MANUEL ARIAS (Publicado en Diario Progresista, aquí)
El Partido Popular está noqueado. Tantos años de sensación de impunidad están comenzando a quebrarse ante el cerco judicial que, día a día, se estrecha sobre lo que parece ser la mayor bolsa de corrupción detectada nunca en la democracia española. Al registro ayer de su sede, el Gobierno y el partido que le apoya sólo ha podido responder con dos opciones: el silencio o la mentira. Y ninguna es válida ni tolerable en un Estado de Derecho.
En efecto, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de viaje en Bruselas, ha respondido a las preguntas de los informadores sobre el tema político del día, con dos flagrantes mentiras: Una, que ha dado orden a sus colaboradores de colaborar con la Justicia. Una afirmación que se cae por su propio peso ante las reiteradas maniobras de ocultación de documentos, destrucción de pruebas y obstrucción a la investigación judicial que desembocaron en la irrupción de la UDEF en su sede para buscar los documentos que se negaban a entregar al juez Pablo Ruz.
La segunda de las mentiras es negar la obviedad de que lo sucedido en la noche del jueves al viernes en la sede central del partido de la gaviota fue un registro judicial en toda regla. Rajoy ha intentado vender a la prensa que "no se ha ordenado un registro" sino que "lo que se ha pedido es colaboración" y "se le ha dado". "Mis instrucciones siempre serán colaboración con la Administración de Justicia", ha enfatizado.
Tanta colaboración ha prestado el PP a la labor de los jueces que se toman la molestia y el riesgo de investigar sus actividades cada vez menos presuntamente delictivas, que han sido precisas 14 horas de registro exhaustivo de la sexta planta de la sede de Génova para escanear y finalmente encontrar cientos de documentos que, al parecer, ratifican la existencia abrumadora de fondos en negro en el Partido Popular que han servido, entre otras cosas, para pagar reformas en la sede. Según fuentes judiciales, se han encontrado “al menos una docena” de nuevos indicios que argumentan la realización de toda una serie de actividades delictivas, desde la elaboración de facturas falsas hasta el manejo de elevadas sumas de dinero negro sin ningún control ni fiscalización. Una actividad presuntamente delictiva “sostenida en el tiempo”.
Frente a estas evidencias, el PP, la mayoría de sus destacados dirigentes, han optado por la opción B: el negro silencio, y esperar que, si es posible, la tormenta escampe. Quienes, atrapados por sus obligaciones institucionales no han podido eludir los micrófonos y cámaras de la prensa, como la Vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, han caído en excusas y argumentos infantiles, que moverían a la risa de no ser por la gravedad del tema. Según Santamaría, ella no tiene que dar ninguna explicación sobre el registro de la sede de su partido porque "El Gobierno lo que tiene que hacer es gobernar". Y ya está.
Lógicamente, esta negativa a dar explicaciones y asumir las graves responsabilidades políticas ni satisface a la oposición ni satisface a la ciudadanía. El secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Antonio Hernando, ha recordado que “el Partido Popular lleva cinco años obstaculizando la acción de la Justicia”, y se comporta “como esos delincuentes que quieren borrar las pruebas y que nadie las encuentre”.
Sólo dos semanas después de que el Gobierno aprobara la ley de Transparencia, recuerda Hernando, el PP, “por su falta de transparencia, se ha visto obligado a entregar a la fuerza, a la Justicia, las pruebas de los presuntos delitos que ha cometido”.
Por su parte, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, ha asegurado este viernes que el "registro durante 14 horas" que ha hecho la Policía en la sede del PP es "una muy mala noticia" no sólo para ese partido, sino también "para el Gobierno y para España". En una rueda de prensa en Ferraz, tras una reunión de urgencia ante la aprobación de la ley del aborto, la número dos del PSOE ha recalcado que su partido viene diciendo "desde hace mucho tiempo" que el denominado ´caso Bárcenas´ es "una pesada losa sobre el PP, de la que no van a lograr desprenderse".
"El PP lo que tiene que hacer es decir la verdad de una vez por todas sobre el ´caso Bárcenas´ y sobre una trama larguísima y amplísima de corrupción y de financiación irregular de su partido", ha remachado.