Resulta ridículo, extemporáneo y un ejercicio absurdo de pérdida de tiempo y de gastos superfluos, el que unos grupos de ciudadanos, españoles e italianos, hayan decidido una vez más, siguiendo los pasos de esta inoportuna, tendenciosa, vengativa y poco de fiar Ley de la Memoria Histórica –patrocinada por todos aquellos que formaron parte de los derrotados en la Guerra Civil española y los extranjeros que, de una manera u otra, `pretendieron evitar la derrota de los rojos españoles, algo que no consiguieron y que, ahora, pasados 74 años desde la finalización de aquella contienda, pretenden formar parte del equipo encargado de la revisión de la Historia de aquellos años, para cambiarla, explicarla bajo la óptica de los perdedores y reescribirla para que las nuevas generaciones tengan una idea equivocada de las verdaderas causas del alzamiento militar del 18 de julio de 1.936 y de lo que hubiera sido de nuestra patria si los vencedores hubieran sido los del Ejército rojo del señor Negrín y los asesores y comisarios soviéticos; que fueron los causantes de que se prolongara innecesariamente durante más de un año – promover una causa en la Audiencia de la ciudad condal, para que se actúe contra los mandos italianos que apoyaron al ejército nacional en 1936..
Y pretende hablar de crímenes contra la humanidad, de ataques en masa de la aviación italiana y de miles de muertos como consecuencia de aquellas acciones de guerra. Verán ustedes, yo en el año 1.938 tenía sólo 8 años y vivía en Palma de Mallorca, enfrente mismo del muelle donde estaban fondeados varios navíos de guerra de la escuadra nacional. Mis padres, en numerosas ocasiones, tuvieron que sacarme de la cama, envuelto en una manta, para llevarme corriendo hacia un refugio (una escalera que conducía a una cueva donde se guardaban las barcas) debido a que la aviación republicana venía a bombardear y, les aseguro, que no lo hacían sobre los barcos que tenían una potente artillería antiaérea, sino que descargaban sus bombas en los barrios adyacentes donde habitaban miles de familias civiles. .Quiero decir con ello que, si los rojos no utilizaron más este medio fue debido a que carecían de suficientes pilotos entrenados y de que la aviación nacional siempre fue superior a la suya.
El hecho de que, a tiro pasado, se pretenda resucitar unos episodios que ahora, a la vista de las matanzas que han ocurrido con motivo de la II Guerra Mundial y las recientes matanzas en países árabes, unos hechos bélicos ( tuvieron lugar dentro de una guerra en las que, desgraciadamente, se mata y se tortura) alegando que fueron crímenes contra la Humanidad más parece un acto de hipocresía, de venganza y de ganas de resucitar pasados rencores y odios, que el pretender reivindicar la memoria de unas personas que ya nada pueden alegar. Téngase en cuenta que estas acciones son semejantes a las del destituido juez Garzón cuando, en un acto de completo cretinismo, quiso solicitar el acta de defunción del general Franco.
Los bombardeos que tuvieron lugar en Barcelona por la aviación italiana en el mes de marzo de 1.938 se calcula que produjeron de 880 a 1.300 muertos (un abanico demasiado amplio para prestarle al dato demasiada confianza) y 1.500 heridos. En Hiroshima la bomba atómica que envió el presidente Truman de los EE.UU de América causó la friolera de 140.000 muertos; los fusilamientos de Paracuellos del Jarama y otros de los asesinatos cometidos en la provincia de Madrid, perpetrados por el Frente Popular entre civiles, políticos y republicanos de derechas se cifran en 16.449. Es probable que muchos de los actuales ciudadanos españoles, como fruto de la manipulación de los hechos históricos llevada a cabo por las izquierdas, maestros en el arte del engaño, la maniobra y el sectarismo; no hayan oído hablar de las famosas "checas" cámaras de terror importadas directamente de la Rusia soviética que tuvieron su implantación máxima en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. Fueron locales destinados a la "represión". Aparte de los partidos políticos de la izquierda (Juventudes socialistas Unificadas, Ateneos Libertarios; Sindicatos de la CNT o la UGT; Cuarteles de milicias; Comités de Investigación o de Control; Asociaciones de Vecinos etc., se consideraron con derecho de aplicar, a los desgraciados que caían en sus manos la "justicia popular" que, como se pueden imaginar, consistía en la aplicación de las más horribles, sangrientas y abominables torturas físicas y morales.
Según Alberto Flaquer en Madrid funcionaban mas de 200 checas; Sus jefes actuaban con plena independencia y con el apoyo del Frente Popular De ellas no salía ninguna víctima viva, porque los que ingresaban en ellas primero eran torturados y luego asesinados impunemente. ¿Derechos humanos? Ninguno, ¿Piedad? Cero. La Secretaría de la Dirección General de Seguridad disponía de la "Escuadrilla del Amanecer", formada por los individuos más abyectos que sacaban a las gentes de sus casas, les robaban y los entregaban a las checas para dejarlos a discreción de los "tribunales chequistas" que, por supuesto, no tenían legitimidad alguna. En Barcelona actuaba un cruel sujeto, el Teniente Coronel Uribarri jefe del SMI y en Valencia un ruso-polaco, llamado Schaja Kiundemann que practica sus horribles carnicerías en la checa Santa Úrsula. Sería demasiado prolijo extenderse en tal terrible organización de terror y represión, que fue capaz de que, en Barcelona, sólo hasta octubre de 1.936 se registraran cerca de 8.000 muertos a causa de la represión contra las derechas ((César Alcalá).
Es evidente que la guerra comportó que, en uno y otro bando, hubiera excesos, asesinatos y ajustes de cuentas, pero resulta curioso que sólo quieran sacar a relucir aquellas masacres, aquellos que descienden de aquel Frente Popular que tantos crímenes cometió, que tantas violaciones de los derechos humanos tienen un su haber y que con tanta insania y sadismo no tuvieron inconveniente en perpetrar las más horribles acciones contra aquellos inocentes cuyo único pecado era ser de derechas o asistir a misa. Si alguien pensó que los odios entre españoles habían desaparecido que tome nota de estos actos, meramente simbólicos y sin ningún otro efecto práctico, que sólo tienen la repugnante intención de remover en un oscuro pasado que ya debía de haberse olvidado en las profundidades de la Historia.
Las nuevas generaciones, poco duchas en la Historia de nuestro país, sometidas a las enseñanzas espurias de unos libros de texto totalmente amañados y sin más referente objetivo que lo que les trasmiten aquellos cuyo interés estriba en desacreditar la actuación de los nacionales, que resultaron vencedores de la contienda a pesar de su inferioridad numérica y de tener en contra a la URSS y a Francia, nuestra vecina, en las que imperaban regímenes comunistas que, por cierto, en el caso de la primera, no tuvo ningún inconveniente en timar a los republicanos españoles llevándose todo nuestro oro a cambio de una serie de desechos del ejército soviético. Si se quejaron de la ayuda de Alemania e Italia al régimen de Franco, también debieron de haberles pedido cuentas a aquellos republicanos que se dejaron engañar por quienes les vendieron un material que ni sabían manejar y sólo eran enormes cacharros pasados de moda, como los FT17-Renault franceses o los T26B rusos de escasa velocidad y poca movilidad.
Sin embargo, si alguna duda tenemos de lo que ocurriría en Catalunya en el caso de que obtuvieran su utópica independencia, sólo basta ver quienes son los que manejan los hilos de las izquierdas y cuales son sus actuaciones, para que podamos imaginar quienes llevarían a los catalanes a su propia destrucción. O así, señores, lo vemos nosotros.
Miguel Massanet Bosch