Resulta incomprensible que, a estas alturas, los mandamases de la cadena pública de la TV1, todavía no se hayan decidido a tomar medidas drásticas para acabar, de una vez, con la tomadura de pelo que supone para la audiencia el seguir manteniendo, al frente del programa de las mañanas, a esta señora incompetente, que tanto apoyo se ve que tiene en las altas esferas de la cadena para que, a pesar de sus errores, sus meteduras de pata, su histrionismo y su egolatría, la sigan manteniendo al frente del programa, un puesto que le viene ancho y en el que, a través de sus distintos espacios, ha venido dando muestras de sus carencias, tanto en lo que se refiere a las tertulias que mantiene con distintos representantes de la prensa, en la que pretende asumir todo el protagonismo, como en el resto de apartados como, por ejemplo, el dedicado a la salud de las personas o en aquellos en los que intentan emular a los jueces, anticipándose temerariamente a las decisiones de los jueces, sin ser competente para ello, interviniendo en determinados procedimientos en los que, la Justicia, es la encargada de decir la última palabra.
Lo evidente es que, la cadena estatal de la TV, viene siendo uno de los mayores generadores de gasto público que vienen perpetuándose en el tiempo. Si en el año 2006, el déficit del ente público obligó a que el Estado tuviera que asumir, en los Presupuestos Generales, 7.560 millones de la deuda generada por la cadena (por orden del presidente señor Rodríguez Zapatero); en el día de hoy tiene una deuda acumulada de 400 millones de euros, 113 de ellos atribuidos al pasado año. El Economista ha puesto de relieve que, a pesar de que la legislación impedía subir los sueldos de los empleados de la cadena, parece que esta prohibición se ha ido saltando, mediante el pago de pluses al personal que, en número de 45 se viene incorporando a la nómina de los trabajadores. Entre ellos se encuentran: complementos para formación, polivalencia, idiomas, plus por programa, transporte y especial responsabilidades, son parte de los 45 pluses que viene abonando la cadena estatal.
De los 349 millones de euros previstos para el 2014, para retribuir a la plantilla, 95'2 millones se pagarán en concepto de pluses. El convenio firmado en el 2013, impide a Hacienda que promueva ERE's para reducción de plantillas o disminuciones salariales. La legislación actual impide subir sueldos a empresas deficitarias, para evitar que se vaya aumentando la deuda del ente; por ello, el punto de mira está puesto en los pluses por programa, de 10 millones de euros o en el complemento por especial responsabilidad, que importa 8'16 millones de euros. El presidente de RTV española, Leopoldo González Echenique pidió al Gobierno una inyección de efectivo de 100 millones de euros, que debería ir acompañada de una inyección de capital de 240 millones para este año 2014. El ministro Montoro exige que, para conceder más dinero, es preciso que el señor Echeñique se comprometa a hacer más recortes en los gastos de la corporación, lo que requeriría una decisión del Director encaminada a gestionar el exceso de pluses que se han venido concediendo en fraude de ley.
Resulta que, a pesar de la limitación existente y los recortes solicitados a la cadena, no parece que la Dirección haya tomado en cuenta la necesidad de implantar una censura en la contratación de nuevos programas y haya tomado medidas para limitar su coste y comprobar su calidad ante de emitirlos. La prueba de todo ello la tenemos en estos capítulos que se han programado para el "prime time" de los lunes, con el título de "El pueblo más divertido", protagonizados por la señora Montero que, ignoramos en virtud de que méritos, se embolsará la friolera de 169.000 euros por 13 programas. Lo cierto es que, la aceptación por el público ha sido, según los medidores de audiencia, muy baja y si, en su debut, alcanzó la cuota de 1'4 millones de seguidores, en las tres semanas transcurridas desde entonces ha bajado en más de 400.000 espectadores, lo que se considera como un auténtico fiasco, si tenemos en cuenta que se está moviendo en una horquilla del 6'5 al 8%. Lo malo es que el programa ya no puede introducir cambios en su estructura, porque está completamente acabado y entregado a Televisión Española por parte de su productora.
Resulta incomprensible que no se hubiera realizado un programa piloto antes de que se diera el visto bueno para que se grabaran los 13 episodios; algo que hubiera permitido medir su aceptación por la audiencia lo que, en todo caso, hubiese impedido el despilfarro de los 3`5 millones de euros que ha costado toda la serie. El propio señor González Echenique ha confesado que el programa "no ha cumplido las expectativas puestas en él". El portavoz socialista J.L.Gordo, de la Comisión de control, criticó el nuevo programa al que calificó de "un regreso a una televisión casposa y rancia. Hace falta mucha paciencia y entusiasmo" para aguantar y ver dicho programa. Han dicho que este programa "estaba congelado" por lo malo que era y lo han sacado para diluirlo en la audiencia por el Mundial (algo que, como es obvio, ha quedado en agua de borrajas ante el sonado fracaso de "la roja").
Nos preguntamos si la señora Montero ¿va a devolver el dinero que ha cobrado por este fracaso estrepitoso?, o se le va a seguir dando cancha por las mañanas, para que siga dándose bombo, cometiendo errores, metiendo la pata y dándose de enterada y presentadora polivalente, cuando su preparación está lejos de ser la adecuada para manejar un programa de tantas pretensiones. Una cosa es tener una presencia agradable, contar con el apoyo de la dirección de la cadena y, otra muy distinta, es estar debidamente formada para hacerse cargo de un magazín en el que se presentan varios temarios, cada uno de los cuales precisa de la presencia de personas preparadas para dirigirlos, que sean capaces de dar una información fidedigna sobre los temas que se ponen a la consideración de la audiencia.
La televisión de la primera cadena, no es privada y, en consecuencia se subvenciona desde los PGE, que, a la vez, se nutren de los impuestos de los contribuyentes, Siendo así es evidente que los ciudadanos tenemos algo que opinar sobre la marcha de un ente público que viene generando, año tras año, pérdidas que han de ser absorbidas por el Estado, constituyendo uno de los capítulos que contribuyen al déficit público y a engrosar el DPE; en consecuencia, si quienes tienen la responsabilidad de conducir los respectivos programas; aquellos que forman parte de ello que, a la vez, perciben retribuciones, complementos o participaciones extras por dirigirlos; fracasan en su cometido; no cumplen con las expectativas que se puso en ellos y resultan demasiado onerosos para la cadena, lo procedente, el deber de la dirección, es prescindir de ellos y sustituirlos por quienes estén más capacitados para hacerse cargo de ellos.
Son muchos los ciudadanos que han sido víctimas de los recortes que se nos impusieron para que España se librara de ser rescatada. Muchos los que han ido al desempleo y muchos los que han sufrido recortes en sus retribuciones para que ahora, los directivos de la TV1 tengan remilgos a la hora de llevar a cabo los recortes precisos en el personal de la cadena, para sanear sus números, adecuar su producción a las posibilidades económicas de las que disponen y buscar profesionales bien preparados, sin afiliación política conocida, que sean capaces de hacerse cargo de los distintos programas con criterios estrictamente profesionales. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con disgusto como la TV1 despilfarra el dinero de los contribuyentes.
Miguel Massanet Bosch