MIGUEL DÍAZ ALCARAZ
(Publicado en diariolatorre.es, aquí)
España tiene 445.568 personas que se dedican a la política, van incluidos desde diputados, senadores hasta alcaldes y concejales y cargos de confianza.
Como dato curioso señalo que el número de policías es de 154.000, los médicos suman 165.967 y los bomberos 19.854, si sumamos estos tres últimos colectivos nos da la cifra de 339.821 personas, es decir que la suma total de estos tres grupos no alcanza la cuantía total de los políticos en activo, pues son el 76% aproximadente del número de políticos.
La labor que hace la policía, los médicos y los bomberos es impagable y vital para los ciudadanos. ¿Podemos decir lo mismo de los políticos?
Si comparamos España con los países del entorno nos encontramos que es el país con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Concretamente, hay 300.000 políticos más que en Alemania y el doble que en Italia o Francia, caracterizada esta última por su fuerte estructura pública. Esta es la conclusión que se extrae de un estudio elaborado por tres asesores de la Presidencia del Gobierno al que ha tenido acceso en exclusiva el Diario El Aguijón.
La mayor parte de ellos se colocan gracias a los organismos autonómicos y municipales, lo que algunos ya denominan “la gran agencia de empleo” en España. Destaca singularmente la saturación de empleados que existe en las empresas municipales dedicadas a la vivienda y al transporte público y la proliferación de observatorios y organismos asesores. “Esta situación propicia que existan asesores, que a su vez, asesoran a asesores”, afirma el autor de la noticia, Javier Fonseca.
El detalle es mas interesante: Las secciones de la Administración que acumulan mayor número de empleados son, según el informe, las siguientes: 131.250 empleos en las empresas públicas o con participación pública, en su mayoría autonómicas y municipales; 74.008 empleos en los ayuntamientos incluyendo alcaldes y concejales; sorprendentemente, 17.580 puestos de asesoramiento y gestión en el sistema sanitario y educativo recientemente golpeados por los recortes, 40.000 empleados en los denominados “cargos de confianza” que acaban solapándose con asesores y por último destacan también los asalariados en sindicatos y patronales.
Los liberados sindicales ascienden a la cuantía de 65.130 personas. Las patronales cuentan con 31.210 empleados con responsabilidad en la dirección política de sus organizaciones.
Para acceder a la “gran agencia de empleo” no se exigen títulos universitarios ni de ningún tipo, ni experiencia laboral o profesional, basta simplemente la pertenencia a un partido o sindicato y la fidelidad muchas veces “perruna” a las consignas del partido.
Nos hemos encontrado con ministros o consejeros que nunca han trabajado salvo dentro del partido; si no tiene cualificación ni académica ni profesional, ¿Cómo puede tomar decisiones en campos que no conoce y lo mas grave manejando dinero público?, esto solo es posible cuando existen grandes masas de población fácilmente manipulables
Ortega y Gasset, pensador y filosofo ya señalaba en “la Rebelión de las masas” que “la masa está en este mundo para ser dirigida, influida, y representada y organizada. No debe causar extrañeza que las masas a medida que adquieran poder, triunfe la violencia como única doctrina”.
Pero dice algo mas: “el hombre-masa piensa que siendo él Estado, lo hará funcionar a cualquier costo y derrotar a cualquiera de las minorías, que lo perturba sean cual fueren las ideas políticas”
Estas reflexiones de Ortega hechas hace muchos decenios retratan a la sociedad actual, hay grandes sectores que quieren que el Estado o lo público ocupe la mayoría de los estratos económicos y de producción aunque sean mas ineficientes.
La reflexión final, ¿Podemos sostener esto? ¿Cuál es el coste que tiene para el ciudadano? ¿Habría que aligerar esta pesada carga? Una de las cuestiones que habrá que plantear es el estado autonómico que es una fuente de despilfarro y corrupción, adjunto un enlace que merece la pena ver.
Estoy convencido que más pronto o más tarde habrá que tomar decisiones al respecto, en caso contrario podría ocurrir lo que afirma el viejo dicho: “cuando la mitad de la población de un país llega a la conclusión de que no necesita trabajar porque la otra mitad va a cuidar de ella, y cuando la otra mitad llega a la conclusión de que no vale la pena trabajar porque otros van a disfrutar de su trabajo, estamos en el principio del fin de una nación”
http://www.youtube.com/watch?v=HfFGobA-jb0
Fuente: Diario el Aguijón. Javier Fonseca