Evidentemente, después de comprobar el último Debate sobre el Estado de la Región, repleto de penurias, apagado y macilento, nuestros ciudadanos han de percatarse que Castilla-La Mancha sólo cuenta en el momento presente con líderes políticos dogmáticos –adiestrados dentro de la tramoya del PPSOE- de segunda división. Si ese debate se celebra anualmente en el Parlamento autonómico para abordar la política general llevada a cabo durante el año por el Gobierno castellano-manchego, las reglas de política activa y eficaz se observan ausentes en Dolores de Cospedal y su endiosado equipo. Basta con girar la vista atrás, regresar al Debate de 2012 y comprobar las promesas hechas e incumplidas durante el año: el diálogo permanente con la sociedad de Castilla-La Mancha, la convocatoria de una cumbre sobre el vino, la puesta en funcionamiento de una comisión dirigida a la racionalización de las Administraciones en las Cortes Regionales, un efectivo plan de inversión y de creación de empleo en Castilla-La Mancha.
A pesar de todo esto, más de la mitad del discurso con el que la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, abrió el pasado jueves, 5 de septiembre, el Debate sobre el Estado de la Región perteneciente a 2013, estuvo dedicado al empleo y a la recuperación económica. De hecho, de las dos horas aproximadamente que intervino la jefa del Ejecutivo castellano-manchego, durante más de 60 minutos se refirió a la situación económica, a las medidas reformistas y a la inversión que está realizando el Gobierno regional para recuperar el empleo en esta comunidad.
En su discurso inicial, Cospedal glosó sus dos años de Gobierno con referencias esperanzadoras a la recuperación económica, insistiendo en la idea repetida por Rajoy: lo peor ya ha pasado… "Vamos a tener un próximo crecimiento de la actividad económica, por la reforma laboral, porque pronto los crecimientos dejarán de ser negativos". Ni los malos datos de paro en la comunidad (el desempleo alcanza las 250.000 personas y subió en 824 en agosto, un mes habitualmente favorable) lograron empañar el relato de la presidenta: "Hoy, a pesar de paro, Castilla-La Mancha está mejor que hace un año y peor que el que viene".
Las épocas de crisis suelen ir acompañadas de confusiones y de un cierto trastocamiento de los lenguajes políticos. "En tales períodos", decía el editorial de la revista Temas para el debate en su número 200 de julio de 2011, "los falseamientos analíticos y las propagandas oscurecedoras de las fuerzas totalitarias se intentan imponer sobre los análisis racionales y los datos objetivos de la realidad". Así, en el debate político actual, de manera sutil pero tan peligrosa como George Orwell describía en su novela 1984, se están dando falsificaciones conceptuales y manipulaciones del lenguaje que sitúan los debates políticos en coordenadas ideológicas bastante precisas. Lo cual condiciona las posibilidades de analizar con objetividad ciertos problemas y tendencias.
En esto incurrió Cospedal de forma flagrante, al presentarse a sí misma como una persona preocupada desde que se levanta hasta que se acuesta "por generar riqueza y empleo" en Castilla-La Mancha. Recordó el largo y espinoso camino que ha llevado a la comunidad a embridar las cuentas, insistiendo en que ahora "la Junta paga a sus proveedores", pese al "lastre", de la herencia recibida. "En estos dos años de Gobierno y una vez estabilizadas las cuentas públicas hemos trabajado con ahínco", dijo, añadiendo que la inversión privada en la creación de nuevas empresas ha crecido en más de 300 millones. Por momentos poco concentrada (llegó a decir que faltan cuatro meses para terminar la legislatura), enumeró iniciativas para mejorar la financiación de las pymes, prometió rebajas de impuestos autonómicos, anunció incentivos para la contratación y aseguró que en menos de cinco años todos los colegios de la región serán bilingües.
Como "medida de austeridad", coló la supresión del Sindico de Cuentas, que se encarga de fiscalizar la labor de la Junta y de los partidos políticos. Una medida que se suma a la siega que su Gobierno ha realizado en otras instituciones como el Defensor del Pueblo o el Consejo Económico y Social. Aunque este último sendero es mucho más difícil de defender en un momento en que su partido está siendo cuestionado precisamente por financiación irregular. Por eso sus esfuerzos por hablar de la Junta fueron en vano.
Tanto en el fondo como en la forma, postula Cospedal, bajo la capa de una pretendida mayor libertad, una irreverente privatización y apropiación de bienes públicos, que va de la mano de esos movimientos unidos a las exigencias de "los mercados" (en plural), intentando presentar, de manera pretendidamente objetiva, lo que no son sino intereses de grupos muy específicos de poder económico. Esas opacidades, en el peor año de su carrera política, a Cospedal le siguen pasando factura, resaltada a partir de aquella extraña explicación sobre el "finiquito en diferido" de Bárcenas. "Mientras ustedes protegían al Señor Bárcenas pagándole 18.000 euros al mes por no hacer nada, en Castilla-La Mancha había miles de parados", le recordó el portavoz socialista José Luis Martínez-Guijarro. "Todavía no nos ha explicado el trajín de 200.000 euros entre Madrid y Toledo o por qué cuando todos los ciudadanos están pidiendo más claridad y control usted quita el único organismo que nos quedaba del control de cuentas. Se ha convertido usted en un lastre para Castilla-La Mancha, lo mejor que podría hacer es irse, abandonar la presidencia".
La presidenta del PP castellanomanchego no le quiso seguir. "Cuando se citan más veces al Señor Bárcenas que a Castilla-La Mancha… qué pena. Usted estaba más pendiente de que hablara de Gürtel, Bárcenas y todo esto… pero no de las propuestas que he hecho. Usted cree que debo abandonar Castilla-La Mancha y mi partido. Yo no me quiero ir ni me voy a ir. Afortunadamente no está en sus manos el que me vaya", se defendió. Y habló de la política del vino, de los pozos, de los seguros agrarios o de los planes de regadío queriendo apartar el fantasma del extesorero. "Una sociedad que solo vive de la subvención pública es enferma, yo no quiero esa sociedad", mencionó.
La oposición, sin embargo, no dejó la cruz del Caso Bárcenas hasta obligar a la presidenta a elevar la tonalidad: "De todas las cosas que tengo que hablar en mi partido como secretaria general las hablo en mi partido. Con mucha claridad. Mucho más de lo que nadie ha hecho nunca, a tumba abierta. Y nunca es nunca. Lecciones de transparencia no me van a dar ustedes". Y ahí se quedó su mención al caso de corrupción que asola al PP y que la mantiene en el centro de la diana, según señaló El País.
Los socialistas de Castilla-La Mancha presentaron el mismo jueves una propuesta de resolución al Debate para evitar que el cargo de presidencia de la Junta sea incompatible con "funciones ejecutivas" en la dirección nacional de un partido político. "Los castellano-manchegos están viendo como la Presidenta de Castilla-La Mancha está dedicando más tiempo y está más preocupada por las acusaciones directas de Luis Bárcenas a ella que de los asuntos que preocupan a los ciudadanos, como el empleo, la sanidad, la educación o los servicios sociales", establece la propuesta, que también pide incorporar la obligatoriedad de "presentar las declaraciones de bienes de los cónyuges de los altos cargos del gobierno y parlamentarios". La propuesta fue rechazada en sus aspectos fundamentales por la mesa del Parlamento con la mayoría del PP.
Los otros dos puntos que no se admitieron de la proposición socialista son el que proponía la obligatoriedad de presentar declaraciones de bienes de los cónyuges de los altos cargos del Gobierno regional y de los Parlamentos regionales y el que pedía regular la publicación de las declaraciones de IRPF y patrimonio de altos cargos del Gobierno, parlamentarios y sus cónyuges en los últimos diez años.
Emiliano García-Page, secretario general del PSOE, calificó el discurso de Cospedal en el Debate sobre el Estado de la Región como "tremendamente decepcionante". "Cospedal ha demostrado que pasa y está de paso en nuestra región. Su cabeza está en el caso Bárcenas". La vio "agotada y sobrepasada en términos políticos y personales por los escándalos que la acosan a ella y a su partido".
En la misma línea, tajante y concluyente, la coordinadora regional de UPyD, Celia Cámara, aseguró que la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, debería dimitir por "estar inmersa en cuantiosas y delicadas sospechas" de presunta financiación irregular del PP. Cámara señaló que "el tremendo desgaste" que el caso Bárcenas está provocando en la presidenta regional la debe llevar, "por honestidad política", a dimitir por el bien de los castellanomanchegos. La coordinadora regional de UPyD afirmó que, posiblemente, Cospedal, desde "su atalaya de Génova", tiene una percepción distinta de la región de la que es en realidad. Así, apuntó Cámara que las cifras admiten todas las interpretaciones que la presidenta regional les quiera dar, pero los datos "no dejan de ser tozudos" y puso como ejemplo el 4,78 % menos de cotizantes a la Seguridad Social en la región con respecto al mismo período del año anterior, "lo que cuestiona -dijo- la recuperación económica que defiende el Ejecutivo regional". Criticó también la coordinadora regional de UPyD las "nulas inversiones en infraestructuras y en I+D+I" que registra Castilla-La Mancha, así como el casi total desmantelamiento de la Ley de Dependencia", hechos que, en su opinión, "no configuran precisamente un estado idílico" de la región.
Respecto a las nuevas propuestas de la presidenta regional, Celia Cámara aseguró que "el gran problema de la presidenta Cospedal es su clamorosa falta de credibilidad ante los ciudadanos". Esta carencia es la que ha hecho que adoptase la dirigente popular la misma estrategia que Rajoy practicó en el último "debate del estado de la nación"; es decir, salir del agujero en el que está metida y que compromete su credibilidad. Por eso la parte esencial de su discurso sobrevolaba el atolladero al que le ha llevado el escándalo de su extesorero, incurriendo en esa falsificación y tergiversación del lenguaje político, económico y social que, cada día más copiosa en nuestros días y con mayor abundancia en el PPSOE, tiene como finalidad confundir a los ciudadanos e impedir un análisis crítico y veraz de los problemas que tiene la sociedad actual castellano-manchega.
La pobreza del discurso cospedaliano se ahogó en el Debate sobre esa pirámide de confusiones y tergiversaciones conceptuales que tiene sus derivadas en el plano político, y que los conservadurismos de naciente cuño edifican en un presunto alentador del culto a lo "nuevo" y lo "novísimo", por mucho que gran parte de las mercancías políticas que se intenten presentar como originales no sean sino el más rancio paleoconservadurismo del pasado. La corta política de emprendimiento y el menguado esfuerzo de "empleabilidad" personal, así nos dejan catalogar esa desdicha. Entra ésta en esas tendencias de perversión del lenguaje que cuentan con la colaboración activa y pasiva de no pocos analistas y responsables políticos y sociales de todo signo que, para intentar estar a la moda, se dejan arrullar por los cantos de los grandes intereses que están detrás de las dinámicas de falsificación e instrumentalización del lenguaje. Así se constata en la gran bandeja de adulaciones hechas por dirigentes del PP al juzgar la intervención de Cospedal en el Debate: Miguel Ángel Rodríguez (portavoz adjunto del PP de Castilla-La Mancha y senador), María Jesús Bonilla (diputada nacional del PP por Cuenca), Porfirio Herrero (senador del PP), Arturo García-Tizón (presidente del Partido Popular de Toledo), etcétera.
Guiados por la simplificación de su estatus, se dedican a plasmar vulgares apologías, sin entrar en los nuevos vehículos politológicos fabricados con el fin de explorar los impactos de la revolución tecnológica, cuyos análisis sobre las posibilidades de emancipación que permiten los avances tecnológicos van unidos a una crítica de la forma actual de gestionarlos. Las nuevas contingencias, específicamente, no pueden llevarnos a un optimismo tecnológico inocente o inexperto, ya que, como subraya el profesor José Félix Tezanos, "hoy por hoy, los problemas que se plantean en la reestructuración del trabajo son muy numerosos y afectan a aspectos tan centrales de la conformación social como la asignación de recursos, la desigualdad, el poder, las apropiaciones, el cambio cultural, las exigencias de la nueva racionalidad económica y laboral, etc." Esperemos que Cospedal lo tenga en cuenta en el Debate sobre el Estado de la Región de 2014.
Juan Andrés Buedo