Da la sensación de que hay una parte de la población que no acepta que un partido de derechas pueda ganar y gobernar a su gusto.
El que puede que sea nuestro más internacional escritor, don Miguel de Cervantes Saavedra, en su obra magna, Don Quijote, nos dejaba para que meditáramos sobre ellas, las siguiente frases “Entre el agravio y la afrenta hay esta diferencia: la afrenta viene de parte de quien la puede hacer y la hace y la sustenta; el agravio puede venir de cualquier parte sin que afrente”. Es evidente que, en esta España de nuestros amores, como me imagino que debe suceder en otros países, conviven, puede que mal y enfrentados, dos sistemas distintos de entender la vida, de vivirla y disfrutarla, que se basan, por supuesto, en dos conceptos diametralmente opuestos de entender la libertad, los derechos y los deberes, el sistema de gobernanza, la relación y el respeto respecto a quienes mantienen opiniones distintas y la forma de aceptar el mandato de las urnas que, mientras no se demuestre lo contrario, parece ser el más idóneo para mantener una democracia sana, pacífica y justa.
Y es que, desde que las pasadas elecciones del 20N, el pueblo español, espectacularmente y con extraña unanimidad, decidió darle el gobierno de la nación, al PP del señor Rajoy; da la sensación de que hay una parte de la población que no acepta que un partido de derechas pueda ganar y gobernar a su gusto, a su aire, de la manera que sus votantes le han pedido que gobernase. Cuesta entender que el PSOE del señor Pérez Rubalcaba, o la IU del señor Cayo Lara y el señor Llamazares que, naturalmente, tienen perfecto derecho a no estar de acuerdo con las decisiones, las medidas, las leyes y los modificaciones tanto de políticas, como de proyectos y procedimientos, para adaptar el sistema a su propia ideología del partido vencedor; en lugar a limitarse al normal enfrentamiento dialéctico en los naturales foros de contraste de ideas y discusión de objetivos que están, por Ley, centrados en las Cortes españolas; hayan decidido continuar manteniendo como algo inalterable, que debe privar sobre el resto de opiniones lo que ellos nos han estado imponiendo durante dos legislaturas sin que, en verdad, tuviera éxito. Es pretender sustituir el derecho del pueblo a cambiar de opinión por una especie de híbrido en el que, el partido ganador tuviera que aceptar la servidumbre de convivir con la ideología política del perdedor.
En efecto, señores, la campaña de las elecciones del 25M, se ha convertido en un semillero de pequeñas batallas libradas por los que le tienen pánico a ser descabalgados de sus privilegios políticos, que se han centrado, como ya es algo habitual entre los socialistas y comunistas, en activar cuestiones marginales, hechos anecdóticos para, con ellos, conseguir el suficiente humo mediático con el que ocultar lo que han sido 30 años de la prolongación del más rastrero y aprovechado caciquismo que si, en unos tiempos, los ejercían los potentados, ricachones de los latifundios andaluces; no parece que haya cambiado mucho y sigue, eso sí, ahora en manos de los señores Chaves, Griñan y toda la cohorte de enchufados y comebollos, que han creado en su entorno, para garantizarse su silencio ante las sabrosas “mordidas” en los caudales públicos, para dedicarlas a fines más lucrativos para el partido y para ellos mismos, que el de atender las necesidades del más de 1.3 millones de parados que tienen registrados en sus listados del INEM andaluz. Cada día, la juez Alaya, descubre nuevos fraudes, nuevas desviaciones de fondos públicos, nuevos imputados y nuevos presuntos chorizos que emprenden su camino hacia el “chullo”.
Resucitar casos Mata., ya juzgados y sentenciados; volver a la “corrupción de Valencia” y apelar de nuevo al recorte de derechos de las mujeres cuando, en el Ejecutivo del señor Rajoy, existe el más brillante ejemplo de que, para que la mujer destaque, al menos hoy en día, sólo hace falta ser inteligente, estar preparada, tener empuje y… trabajar. No como estas “muñecas” sacadas de las estanterías del PSOE, que han demostrado que el único valor que aportaban era el de su sectarismo, su feminismo trasnochado y su falta de preparación y sentido común para ocupar sus cargos, la mayoría de los cuales, los hubiera desempeñado con mayor rigor y brillantez un estudiante de 1º de Bachillerato, Lo que no quieren reconocer, estos malos perdedores, es que el PSOE, está “cuajadito” de casos de corrupción que, desde “Malaya “ hasta el caso Faisán, pasando por todos estos cargos de ediles y alcaldes de Andalucía que tienen `problemas con la Justicia , si es que no nos queremos acordar del “caso” de los hijos del señor Chaves, el ex de Andalucía, que tanto revuelto han levantado aunque, cosas de la Justicia, los fiscales parece que han preferido ignorar y la prensa, compasiva, ocultar, bajo el recurso del silencio.
Pero ¡qué le vamos a hacer! A las izquierdas se les da de maravilla embarrar las honras ajenas, aunque son muy remirados cuando se trata de que les toquen las suyas. Pero, aparte de repetir sus tópicos habituales; de mentir diciendo que, en Andalucía, no hay miseria, ni paro, ni corrupción, ni una Administración incompetente etc. Pero, ¿alguien ha encontrado, en sus palabras, un proyecto nuevo, una solución para el desempleo; una salida para nuestro endeudamiento externo o una idea genial, que hayan mantenido en conserva durante los casi 8 años que vienen gobernando? Figúrense: estar insistiendo en mantener “el estado del bienestar” sin hablar de los medios precisos, la ocasión y la verdadera situación del país, para garantizarlo. Los que han conseguido, con más diligencia y con absoluta torpeza, el que este sistema se desmoronara y perdiésemos, en menos de ocho años, todo lo que llevábamos levantando durante el gobierno del señor Aznar, ahora pretenden vendernos soluciones milagrosas para recomponer lo que, ellos mismos, destruyeron a base de partidismo sectario; de valoración errónea de los problemas que afectaban al pueblo español; de ignorancia y temeridad. Ellos que rechazaron, sistemáticamente, cualquier propuesta, enmienda, proyecto de ley o proposición no de ley del PP, que lo sometieron al famoso “cinturón sanitario” salido de nauseabundo pacto del Tinell, ahora quieren venderse, después de haber sido desahuciados por las urnas, como los únicos “salvadores” de la patria. ¡Tendrán cara!
Los españoles debemos recordar y nunca perder de vista, quiénes son los culpables de que nos encontremos como estamos; quiénes han sido lo que nos han obligado a recortar nuestro estado del bienestar y a sacrificar nuestras retribuciones; quiénes los que han conseguido que el país tenga 5`3 millones de parados y que, cientos de miles de empresas, grandes y pequeñas, hayan tenido que disolverse, voluntariamente o a la fuerza. El que, el señor Pérez Rubalcaba, se nos ponga ahora el hábito de monje cisterciense, se esconda detrás de una apariencia de novato de la política y quiera aparentar, como le ha dicho Cayo Lara, haber vuelto al bolchevismo soviético, pudiera colar si no lo conocieran hasta la más microscópica bacteria del sotobosque socialista. Este ejercicio de transformismo político, difícilmente mejorable; no puede intentar ocultar la verdadera naturaleza del personaje, que lleva militando en la política y en cargos de responsabilidad, desde el gobierno del señor González hasta nuestros días, en que sigue en ella como Secretario General del PSOE. Vamos, aquello que se dice de que “tiene más conchas que un galápago”. España está enferma, España ha sido atacada del grave mal de la incompetencia. España no se va a curar con tila ni aspirinas. El remedio está en el cambio, en la valentía, el sacrificio y el esfuerzo, No hay más, todos los otros placebos que se nos hagan no sirven más que pare retrasar la catástrofe. O, así lo veo yo.
Miguel Massanet Bosch