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Del orto al ocaso. Unos reviven y otros se extinguen (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el junio 19, 2014 por admin6567
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Cuanto más callados estamos, mejor escuchamos. Si gritamos al mismo tiempo que otros, perdemos la facultad de oír." Bárbara Larmoyer

 

Sin ninguna duda y es evidente que no soy un aficionado al fútbol, por tanto, no estoy en condiciones para opinar sobre la valía técnica de nuestra selección –que todavía no sé porqué se la ha venido calificando de "roja" cuando, para muchas personas, este apelativo tiene concomitancias guerra civilistas –, ni mucho menos suplantar al señor Del Bosque, atreviéndome a opinar sobre los motivos por los que escogió a los jugadores que se fueron a Brasil y los otros que le impulsaron a dejar a otros futbolistas que, seguramente, visto el resultado, hubieran dado un mejor rendimiento.

En todo caso, lo que sí es evidente es que, esta sempiterna manía que tenemos los españoles de adelantarnos a los acontecimientos, de sobrevalorar nuestras posibilidades, de menospreciar a nuestros adversarios y de presumir, con exageración, de nuestras victorias, antes de que éstas se produzcan; suele llevarnos a circunstancias embarazosas a posturas incómodas y a momentos tristes, como los que nos ha proporcionado el fracaso, sin paliativos, de la selección española y del seleccionador, en los dos primeros partidos que han jugado en Brasil, que nos han mandado de regreso a España, entre las rechiflas, comentarios jocosos y artículos sangrantes acerca de nuestra temeridad y de los fatales resultados que nos han llevado a ser la comidilla, en los ambientes futbolísticos en el entorno de la organización de la Copa del 2014.

Pero como suele ocurrir no hay mal que por bien no venga y, lo que hemos tenido que aguantar por nuestro fracaso en Brasil, vean por donde, ha favorecido a nuestra Familia Real. A uno le queda la duda de si, toda esta tramoya en torno a la abdicación de SM. el rey don Juan Carlos I, ha sido una estrategia genial de don Juan Carlos, para hacer olvidar todas aquellas circunstancias relacionadas con la propia persona del rey y los avatares de su hija Cristina y su marido, el señor Urdangarín, en torno a unos turbios negocios y unas sociedades, Noos, en los que estaban involucrados, en mayor o menor grado, los dos conyugues y el factotum y presunto cerebro, un tal Torres, experto en cuestiones contables y comerciales, que los convenció de utilizar el nombre del Rey para conseguir iniciar un lucrativo negocio que, según lo que se viene diciendo, les permitía ir estafando a los infelices que no querían indisponerse con un miembro tan importante de la familia real. Las consecuencias de este affair, unidas al episodio de la cacería de elefantes de don Juan Carlos, en Botsuana, en compañía de una amistad muy cercana, Corinna; de la que, probablemente, nunca se hubiera sabido nada, si no se hubiera producido un accidente del que SM quedó gravemente lesionado.

Ni que decir tiene que la popularidad del Rey y la familia real, que ya no pasaba por sus mejores momentos, se precipitó a las más bajas tasas, de modo que las posibilidades del príncipe Felipe y la princesa Leticia de suceder a SM en el trono de España, parecía que ,cada día, quedaban más cuestionadas. No se puede decir que los intentos de don Juan Carlos para recuperar el terreno perdido, fueran pocos y, lo mismo, se puede decir del heredero de la corona, el príncipe Felipe que, inmediatamente, puso un muro de indiferencia, falta de comunicación, alejamiento y exclusión de todas las ceremonias oficiales, entre los reyes, doña Leticia y el mismo, y don Iñaki y la infanta Cristina. Muro que se ha mantenido hasta el mismo día en el que ha sido coronado rey, con el nombre de Felipe VI. El proceso que ha llevado a la proclamación del heredero de la corona, en Rey; no obstante, se puede considerar como una obra maestra de márqueting para aprovechar una abdicación, que ya hacía tiempo que se presentía, para recuperar (se puede decir que, con creces), la popularidad del nuevo monarca y de su esposa, dejando apartados, definitivamente, de la llamada Familia Real a todos aquellos miembros que, de una forma u otra, habían contribuido al desprestigio de la monarquía en España.

Una jugada magistral que, ejercitada en su momento oportuno y cogiendo descolocados a todos los miembros de la familia izquierdista , ha conseguido poner en apuros a un PSOE, desarbolado y sin el señor Rubalcaba, que aún ha sabido prestar un servicio a la nación, obligando a que su partido acatara la Constitución y apoyara la abdicación del Rey. Las torpezas cometidas por un señor Cayo Lara, haciendo unas declaraciones extemporáneas y las patochadas de los separatistas catalanes, intentando torpedear la sucesión del nuevo monarca en el puesto de su padre, argumentando trámites que, para nada, estaban contemplado en la Constitución española, pidiendo un referendum que, estoy convencido, desde mi punto de vista de republicano de derechas, que hubieran perdido los que pretendía, a la fuerza, sin garantía alguna de sacar el país adelante, sin un programa económico fiable y con la mirada crítica y preocupada de la UE, pendiente de un resultado que, de ser favorable a la, equivocadamente denominada "república", con toda seguridad hubiese supuesto que nos echaran del club europeo.

El resultado de la renuncia del rey Juan Carlos en su hijo el nuevo rey Felipe VI, no puede haber sido más favorable para la monarquía. Don Juan Carlos se descarga de la pesada carga de la Jefatura del Estado, lo que le va a permitir recuperarse físicamente con mayor facilidad y reanudar su vida privada, con cacerías incluidas, sin que nadie le ponga la lupa encima. La más sacrificada de la familia, doña Sofía, una reina a la que le ha tocado todo lo peor sin que se le haya visto, en ningún momento, dejarse doblegar por los acontecimientos, va a poder regresar a Londres y permanece en dicha ciudad todo el tiempo que le plazca, sin dedicarse a otros menesteres que los que ella escoja a su libre albedrío. Nos alegraríamos mucho de que consiguiera recuperarse y vivir en paz los muchos años que deseamos le queden de vida.

En cuanto a la infanta Elena, es posible que, el quedar apartada de la familia real, le permita tener una vida apacible en compañía del Froilán y de Victoria Federica, dos niños muy espabilados que, con toda probabilidad, van a salir beneficiados, en sus vidas privadas, al quedar alejados de las opciones a reinar. A las hermanas de don Juan Carlos ya ni les va ni les viene todo este movimiento, aunque no sé si, en algún modo, estaban apoyadas por su hermano el Rey. Los que van a quedar peor parados, en manos de la Justicia y sin contar con el apoyo real, van a ser la infanta Cristina y su marido Iñaki, que, a juzgar por el aspecto físico, especialmente de la infanta, están pasando por un Vía Crucis que es posible que la infanta no se mereciese, si es que su marido la metió en el negocio sin que ella supiese de qué se trataba; pero que, con su posición económica y la ayuda de la Casa Real, no tenían ninguna necesidad, salvo por un ataque de codicia, de complicarse la vida con semejantes negocios. En fin, no puedo menos que compadecerme de ella porque, como dicen las malas lenguas, puede ser que, como en Los Amantes de Teruel, la tontería del amor incontrolado le haya jugado una mala pasada.

En todo caso la abdicación de don Juan Carlos I y la subida al trono de don Felipe VI, ha sido la mejor operación de lavado de imagen de la monarquía, que se podía esperar de una familia en una situación tan desairada como la suya. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos como, en este caso, la izquierda se ha quedado con un palmo de narices.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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