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¿Demócratas los nacionalistas? Pregunten al obispo Novell, de Solsona (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el septiembre 8, 2013 por admin6567
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"El peligro de los representantes del pueblo es que, con harta frecuencia se limitan a representarlo en sus defectos…" A. Guinon

 

Seguramente habrán ustedes tenido ocasión de escuchar al señor Mas o al señor Oms o a cualquiera de los integrantes del Gobern catalá, incluido el señor Juncadella de ERC hablar con gran énfasis de que los catalanes quieren celebrar la consulta por el "derecho democrático a decidir". Todos ellos se valen del mismo argumento: el pueblo catalán tiene derecho a buscar su propia identidad por medio de una consulta "democrática" en la que están convencidos que van a tener el refrendo necesario para poderle exigir al Estado español que se les conceda, por las buenas, la facultad de separarse de España.

Lo cierto es que no hace falta ser un gran experto en política para darse cuenta de que, la propaganda que han venido utilizando para lavarles el coco a los catalanes, ha tenido tanto éxito que, ahora, se encuentran ante una parte del electorado que está ansiosa de que se produzca, cuanto antes, esta "esperada" ruptura que "tan buenos resultados", según les han prometido, va a tener para el pueblo catalán. El "éxito" ha sorprendido a los propios impulsores de la campaña que, ante la imposibilidad de poder cumplir con lo prometido, entre otros motivos, porque la situación de las finanzas públicas en Catalunya está muy lejos de aquella que le vendieron a sus incautos seguidores y, es evidente, que sin el apoyo del Estado y del FLA que en dos años ha aportado a esta región más de 20.000 millones de euros; a estas alturas no habrían podido atender a los pagos de funcionarios; habrían dejado de pagar, a sus vencimientos, los famosos "bonos patrióticos" y sus intereses y, es muy posible que, con sus 600.000 parados y la creciente tendencia a que muchas empresas se trasladen al extranjero o a otros lugares de España en donde la fiscalidad y las trabas sociales sean menores; no es arriesgado suponer que ya habrían entrado en "default".

Lo curioso es que esta democracia a la que tanto se refieren los capitostes nacionalistas no deja de ser muy singular si es que nos atenemos a la forma en la que vienen ejerciéndola los que pretender llevar a cabo una "consulta libre" entre los ciudadanos catalanes cuando, la realidad, es que se ha llegado a un grado de apasionamiento, intolerancia, insumisión, desprecio por la legalidad, obcecación y fanatismo que es ya corriente que no se admita a aquellos que pretenden argumentar, poner objeciones, esgrimir la legalidad, hablar de una Constitución o defender un bilingüismo castellano-catalán.

Basta tomar el ejemplo de lo que acaba de ocurrir en la ciudad catalana de Solsona, en la que, su joven obispo, monseñor Xavier Novell, con muy buen sentido y prudencia, ante las anunciadas algaradas anunciadas por los separatistas para el día de La Diada, escribió a todos los sacerdotes de su diócesis para que "se mantuvieran al margen de estas iniciativas independentistas" y no permitieran que se usaran los campanarios de sus iglesias para que los exaltados los usaran para repicar en apoyo de sus intentos rupturistas, argumentando que "no nos corresponde a nosotros optar por una determinada propuesta a estos nuevos retos". Una postura neutral, una decisión loable y prudente y, como el mismo obispo argumentó, una forma de no herir la sensibilidad de todos aquellos feligreses que no compartiesen la opción independentista o lo que es lo mismo, la llamada "vía catalana". Pues bien, estos "demócratas" que con tanto interés quieren que los catalanes, sin que participen los españoles del resto de España, sean los únicos que voten sobre si Catalunya debe independizarse o no; no tienen ningún argumento válido para justificar que el resto de españoles no puedan participar en la consulta con los mismos derechos porque, señores, estamos en España.

El señor Joan Reñe, presidente de la Diputación de Lérida, incapaz de contenerse, ha declarado "Ciertamente la iglesia española tiene una actitud absolutamente 'beligerante', a mi entender en contra de la voluntad mayoritaria de un pueblo de poder hablar para decidir su futuro" ¡Muy curioso, si señor, este adivino ya sabe, antes de que exista ninguna consulta sobre el tema, que la mayoría opina como a él le gustaría que lo hiciera! ¿No será, señor Reñe, que usted lo que quisiera es que, como suele hacer el señor obispo y cardenal de Barcelona, señor Martínez Sistach, cuando se muestra proclive al independentismo, haciéndole un flaco favor a la Iglesia catalana decantándose hacia la ilegalidad y el fanatismo apoyando a unos ciudadanos incapaces de cumplir la Constitución, como sucede en el resto de comunidades españolas? Pero no acaba aquí la cosa, porque esta conocida separatista catalana, esta señora que se las da de ecuánime y que escribe en La Vanguardia de Barcelona, Pilar Rahola, también ha querido echar su cuarto a espadas para hacer leña sobre nuestro estimado obispo. "¡Qué vergüenza "bisbe" Novell!, ¿dónde queda el espíritu de la iglesia catalana comprometida con el país?

¡No señora mía, usted no debe acudir a misa porque, si lo hiciera, sabría que la Iglesia no está comprometida ni con la independencia catalana ni con la unidad española, ella, simplemente, está comprometida con su ministerio y con sus feligreses, fueren cuales fueran sus tendencias políticas! Usted, que se cree tan lista, confunde a la iglesia (como ocurre con algunos sacerdotes catalanistas), como si fuera un partido político y, con ello, demuestra su ignorancia sobre este tema o su interés en desacreditar a una persona que ha querido mostrarse independiente ante la presión agobiante de este separatismo, agresivo y absolutista, que ustedes pretenden imponer. Si el señor Angel Colom dice que "Añoramos a monseñor Deig".nos tendría que explicar si es porque se refiere a su magisterio como católico o su militancia como separatista. No sea que suceda como con tantos sacerdotes que anteponen su nacionalismo a su deber como religiosos. ¡Luego, algunos capellanes se extrañarán de que las misas no estén concurridas! Cómo van a asistir los feligreses si lo que escuchan de su pastor son palabras de enfrentamiento, sermones de separatismo, opiniones de ruptura y odio hacia el resto de españoles.

Todas las congregaciones religiosas radicadas en territorio nacional, cualquiera que fueren sus planteamientos internos y sus credos, en virtud de la ley española están obligados a someterse a la Constitución y el resto de leyes que rigen en el Estado español. Por tanto, todos aquellos clérigos catalanes y vascos, que se consideren nacionalistas, deben de elegir entre continuar siendo miembros de sus iglesias o lanzarse al campo, como los bandoleros, para apoyar a quienes se enfrentan con sus pretensiones separatistas a la Constitución española y a la unidad de la nación.

Vergonzoso. Y deberíamos preguntar a todos estos mastuerzos descerebrados ¿qué es lo que entienden por democracia? ¿Cómo pueden ustedes obligar a todos los catalanes y demás ciudadanos de Catalunya a plegarse a sus ideas absurdas, sin protestar, poder argumentar con plena libertad y sin que ello signifique poner en peligro la integridad física? ¿Esta va a ser la Catalunya que ustedes están vendiendo, un lugar en el que el pueblo va a estar sojuzgado por unos extremistas que, ni ante una consulta popular, pueden aceptar que los haya que voten en contra, por diferir de su deriva nacionalista? ¡Si a esto le llaman democracia yo lo voy a llamar absolutismo totalitario! O así es, señores, como veo yo este dislate del nacionalismo excluyente.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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