"La mayoría de las gentes triunfaría en la cosas pequeñas si no estuviera hostigada por grandes ambiciones" H. V. Longfellow
Alessandro di Battista, diputado del movimiento 5 Estrellas italiano, el famoso partido de Beppe Grillo el cómico italiano y cofundador en el 2009 del movimiento político "5 Estrellas", en una entrevista a La Vanguardia ha dicho lo siguiente: "La política, o la haces o te la hacen, si no lo haces si no te implicas cada día, no tienes derecho a criticarla". Y aunque estamos en el extremo opuesto en cuanto a las ideas políticas de semejante personaje, deberemos reconocerle coherencia en lo manifestado en dicha frase. Son ya demasiados los movimientos surgidos en nuestra patria so pretexto de ejercer los derechos democráticos, que vienen irrumpiendo en este país para atribuirse la representación del pueblo; salir a las calles para criticar el ordenamiento vigente; pretender obligar a los estamentos oficiales a pasar por el tubo de sus exigencias, pidiendo y exigiendo grandes cambios políticos cuando, llegado el momento, son incapaces de presentar un plan alternativo que sea lo suficientemente sólido para resistir el más mínimo análisis político, económico y financiero, sin que se desmorone como un castillo de naipes.
Aquí, en España, por si no nos hubiera bastado con la triste experiencia de los 15M; unos muchachos supuestamente apolíticos que "solo" reclamaban que se les diese trabajo, pero que, como era de esperar, acabó convirtiéndose en uno más de los movimientos de izquierdas constituidos con el único objetivo de atacar el gobierno de derechas y pretender imponer el programa de IU, ya que ellos fueron incapaces de ponerse de acuerdo para elaborar uno que se pudiera sostener por si solo. Se les pidió que se constituyeran en una organización política para que pudieran defender sus peticiones y, de paso, demostrar el apoyo que tenían de la ciudadanía española, y fracasaron. Con motivo del tema de las hipotecas fallidas, de la aplicación de la Ley Hipotecaria y de los desahucios que se llevaron a cabo, ante los continuos impagados motivados por la crisis, especialmente en el caso de las empresas inmobiliarias, promotores y propietarios de urbanizaciones, que no pudieron vender sus lotes de viviendas a causa de la crisis inmobiliaria; impagados que también afectaron, en menor cuantía, a algunos particulares, entre los cuales hubo casos de personas ancianas que fueron desahuciadas despertando el instinto de solidaridad de la ciudadanía y, por ello, creando una gran alarma social, magnificada, jaleada, y contestada por toda la izquierda; que vio en ello una manera de atacar al Gobierno y buscar complicidad y simpatías entre las gentes sencillas.
A esta protesta se sumó un nuevo movimiento, el FAH, cofundado y dirigido por una muchacha catalana, Ada Colau, activista conocida desde las protestas contra la Guerra del Golfo en 1.990, que no acabó su licenciatura en Filosofía y Letras, vinculada con el movimiento anti globalización y estrechamente relacionada con el movimiento okupa. Participó en diversas movilizaciones, como la que tuvo lugar contra el G-8 en los consulados de Francia y Suiza en Barcelona en el año 2003. Una persona cuya profesión es la de "activista" en la que se viene ocupando con mayor o menor suerte desde el año 2002. Al parecer, se gana la vida en una entidad, Observatorio DESC de Barcelona, formada por lo mas selecto del progresismo catalán, desde la Asociación Catalana de Profesionales de la Cooperación a la Fundació Comaposada-UGT o la fundación Paz y Solidaridad-CC.OO de Catalunya y la Asociación Catalana de la Defensa de los Derechos Humanos, entre muchas otras; todas de izquierdas y muchas de carácter independentista.
Esa muchacha ha encontrado, en el activismo ácrata, lo que otra persona encuentra en el ejercicio de una profesión, desempeñando un trabajo normal u ocupando un puesto de funcionario, o sea, la forma de ganarse el sustento con el añadido de buscar a través de su inconformismo con las reglas de la sociedad, el modo más corto y efectivo de conseguir hacerse famosa, asumiendo el roll de bienhechora de la sociedad y de adalid desinteresada de la defensa de las causas perdidas. Se encuentra cómoda en su papel de Robin Hood, intentando atacar a los poderosos para favorecer a los débiles, aunque, después de la revisión de la Ley Hipotecaria en el Parlamento, su papel de defensora de los desahuciados ha quedado muy reducido puesto que la mayoría de las causas a las que ella se dedicaba han desaparecido.
Ahora, para no perder palada, ha querido dar un paso adelante en su promoción personal; ha iniciado una nueva singladura, en este caso contra el sistema bipartidista abriendo un nuevo frente para no quedar desplazada de la escena política. Lo que le ocurre a esta profesional del desorden, provocadora de tumultos y cooperadora con los programas de izquierdas defendidos por IU o por IVC es que, como muy bien apuntada el señor Battista de 5 Estrellas, es de las que tira la piedra y esconde la mano porque, si bien se encuentra en su elemento voceando eslóganes anti gobierno y anti establishment en las calles, arropada por los suyos que la jalean; todavía no podemos saber cual es su tirón entre los ciudadanos españoles, como tampoco conocemos, porque no lo ha presentado, cual es su programa de gobierno alternativo para el caso de que ella consiguiera acceder a la presidencia del Ejecutivo.
Lo cierto es que los españoles no necesitamos más corpúsculos minoritarios que, utilizando los tópicos izquierdistas de costumbre y apelando a la igualdad y a la protección de los débiles, se limiten a criticar las actuaciones de los gobiernos democráticos, pretendiendo que se tomen en cuenta sus propuestas, ( muchas de ellas insostenibles) apelando al derecho democrático; pero que son incapaces de demostrar cuál es el apoyo real de la ciudadanía algo que, como es de todos conocido, en una democracia como la española, sólo se puede averiguar presentándose como partido político y afrontando el veredicto de las urnas.
España no está para crear más inseguridad. Si los mismos partidos políticos, especialmente el PSOE y otros partidos de izquierdas, son los primeros que no aceptan las reglas de la democracia, las mayorías parlamentarias, pretendiendo que las manifestaciones en las calles, los alborotos y las alteraciones de orden, provocadas por ellos mismos y por aquellos grupos que les apoyan para desestabilizar al país; es obvio que hay que desautorizar por completo estos intentos de crear desorden y estos protagonismos interesados, cuyo único objetivo es ir creando obstáculos que impidan la recta gobernabilidad de la nación en unos momentos en los que, por las circunstancias económicas, financieras y sociales en las que nos hallamos y la proyección internacional de lo que sucede en el interior de nuestro país; cualquier movimiento que tienda a cuestionar el orden y la normalidad dentro de España puede constituir un grave handicap para nuestra esperada recuperación.
Hay que cortar por lo sano el que, desde Catalunya, aparezcan kamikaces que intenten abrir nuevos frentes del separatismo catalán. Ada Colau es uno de ellos. O así me lo parece.
Miguel Massanet Bosch