
Ahora, con la abdicación del rey Juan Carlos y la torpe gestión del bipartidismo -que se negó a desarrollar el Título II de la Corona cuando lo pidió UPyD– se ha abierto un debate en buena parte tramposo sobre la forma de gobierno. Descartada por ilegal la vía del referéndum, quedaría la posibilidad de reformar la Constitución para abolir la monarquía e instaurar la república. Para ello habría que disolver las Cortes, convocar elecciones, redactar un nuevo texto y someterlo a referéndum. Y esto es lo que ha venido pidiendo UPyD. Pero no para cambiar un rey por un presidente de la república, sino para regenerar la democracia por la vía de arreglar lo que no funciona en las instituciones. Por supuesto, una vez abierto el proceso, podría abordarse cualquier debate, pero UPyD sostiene que hay otros mucho más importantes para los ciudadanos.
Otro pilar en el que UPyD apoya su propuesta de reforma es la separación de poderes. Aunque hay mucho que se podría hacer con el actual marco, se debería cambiar en la Constitución la forma de elegir a los jueces de órganos clave como el CGPJ o el Tribunal Constitucional. De esta forma los ciudadanos tendríamos una justicia más independiente, más eficaz y, por tanto, capaz de combatir la corrupción por todos los medios. Sin embargo, todos los partidos, incluidos los que claman por la república, han participado recientemente del troceo y reparto de la justicia española. República sí, dirán, pero con los jueces bien amarrados.
Los que claman por la república mientras se niegan a devolver competencias o despolitizar la justicia son los que, en realidad, no quieren que cambie nada
UPyD ha rechazado expresamente en sus dos congresos y en sus declaraciones públicas defender la monarquía o la república como forma de gobierno para España. Esta misma mañana, durante el debate sobre la ley de abdicación, Rosa Díez ha vuelto a recordar que el hecho de que haya rey o presidente no garantiza nada a los ciudadanos. En cambio, todas las reformas que su partido propone para la Constitución -más otras que pudieran plantearse- podrían mejorar la vida de los españoles. Lo que hay que exigir a la jefatura del Estado es transparencia y ejemplaridad. Los que insisten en el advenimiento de la república mientras se niegan a devolver competencias o despolitizar la justicia son los que, en realidad, no quieren que cambie nada.