"Amigos míos, retened esto: no hay ni malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores" Victor Hugo.
Si el señor Rajoy y su equipo de gobierno necesitaran un motivo más para poner orden en este totum revolutum en el que se ha convertido el problema del independentismo catalán, le bastaría que prestara oídos a las declaraciones de la Consellera de Enseñanza de la Generalitat catalana, señora Rigau y a las manifestaciones de los representantes de ERC e ICV, las señoras Anna Simó y Dolors Camats, respectivamente. La reacción a los requerimientos del TSJC a los directores de cinco escuelas públicas catalanas para que, en un mes, impartan el 25% de las horas lectivas en castellano, parece que ha dejado perplejos a los independentistas, que ya daban por descontado que, las anteriores resoluciones, en parecido sentido, emitidas por el mismo tribunal, el TS y el TC, sin que en ningún caso la Generalitat cumpliera lo que se le ordenaba, habían quedado flotando en el Limbo jurídico.
El señor Homs, ha sido explícito al valorar el tema del bilingüismo: "La Generalitat no tocará ni una coma del modelo lingüístico catalán" Por su parte, la señora Simó de ERC, se ha manifestado en el siguiente sentido: "… es absolutamente contradictorio e injusto que el deseo de una minoría quiera pasar por encima de las leyes de que se ha dotado la mayoría y se vulneren los derechos del grupo-clase y la legislación de Catalunya". A veces nos admira la ingenuidad y la frivolidad de algunos políticos/as a la hora de expresarse en público; porque, a esta señora se le debiera recordar que como dice el proverbio árabe: "El hombre es esclavo de sus propias palabras y amo de su silencio", los españoles podríamos suscribir exactamente lo que ella ha dicho, pretendiendo defender el derecho a de los catalanes, sólo que, en este caso refiriéndonos a España y a la minoría catalana que, se salta las leyes y la Constitución, en contra de la opinión de la mayoría del pueblo español pretendiendo imponernos la voluntad de una minoría. Ellos mismo se califican y se muestran tal y como en realidad son: unos secesionistas.
El hecho es que, pese a los aspavientos de todos estos separatistas y su recurso al Estatuto catalán, al que se agarran como si tuviera la fuerza de una Constitución; lo cierto es que las sentencias del TS y del TC están por encima de lo que estimen o dejen de estimar esta colección de "jurisconsultos", que ahora quieren volver a recurrir ante los tribunales cuando, en su momento ya tuvieron ocasión de presentar sus alegaciones ante el Supremo y el Constitucional, pese a las cuales ambos tribunales fallaron en contra de sus pretensiones de impedir que, los que quieren estudia en su idioma vehicular pudieran hacerlo. Precisamente, el pasado lunes, el Tribunal Supremo rechazó un recurso de casación interpuesto por la Generalitat contra un auto que dictó el TSJC en enero del 2013 y que instaba al gobierno de Artur Mas a adoptar las medidas necesarias para incorporar el castellano como lengua vehicular en la enseñanza junto al catalán. Estas pataletas de los responsables de la enseñanza de la Generalitat resultan absurdas y, si me apuran, hasta pueriles, puesto que lo único que se pretende es que, aún admitiendo una enseñanza masiva en catalán, los españoles que quieran que sus hijos reciban también enseñanza en la lengua del Estado puedan hacerlo, al menos en un 25% de sus horas lectivas.
En cualquier caso, este cuento chino de la "inversión lingüística en catalán" que ha movido al señor portavoz de ICV-EUiA, en la comisión de Educación del Parlament, señor Joan Mena, a pedir al Gobern catalán que "impida" que: "una imposición jurídica pase por delante de los criterios pedagógicos" forzosamente ha de tener sus limitaciones y, cuando la sentencia de los tribunales, ( Supremo y Constitucional) detectan una actuación que puede resultar inconstitucional, por mucho que el señor Mena se rasgue las vestiduras, por supuesto que puede modificar todo lo que haga falta, para restaurar la norma constitucional recogida en nuestra Carta Magna que, sin duda alguna, debe ser respetada por encima de derechos autonómicos y estatutos de autonomía ¡Faltaría más! Bastaría tener una pizca de sentido común y de sensatez para comprender que, por mucho que se quiera a la lengua local y se quiera preservar su uso, nunca puede resultarle más útil, en la vida de cualquier estudiante, que lo que le resultará un buen conocimiento del castellano y del inglés, dos idiomas que se hablan en todo el mundo, al contrario que la lengua catalana, una lengua minoritaria, circunscrita a lo que son las provincias del levante español y, aún así, con diferencias dialectales muy marcadas.
Lo curioso es que, los mentados criterios pedagógicos en los que se basan todos aquellos que ahora se lamentan de la resolución del TSJC, es posible que en otras parte de España no se consideren tan legales, ni provechosos para los alumnos ni, por supuesto, tan favorables para sus resultados académicos y el futuro de su carrera profesional. No podemos entender que se consideren como criterios pedagógicos adecuados el que, cuando casi una mitad de catalanes provengan de otras regiones de España y mantengan, en familia y en sus relaciones, el castellano; al entrar en la escuela pública, se les obligue a utilizar un idioma que no dominan, o que dominan defectuosamente o les impide comprender las explicaciones de sus profesores; colocándolos en una situación de inferioridad respecto al resto de los alumnos de la clase.
Una postura tan intransigente, ya la tuvo en cuenta en una sentencia del Tribunal de Estrasburgo de 23 de julio de 1.968 en un tema similar planteado en Bélgica y, en ella, se ha basado, (ante la postura de la Generalitat de negarse a fijar un mayor porcentaje de enseñanza en castellano), el TSJC para fijar el 25% de enseñanza en lengua castellana, a favor de los demandantes; lo que comporta, que se aplique a toda la clase a la que asista el alumno. El aludido tribunal se manifiesta en los siguientes términos: "sin perjuicio del mantenimiento del catalán como centro de gravedad del sistema, se haga efectiva la presencia del castellano en una proporción razonable que no la haga ilusoria o simplemente constituya un artificio de mera apariencia de la obligada utilización del castellano como lengua vehicular".
Muchos españoles, cuando escuchamos que los políticos catalanes se manifiestan en clara rebeldía contra el cumplimiento de las sentencias de los tribunales y se muestran desafiantes y empecinados en sus ideas separatistas; nos hacemos cruces de que, cuando estas actitudes se vienen repitiendo cada vez más frecuentemente y con mayor descaro; nuestro Gobierno, el del PP, se siga entrevistando en secreto con los cabecillas de la insurrección ( recientemente la señora Vicepresidenta, Sáez de Santa María almorzó con el señor Mas). ¿De qué hablan ustedes?, ¿es que se puede seguir tratando de tú a tú con gentes que se burlan del Estado español, se pasan la Constitución por los fondillos del pantalón y se niegan a cumplir las sentencias de los tribunales? ¿Hasta cuándo se nos va a seguir humillando, señor Rajoy? ¿Es esta la política que ustedes nos prometieron cuando se promocionaban para que los votásemos?
La edad nos endurece pero no nos vacuna contra la deslealtad de aquellos en los que confiamos una vez. Así es, señores del PP, como me siento ante su ingratitud para con sus votantes.
Miguel Massanet Bosch