(Publicado en República de las ideas-Caffe Reggio, aquí)
“Casi tres meses después de unas elecciones generales, España aún no ha formado gobierno. No es que se trate de una crisis -de hecho, la mayor parte de la economía española va bastante bien-, pero tampoco es una historia de éxito. El peligro estriba en que la deriva política conduzca al estancamiento económico. “El pronóstico responde al análisis que la agencia Bloomberg hace este Lunes de la situación política española y de las repercusiones que el bloqueo político actual produce en la economía. Para que ese deterioro no sea mayor “Bloomberg” insiste en que España necesita y se merece un gobierno, ya…
En este sentido, Bloomberg sostiene que la economía española lleva desde 2014 recuperándose con lentitud pero a un ritmo constante. Y aumenta el crecimiento y baja el paro. Se debe, en parte, a la suerte y a una serie de circunstancias propicias: un euro barato, bajos precios de la energía y al relativo atractivo de España como destino de vacaciones en comparación con, un país tan turístico como Grecia. “Sin embargo,- reconoce- que emprender difíciles reformas del sistema tributario y el mercado laboral fueron algunos de los méritos del Gobierno en funciones de Mariano Rajoy“.
Pero es cierto que, las cicatrices de la crisis financiera -como el continuo desempleo o el subempleo- son profundos, y condujeron al auge de un fuerte movimiento anti sistema que en estos momentos, encarna “Podemos”. El resultado fue una reacción en contra de los partidos establecidos y el lío resultante de las elecciones de Diciembre en España. La formación de centro derecha de Rajoy, el Partido Popular, obtuvo el mayor número de votos, pero no fue exactamente una victoria para el jefe del Ejecutivo, cuyo Gobierno tuvo que estar defendiéndose, y lo sigue haciendo, de acusaciones constantes de corrupción.
Este seria para el Partido Popular y para su Presidente el principal problema sin resolver, más para su Presidente, que para el propio partido, ya que según la Agencia, una de las más influyentes en el mundo económico, “por ignorar los costes de la corrupción, el presidente español Mariano Rajoy ha puesto en peligro la fortuna del PP”. A pesar de su insistencia en que durante su mandado se han puesto en marcha numerosos medidas contra la corrupción, la corrupción sigue siendo, según las encuestas, el segundo problema que más preocupa a los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Y este sigue siendo el gran problema del PP, de cara a unas nuevas elecciones, en caso de que no haya un acuerdo entre los diferentes partidos políticos, ya que se arriesga a sufrir un revés si “no puede demostrar que quiere auto purgarse de la corrupción y renovar su liderazgo, dice Isabel Benjumea, que fue activista y observadora del partido, durante el pasado como responsable de Floridablanca, think tank partidario del libre mercado. “Si hay nuevas elecciones y el PP pretende que no ha pasado nada presentando a los mismos candidatos y programa, es científicamente imposible que mejore los resultados. El PP no puede demostrar que ha captado el mensaje de los españoles porque no se ha renovado”.
Tan poco se ha renovado que, en el parte diario de la corrupción, vuelve a aparecer este lunes la figura de Rita Barberá. exalcaldesa de Valencia y senadora por representación autonómica , que es defendida todavía por los órganos centrales del partido, y que está a punto de ser imputada (investigada, según la nueva fórmula judicial ) por el caso de blanqueo de capitales , tras la decisión del titular del Juzgado de Instrucción numero 18 de Valencia, de imputar al PP, como partido, en el mismo caso de blanqueo. El juez les ha ofrecido a ella, y a otro aforado, el diputado autonómico y ex concejal Miguel Domínguez, que declaren voluntariamente, ya que “existen indicios suficientes de la participación” de ambos, en el caso.
El PP es el primer partido imputado desde la llegada de la democracia a España en 1978. Esta sería la segunda imputación: la del partido en Valencia, La primera y a nivel nacional, fue por el caso de la destrucción de los ordenadores de Bárcenas que guardaban los archivos del extesorero del PP.