Publicado en El Mundo-Reggio´s, aquí)
OPINIÓN: CANELA FINA
Me lo preguntaron en una cadena de radio. Contesté que, en primer lugar, lo que más me había gustado de los Juegos Olímpicos fue el pueblo británico y su sentido del humor y la modernidad. Solo la nación que creó el mayor imperio de la historia universal podía embarcar a su anciana Reina en un helicóptero y hacerla descender de los cielos durante la jornada de inauguración de los Juegos. La verdad es que no parecía una doble. La pirueta aérea demostraba la capacidad británica para el humor. Se me vinieron enseguida a la memoria las sutilezas de la Reina Victoria Eugenia y su ironía profunda. Está claro que la Monarquía británica, junto a la Iglesia Católica, es la institución más sólida del mundo actual, a pesar de que con motivo del matrimonio astillado de Carlos y Diana, empalidecidos los días de lujo y rosas, abrumado él por las heridas de la Historia todavía sin cicatrizar, encendidos en ella los ojos de cierva azul y engañada, las cenizas sexuales se derramaron sobre la corona de Su Graciosa Majestad, que sufrió alguna fisura.
En segundo lugar, quiero destacar de los JJ.OO. a Usain Bolt y no porque se haya convertido en el rayo que no cesa, en el orgullo de una nación, Jamaica, que hasta 1654 perteneció a España, cuando el gobernador Cristóbal de Isasi no pudo resistir el acoso del almirante William Penn y de Robert Venables, enviados al Caribe en la expedición Western Design, ordenada por Oliver Cromwell. Me gustó del atleta Bolt, sobre todo, que, en un gesto de profunda caballerosidad, al mejor estilo hidalgo español, interrumpiera a la periodista Izaskun Ruiz -excelente profesional, por cierto- para ponerse firme y escuchar en silencio el himno de los Estados Unidos de América. Menuda lección. Sobre todo para José Luis Rodríguez Zapatero, que por su desplante ante la bandera estadounidense incomunicó a España durante siete años tanto con Bush II como con Obama.
En tercer lugar, lo que más me gustó de los Juegos Olímpicos fue la apoteosis de la negritud en atletismo. Jesse Owens se encargó en 1936 de abofetear al dictador siniestro Adolf Hitler y demostrarle en Berlín que la superioridad de la raza aria era una camelancia nazi. En la final de la prueba reina de los JJ.OO. de Londres, los 100 metros, compitieron ocho atletas de diversas naciones occidentales. Todos eran negros, claro. O sea, que voy a preparar una nueva edición de mi libro La Negritud para recordar la dimensión de la raza negra en las artes plásticas, la poesía, la música y la danza, amén del deporte. Durante siglos, el negro ha sido «el hombre-hambre, el hombre-insulto, el hombre-tortura». Estreché hace muchos años las manos de Léopold Sédar Senghor y leí Corps perdu de Aimé Césaire, los versos de piedra pómez prologados por Sartre e ilustrados por Pablo Picasso. Comprendí entonces la profundidad de la raza endrina, «hija de sierras, estirpe de torre y de turquesa, ciérrame los ojos ahora, antes de irnos al mar, de donde vienen los dolores». Me encendieron, en fin, los versos del poeta que hablaban del manantial «…déjame hundir las manos que regresan a tu maternidad, a tu transcurso, río de razas, patria de raíces, tu ancho rumor, tu lámina salvaje viene de donde vengo, de las pobres y altivas soledades, de un secreto como una sangre, de una silenciosa madre de arcilla».
Y aunque no podamos lanzar las campanas al vuelo y estemos lejos del sexto puesto ocupado en Barcelona 92, lejos también de nuestro entorno, del Reino Unido, de Alemania, de Francia, de Italia, la verdad es que hemos hecho un papel decoroso en Londres. Habrá que ensanchar el plan ADO, si Madrid consigue que, tras Brasil, los JJ.OO. vengan a engrandecer la capital de España. Y que Ana Botella lo vea. Y que el Rey Juan Carlos I inaugure, desde sus 45 años de reinado entonces, los Juegos Olímpicos de Madrid 2020.
Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.
Un pueblo que puede reirse a el mismo es una cualidad.
Que una persona se puede reirse a su mismo es algo fenomenal.
Yo estuve pagada a la televison ver los juegos olimpicos, fue un evento sensacional.