"Los que no se acuerdan del pasado están condenados a repetirlo." G.Santayana.
Por desgracia también existen, en estas nuevas generaciones, personas que han estudiado, han adquirido conocimientos e incluso carreras universitarias, pero que han sido incapaces de superar ciertos tics, han limitado su cultura a los temas en los que han querido especializarse y han desaprovechado sus posibilidades de ser objetivos, imparciales y rigurosos en sus actos y expresiones, por el simple hecho de no haber sido capaces de superar viejos reconcomios, rencores heredados o, simplemente, por no haber intentado explorar lo que sucedía fuera del ámbito de su grupo de amistades más próximas o de su cerrado círculo político.
Este es el caso que, por la forma en la que se ha expresado, por su excesiva autosuficiencia y por un cierto resabio que la delata como feminista convencida, parece que se puede aplicar al perfil de esta nueva "adquisición" de la UGT andaluza, Carmen Castilla, surgida de la necesidad de poner un empaste a este antiguo sindicato andaluz; con el que intentar desviar la atención de sus recientes problemas judiciales y buscar la manera de evitar que vayan surgiendo a la luz nuevos casos que delaten las miserias, desmanes, delitos y despilfarros que han puesto la credibilidad de esta formación sindical a los pies, no sólo del caballo, sino de toda la caballería, del terrible "azote de Dios" Atila, rey de los Hunos.
Y es que, señores, la conocida expresión "el pelo de la dehesa" aplicable a aquellos que, aún habiendo conseguido medrar en la sociedad, conservan todavía la patina de unos orígenes que no se compadecen con su actual lugar en la sociedad; creemos que le es plenamente aplicable a esta señora que quiere "hacer borrón y cuenta nueva" de lo que ha venido siendo el Vía Crucis por el que está pasando su sindicato, a causa de una serie de malversación de caudales públicos, aplicando el viejo truco de "pelillos a la mar" y ¡aquí, señores, no ha pasado nada!. Loable intento que, sin embargo está condenado a fracasar si, como viene aconteciendo, sigue en la brecha la jueza Alaya y las pruebas siguen apareciendo, una tras otra, embadurnando con ellas a todos aquellos sindicalistas que pensaron que podrían enriquecerse a cuenta de los impuestos de los ciudadanos.
Si ya deja ver su condición de feminista irredenta cuando saca a colación, sin venir a cuento, lo de que "va a ser criticada por ser rubia o por tener 45 años y aparentar 35 (alábate, pavo, que mañana te guisan)" curándose en salud y pretendiendo eludir las críticas, atribuyéndolas a su condición femenina; lo que la ha situado, de un tacazo, a finales del siglo XIX, ha sido el recurrir a topicazos como es el de sacar a relucir de nuevo lo de "plantar cara a los fascistas"; pero, ¿de qué está usted hablando, señora, a que fascistas se refiere?, es que ¿no se ha enterado usted de que estamos en el siglo XXI y en una democracia en la que gobiernan los que más votos ciudadanos han conseguido? Seguramente es que, esta señora, considera que los que votan a la derecha tienen menos derechos que los que votan a la izquierda o que las izquierdas, en democracia, tienen un plus de honradez del que carecen las derechas ¡Uff! He nombrado la soga en casa del ahorcado, al hablar de honradez.
Y es que, esta clase de vocabulario del que viene abusando esta izquierda, ya nos está tocando las narices. El que hablen sin ton ni son de "fachas" o de "derecha reaccionaria" es algo que tiene que terminar, porque en ambos casos niegan a la derecha de hoy en día el derecho a mostrase como es: un partido democrático con todo el derecho a mantener sus propias ideas políticas, sus propias propuestas de gobierno y sus propios valores algo de lo que, por cierto, carecen quienes presumen de progres pero no aceptan las reglas de toda democracia: el dictado de las urnas; la alternancia de los partidos en el gobierno; el respeto por el adversario político; la aceptación de las reglas del juego y la lealtad a los españoles y a España.
Veríamos como, esta señora, reaccionaría se la llamasen marxista, roja, bolchevique, chequista, miliciana o cualquiera de las denominaciones a que se hicieron acreedoras sus antecesoras en la Guerra Civil de 1936, que es de donde traen, estos indocumentados que hoy se expresan de tal forma, lo que ellos consideran una manera lícita de ofender a sus adversarios políticos. Estoy seguro que, si ustedes les preguntaran lo que es en sí el fascismo, nueve de cada diez sería incapaz de contestar correctamente; pero expresarse así les ayuda a cainizar a cualquier persona que se declare de derechas o de centro. Pero, pedimos democracia a quienes utilizan el sistema del "dedo" para elegir a sus dirigentes; pedimos democracia a aquellos que en lugar de ir descamisados y con pantalones rotos, visten camisas de seda y pantalones y americanas de las mejores marcas vendidas en las tiendas más caras de Madrid y Barcelona. Vean, si no, los atuendos de los señores Méndez y Tocho, cuando no están en las manifestaciones y los lugares que frecuentan para comer o relacionarse ¿Esto son los sindicatos obreros en España? ¡Vaya tongo!
Recuerden lo que hicieron los dos sindicatos mayoritarios, la UGT y CC.OO, durante el mandato de Zapatero. Se vendieron a él, que les compensó con cientos de millones mientras nadie salía a protestar por los cinco millones de parados que dejaron en la calle. Ahora, cuando los que gobiernan son los del PP, es cuando se acuerdan de los parados, reclaman contra la corrupción (la de los otros, por supuesto, no la suya) y protestan por los recortes de los que ellos son tan causantes como los socialistas del señor Rodríguez Zapatero. Y esta señora, se presenta como la gran impulsora de la regeneración de su sindicato. Empiece usted por lo primero, como dijo la señora Susana Diaz que prometió, cuando ocupó su cargo de secretaria del PSOE andaluz, limpiar todas las cloacas de su partido, en especial en lo relacionado con los ERE's fraudulentos destapados por la juez Mercedes Alaya. Otra cosa es que luego cumpla con lo que prometió que, todavía, está por ver.
Nada, por supuesto, de "partir de cero", porque no es posible encubrir una acción delictiva intentando camuflarla con una cortina de humo para que, dejando pasar el tiempo, se llegue a difuminar acabando en la nada. Aquí, señora Castilla, no ha venido usted a enterrar una caso de malversación del dinero público, habrá venido a despedir o enviar a la cárcel a toda esta morralla, que se ha venido aprovechado, durante años, de que, en Andalucía, han gobernado siempre los mismos y se ha convertido en un cacicazgo, a la vieja usanza, del PSOE y de la UGT. Amaine sus euforia, baje a la Tierra y olvídese de fascistas y reaccionarios hasta, por lo menos, que haya puesto orden en su casa; lo contrario sería una prueba más de la hipocresía con la que se viene comportando el mismo PSOE del señor Rubalcaba, que no duda en traicionar la unidad de España inventándose soluciones que no tienen otro fin que favorecer a los independentistas catalanes.
Aprenda usted, señora Castilla, a predicar con el ejemplo, acepte las reglas del juego y proceda conforme a derecho. Deje a sus superiores la tarea de engañar a los votantes y de buscar el poder a costa de lo que fuere y pese a quien pese. La verdad, señora mía, sus títulos no nos impresionan y sus amenazas tampoco. Conténgase y limítese a lo que sabe de verdad hacer, procurando no incordiar demasiado.¡Ah!, por cierto, nos debería explicar el por qué mantiene en su Ejecutiva a un señor que estuvo involucrado en las facturas falsas de los "silbatos " de Almería. O así es, señores, como valoro esta nueva muestra de falta de democracia interna de la UGT.
Miguel Massanet Bosch