipotético derecho de recuperar a los que murieron en el bando republicano supuestamente a causa de las represalias de los nacionales.

Personas que ya ni se acordaban de aquellos parientes, impulsadas por la propaganda socialista y esperando conseguir pensiones o indemnizaciones, salieron de su ostracismo y, después de 70 años de no acordarse de los muertos ( a duras penas, hoy en día, se preocupan de los abuelos, como no sea para pedirles ayuda), al olor del dinero, se sumaron a tan macabra ocupación; inventándose fosas comunes ( que no se sabe si son de milicianos o de nacionalistas) y reclamando ayudas de toda índole para una misión imposible y de gran coste, como es esta de buscar familiares desaparecidos, muchos de los cuales, seguramente, se marcharon al exilio y ya nunca se supo más de ellos. Pero no ha acabado aquí el empeño en borrar todo vestigio de la historia de la Guerra Civil y, por ello, se ha cometido una de las mayores agresiones en contra de la cultura, haciendo desaparecer monumentos, estatuas ecuestres, nombres de calles y documentos que avalaban distintos episodios sonados ocurridos en aquella contienda. El secuestro de los documentos del Archivo de Salamanca, para entregárselo a la Generalitat catalana, es una de las muestras del gran expolio llevado a cabo en la documentación de la guerra civil que, con toda probabilidad, será pasado por el cedazo nacionalista para eliminar todos aquellos vestigios que les estorban en su tarea de desmontar la verdadera Historia.

Ahora, después de muchos intentos de acabar con el Valle de los Caídos; cuando ya han conseguido evitar que se congreguen personas que recuerdan a sus deudos y se ha impedido determinadas concentraciones, han dado un nuevo paso y, ahora, pretenden desenterrar al General, el que impulsó aquel gran proyecto, para causar una humillación nueva a su familia y a todos aquellos que recuerdan que fue él quien nos libró del comunismo stalinista. Unos, mal denominados “expertos”, ¿expertos en qué?, ¿en modificar la historia o en implantar la apisonadora totalitaria  del comunismo soviético? Expertos a los que se les paga con el dinero de nuestros impuestos para los cuales, por lo visto, no existe la crisis, unos señores que no han sido más que “la voz de su amo”, siempre dispuestos a poner su granito de arena para ayudar a la izquierda en su labor de “borrar la historia”. El jugar con los sentimientos de las personas siempre entraña un riesgo; el tirar de la cuerda hasta tensarla demasiado puede traer consecuencias fatales; el creerse que siempre el contrario va a ceder es un grave error porque, en cualquier momento se acaba la paciencia y luego ocurre lo que ocurre. Esperamos que esta iniciativa sea abortada por el nuevo gobierno del señor Rajoy, para que todos tengamos la fiesta en paz. Ya está bien de tener que tragar con el señor Carrillo, el busto de Azaña o el infame monumento a Companys. Todo tiene un límite. O esto, señores, es lo que opino yo sobre tan espinoso tema.

Miguel Massanet Bosch

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • España en llamas-III (por Eulalio López Cólliga)
  • EPISODIOS PROVINCIALES. 19 – La Diputación de Cuenca: entre andanadas improvisadas y enchufismo mal disfrazado (por Juan Andrés Buedo)
  • Discrepancia política, colaboración interadministrativa y sentido de Estado: el ejemplo de los incendios (por Juan Andrés Buedo)
  • España en llamas-II (por Eulalio López Cólliga)
  • España en llamas-I (por Eulalio López Cólliga)

Recent Comments

  1. Fuente en Las puñeteras abstracciones (por Miguel Massanet Bosch)
  2. Fuente en Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo (por Miguel Massanet Bosch)
  3. Fuente en Rajoy niega haber recibido dinero negro y presentará sus declaraciones de la renta
  4. euromillones en Miles de personas se manifiestan contra el paro y los recortes en servicios públicos
  5. central park en ¿Hacen falta cambios en el gobierno de Rajoy? (por Miguel Massanet Bosch)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal