Es fácil encontrar, en esta nueva generación de periodistas, los signos evidentes de su paso por la LOGSE y las consecuencias, evidentemente malévolas, de haber sido contagiados por esta enfermedad, muy propia de nuestro tiempo, de pretender aparentar haber madurado, dárselas de personas cultas y formadas y erigirse en supuestos personajes mediáticos de fama, cuando los medios de los que se han valido para conseguirla no han sido los méritos propios, la inteligencia, el trabajo bien hecho o cualquier otra virtud que los haya elevado a un puesto merecido en la cúpula de la élite periodística. Sin duda, los más espabilados, cuando han acabado su carrera, saben que la salida más fácil es la de mostrarse un inconformista, rebelde y antisistema dentro de este sector de la sociedad ocupado por los progresistas, los izquierdistas y anarquistas en el que es más fácil encontrar una salida dentro de alguno de los medios de comunicación de la izquierda española que, hoy por hoy, tanto en los periódicos como en las TV se puede decir que son la gran mayoría de los existentes en nuestro país.
Uno de estos personajes espabilados que ha sabido encontrar su puesto entre los más agresivos, descarados, despendolados y, evidentemente, eficientes "machacadores de los partidos de la derecha" es este sujeto que parece que ha conseguido hacerse un hueco en las tertulias, que tanto vienen proliferando en esta nación desde que la crisis se hizo patente y muchos de ellos, que no habían conseguido comerse un rosco en su vida, aprovecharon la oportunidad para convertirse en "expertos"; de tal modo que, desde entonces vienen mareando la perdiz, pronosticando y haciendo apuestas de futuro que sólo la casualidad y la suerte pueden hacer se que se cumplan. Este periodista de pose chulesca, sonrisa sardónica, aparentemente imparcial pero de convicciones cercanas a la izquierda más extrema, de nombre Jesús Angel Cintora; es un ejemplo paradigmático de esta nueva ola de periodistas, hijos de la transición, que ni vivieron la Guerra Civil ni han tenido una información objetiva de lo que ocurrió en ella, pero a los que les gusta mucho pontificar, decir pestes del franquismo y considerar a las derechas poco menos que como la peste de los ciudadanos.
Claro que, todo ello, va parejo con una ignorancia supina de la reciente Historia que basan en esta gran tontería nacional que ha sido la promulgación de la Ley de la Memoria Histórica que tanto ha contribuido a crear verdaderos analfabetos, que se han limitado a escuchar las historias que, los resentidos que perdieron la guerra, vienen contando sobre una época que nada tiene que ver, en cuanto a los sucesos que se dieron en ella y en sus consecuencias inmediatas, con esta versión apócrifa, tendenciosa, inexacta y manipulada de lo que fueron las verdaderas causas del levantamiento nacional del 18 de Julio de 1.936. Estos asiduos lectores de historiadores como Javier Tusell (funcionario del franquismo y simpatizante de los comunistas), Ricard Vinyes, Santos Juliá (sacerdote en tiempos de Franco), Nigel Townson o Preston (que incluso habla del Holocausto español) que suele despreciar los testimonios escritos dando preferencia a los testimonios orales de aquellos que hace más de setenta años fueron derrotados por las tropas de Franco. Casi todos ellos comunistas "conversos" a la democracia, ¡claro que, según ellos la entienden! Ya lo ha dejado patente el historiador Pablo Paz cuando le espetó a uno de estos anti sistema y defensor del totalitarismo de izquierdas, Pablo Iglesias (¡vaya nombrecito!): "La izquierda tiene una gran capacidad para el odio" frase lapidaria que debiera grabarse a la entrada del Congreso para que todo aquel que entrase la leyera para recordarla cada vez que estos "moralizantes", como Cayo Lara, se atreven a dar lecciones al resto de partidos.
Pues bien, señores, si en alguna ocasión sienten la tentación de visitar la TV4 por las mañanas podrán constar, como lo he hecho yo, el hecho de que, desde que empieza el programa de este presentador, J.A. Cintora, hasta que finaliza, no dejan ni un momento de emitir noticias referentes al caso Bárcenas, a las declaraciones de Cospedal, Rajoy, Arenas etc. sacando frases de su contexto, haciendo interpretaciones sesgadas y poniendo a cualquier noticia o información, que venga de la derecha, en la tabla de disección de una tertulia en la que el 90% son políticos o periodistas de izquierdas y, en algunos casos, incluyen a alguno de derechas que, naturalmente, cada ves intenta decir algo el resto lo apabulla para que se calle. ¡Sí, señores, este señor Cintora hace honor a los procedimientos más sutiles de las izquierdas para deformar, desacreditar, insultar, hacer befa y mofa, de cualquier informe o noticia que pudiera favorecer al gobierno actual; magnificándola y dándole más publicidad cuando puede perjudicarlo.
Si la economía da muestras de mejorar un poco, sólo son mentiras de la derecha; si hay que cargar contra el PP por el caso Bárcenas pues ¡hala, allá ponen su empeño!; si el desempleo baja en un mes en el que tradicionalmente sube, es por cuestión estacional; si la ministra dice que la reforma en empleo ha traído una contención del desempleo; hay que rebatirlo apelando a que no ha aumentado el empleo. En fin, que estos señores cumplen a la perfección con la misión que se les ha encomendado, eso sí, con una sonrisa displicente y sardónica de perdona vidas, como para indicar que cualquiera que se atreviese a desmentirlo sería un insensato y un mal informado.
Y, ya que estamos hablando de aquellos que afirman que Franco se levantó contra la República popular "legalmente constituida"; conviene recordarles lo que pasó con las Juventudes Socialistas, el señor Carrillo en octubre de 1.934, con la revolución de Asturias. A partir de aquellos nefastos sucesos que, para frenarlos, tuvieron que recurrir al general Franco, ni lo que sucedió en el resto del mandato de las derechas ni lo que fueron las elecciones de febrero de 1.936, en la que venció (irregularmente, mediante un pucherazo) el Frente Popular, se puede entender que existiera una situación de normalidad ya que, en todo aquel tiempo, no dejaron de producirse huelgas salvajes, tumultos, agresiones, luchas entre bandas criminales, asesinatos, secuestros; sin que el Gobierno de la República fuera capaz ( cuando no lo instigó) de contener a las masas. Salvador de Maradiaga habla así de la "primavera trágica" (mayo de 1.936) "A toda prisa se decretó y aplicó un amplia amnistía. Salieron de las cárceles miles de presos… y aumentaron en proporción aterradora los desórdenes y las violencias volviendo a elevarse llamaradas y humaredas de iglesias y conventos bajo el cielo azul…Continuaron los tumultos en el campo las invasiones de granjas y heredares, la destrucción del ganado, los incendios de cosechas. Azaña instaló en tierra propia de Extremadura a 75.000 campesinos. Con todo continuaban los desórdenes y en el país pululaban agentes revolucionarios a quienes interesaba mucho menos la Reforma Agraria que la revolución. Huelgas por doquier, asesinatos…"
Deberemos recordar que, don Salvador de Maradiaga, fue uno de los que más lucharon contra la guerra de Franco, por lo que no se puede decir de él que hababa así por ser adicto a la dictadura. Y es que, señores, hay algunos que debieran dedicar más tiempo a informarse debidamente de los antecedentes de lo que fue el levantamiento del 18 de Julio, antes de querer dar lecciones a los españoles de las "virtudes" de la II República. Lo malo es que, sujetos como este periodista, Cintora, por ignorancia, picaresca o intereses políticos, son capaces de confundir a muchas personas de buena voluntad que pudieran dar crédito a sus argumentos cuando, en realidad, no tienen fundamento alguno, sólo la cerrilidad absurda de aquellos que pretenden hacer volver el marxismo a este país. O así es, señores, como opino yo al respecto.
Miguel Massanet Bosch