Blog de Vicente A.C.M. (Publicado en Un país a la deriva-Periodista Digital, aquí)
La pregunta que todos los ciudadanos nos hacemos después de un año y medio de Gobierno del PP con Rajoy es, si España va a poder sobrevivir a su efímero paso. El futuro no puede ser más desalentador. Muchos dirán que han sido engañados y decepcionados por la actitud de este monolítico partido con sus dirigentes. Pero algunos ya habíamos criticado y desnudado a quien ha basado toda su vida política en la demagogia y en el duelo dialéctico de salón, pero que escondía un caracter pusilánime, acobardado y tremendamente influenciable por su entorno más íntimo. Aquí podemos decir que detrás de cada hombre mediocre,existe una inmensidad de colaboradores mediocres y ambiciosos.
No puede haber nada peor que aparentar ser lo que no se es, aunque se cumpla aquello de que en un país de ciegos el tuerto es el rey. Porque si este hombre ha llegado al poder ha sido por la ineptitud e impotencia de sus oponentes y de sus serviles colaboradores al no plantear una auténtica alternativa. Y la razón es que toda la casta participa de esa mediocridad,cuando no incompetencia,falta absoluta de escrúpulos y de sentido democrático. Lo único que les une es la aspiración por llegar al poder y mantenerse en él el mayor tiempo posible. Lo malo es que el actual sistema es el que garantiza la continuidad de esta aberración, que lleva a España a su propia destruccion como nación y a la sociedad a ser meros comparsas, esclavos del monumental espejismo de democracia.
Rajoy se ha empeñado en hacer "bueno" a Zapatero y en traicionar la confianza de millones de españoles que le dieron la mayoría absoluta parlamentaria. El camino emprendido de empobrecimiento y aniquilación de la clase media, que es el pilar fundamental de cualquier sociedad, solo puede traer como respuesta el temido "estallido social" que niegan en público,pero que reconocen y temen en privado. Las encuestas solo están manifestando la punta del iceberg del descontento y hartazgo social. Este sistema está muerto por mucho que se empeñe la casta parásita en revivirlo para su propia supervivencia. España necesita y exige un cambio en profundidad y alcanzar la verdadera democracia. Y como pasa con el agua, la sociedad sabrá encontrar el camino que le lleve a sus objetivos de libertad y soberanía plena.
Estamos ante el comienzo de la transición definitiva, en la que partidos que predican pero no practican la democracia no tienen cabida. Los ciudadanos exigimos una participación directa en la elección de los candidatos y en hacer valer los derechos fundamentales de libertad, igualdad y justicia. Hay demasiadas reformas pendientes, que nunca se llevarán a cabo por los que han llegado al poder aprovechándose de una Constitución nacida con taras y que ha alcanzado un estado terminal irreversible. Una Constitución que ha favorecido la creación de una Administración del Estado monstruosa plagada de parásitos que domina a la sociedad española.
No soy capaz de predecir el futuro, pero sí de ver con claridad que el estanque tiene las aguas tranquilas como un espejo, pero en el que solo una insignificante gota hará que se formen un sin fin de ondas que se extenderán hasta los bordes. Esa gota ya está cayendo.