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Acabemos con la impunidad (por Rosa Díez)

Publicada el marzo 5, 2013 por admin6567
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(Publicado en El blog de Rosa Díez, aquí)

La corrupción política, la corrupción económica, la corrupción del lenguaje y la corrupción de la democracia forman parte de los debates cotidianos, ya sean públicos o privados. Nos resulta insoportable esta corrupción generalizada –sí, generalizada, porque lo inunda todo- que se extiende por doquier y no deja ninguna institución a salvo. Los partidos políticos tradicionales, -que han negado hasta la saciedad que la corrupción sea un problema para España y que repiten sin cesar que son “casos particulares”-, se han visto abocados a adoptar acuerdos anticorrupción que fueron recientemente plasmados en una resolución parlamentaria, aunque cabe destacar que ni el PSOE ni IU la apoyaron.

Un observador foráneo se preguntaría por qué hace falta una batería de medidas nuevas si no consideran tan grave el problema. La explicación de esa contradicción es bien sencilla: los partidos del establishment se han dado cuenta de que su actitud permisiva ante la corrupción puede pasarles factura y que los ciudadanos españoles están a punto de aplicar a los partidos políticos españoles los mismos estándares que aplican suecos, alemanes, daneses o británicos a los suyos. En suma: que la impunidad con la que se venían comportando está llegando a su fin. Espero y deseo que así sea y que la exigencia de regeneración democrática se imponga a los cálculos electorales y afinidades ideológicas de cada uno de los ciudadanos a la hora de elegir a sus representantes.

Pero hay otro ámbito en el que la impunidad resulta insoportable e incompatible con una democracia de calidad: los ataques y amenazas a través de la red. La red es una fuerza poderosísima y globalmente muy positiva; pero es también un lugar propicio para los cobardes y la mala gente, refugio seguro para aquellos que pretenden destruir a las personas.

Amenazar a través de la red, escondidos tras el anonimato, resulta casi siempre gratis. Y cuando te tomas el trabajo de denunciar, esperar a que se averigüe la identidad del “insultador”, seguir un proceso judicial…, puede ser tan barato que le resulte incluso estimulante para el infractor. Miren si no esta sentencia

He leído que Elena Valenciano abandona Twitter para proteger a sus hijos. La comprendo y le brindo mi apoyo; lástima que no se hayan dado cuenta antes de que cuando se validan determinados métodos al final acaban utilizándose contra uno mismo. Pero, en fin, bien está que aprendan, aunque haya de ser en cabeza propia.

Pero si hemos de hablar de persecución e intento de linchamiento público, utilizando las artes más rastreras e intolerables, merece capítulo aparte lo sufrido por Toni Cantó. Primero tras su intervención en la defensa de la admisión a trámite de una proposición de ley de iniciativa popular sobe las corridas de toros; y después a propósito de unos tuits que hizo sobre las falsas denuncias de malos tratos a mujeres. Son asuntos distintos (en el primer caso se manipuló convenientemente el vídeo para entresacar el titular más “escandaloso”; en el segundo, el diputado elevó a categoría de reales unos datos no probados, reconoció su error y pidió reiteradamente disculpas), pero que han merecido la misma reacción orquestada y desmesurada a través de las redes sociales. Escondidos en el anonimato la mayor parte de las veces – no siempre, quien pide que lo empalen es un concejal de Madrid de IU-, y sabedores de la impunidad otras muchas, los torquemadas españoles han salido de caza. Hay mucho aspirante a inquisidor suelto que ha visto una oportunidad para lanzar sus odios contra un ciudadano –Toni Cantó- que ha tenido la osadía de asumir un compromiso político sin ser de “la casta”. Y, de paso, contra un partido político insobornable, que no se calla ni se callará ante nadie ni ante nada. Y así se han llenado las redes y su correo de cosas como estas:

FEMINAZI-FEMINAZI-FEMINAZI,Vd no tiene moral,ni vergüenza,ni perdón de Dios,Franco debería de haber permitido el aborto,para que vd no naciera,ni tampoco Toni Cantó,ni Felipe Gonzalez,ni Alfonso Guerra,ni ningún socialista.La democracia ha llevado al marasmo mas profundo a ESPAÑA,Vete de MI PAIS,VETE DE MI NACIÓN.Antiespañola,hispanofoba,hispanocida,separatista,No queremos a individuas de su calaña que apoyan a abortos como Toni Cantó

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Podría seguir pegando mensajes que le llegan directamente a Toni, cada cual más miserable, más xenófobo, más inaceptable. Muchos provienen de cuentas anónimas; otros de dirigentes políticos, del PSOE y de IU, que los elaboran o los reenvían. Como ejemplo, Jorge García, cargo electo de IU, o Aína Díaz quien fuera candidata por la misma formación. Es particularmente deleznable la reincidente mención a la hija de Toni, muerta en accidente de tráfico hace ahora dos años. No he puesto alguno de los mensajes más salvajes al respecto porque me duele hasta transcribirlos.

Les pregunto a esos partidos que han encabezado la persecución y el aniquilamiento personal de Toni, ¿Podemos permitir tal impunidad? ¿Lo dejarán pasar porque va contra un dirigente de UPyD y eso puede que les traiga algún tipo de rentabilidad electoral? Les pregunto a los ciudadanos: ¿Se puede permitir tal acoso? ¿Vale todo para destrozar al adversario político? ¿Dónde están los límites?

No, no vale todo. Y no es posible que siga existiendo tal impunidad, tal indefensión. Si esto sigue así sólo los cínicos, los sinvergüenzas y los corruptos ocuparán el espacio público. Porque hay cosas que nadie, nadie, puede ni debe soportar. Las que les he relatado son un somero resumen de ellas. Se han traspasado todos los límites.

Que sepan que estamos curtidos en otras batallas y no van a conseguir que entremos en su deleznable forma de hacer política ni siquiera para defendernos. Hace falta mucho valor, mucha convicción y mucha templanza y compromiso para seguir adelante frente a estas hordas. Toni reúne esas cualidades; todos nosotros también.

Rosa Díez. Portavoz de UPyD y Diputada nacional.

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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